Acaban de cumplirse diez años de la llegada de los primeros prisioneros al campo de concentración de Guantánamo, una prisión que, en palabras de Amnistía Internacional (AI), se ha convertido en «símbolo de la violación sistemática de los derechos humanos por parte de Estados Unidos en nombre de la lucha contra el terrorismo». Estos días se han reavivado las protestas por el cierre de Guantánamo y han proliferado los reportajes especiales, como el de The Guardian, con una selección de documentos secretos, documentales, enlaces a los monográficos de Human Rights Watch o Amnistía Internacional.