Salud mental y salud digital: cinco claves para mejorar el bienestar psicológico y emocional
De un chatbot con realidad virtual a una plataforma de telemedicina para la población rural, la tecnología puede ayudar a prevenir y mejorar la salud mentalExpertos y expertas del clúster ODS 3 de salud y bienestar analizan el auge de los problemas de salud mental y la contribución de la salud digital en ayudar a afrontarlos.
El 23 de mayo de 2023, la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció el fin de la pandemia de COVID-19. Sin embargo, los desafíos creados por la emergencia sanitaria, como el aumento de los problemas de salud mental, siguen más que vigentes. Ante las dificultades que están mostrando los sistemas sanitarios para responder al incremento de la demanda de servicios de salud mental, los expertos y expertas señalan la importancia de establecer medidas preventivas y de mejorar el acceso a la atención, campos en los que la salud digital (e-health) puede ser de gran ayuda.
Con el objetivo de profundizar en este contexto y sus desafíos, el clúster ODS 3 de salud y bienestar de la Asociación Internacional de Universidades, impulsado desde el eHealth Center de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), organizó, el pasado 16 de noviembre, el seminario web The mental health crisis: Building resilience in a changing world. El evento estuvo moderado por Marta Aymerich, directora del eHealth Center, y contó con la intervención de Hilligje Van't Land, secretaria general de la Asociación Internacional de Universidades.
"Estamos muy contentos y satisfechos de haber lanzado el clúster global sobre los objetivos de desarrollo sostenible. Y el clúster del ODS 3, de salud y bienestar, liderado por la UOC, está siendo muy activo, está haciendo un trabajo extraordinario para abordar las cuestiones clave que han ido surgiendo desde la irrupción de la COVID-19 en nuestras vidas", aseguró Hilligje Van't Land en la apertura del seminario web.
Como personas expertas y miembros de las instituciones que integran el clúster ODS 3 de salud y bienestar, participaron en el evento en línea Carlos Contreras, profesor e investigador del Departamento de Sociología de la Universidad Autónoma Metropolitana de México; Diana Setiyawati, directora del Centre for Public Mental Health y líder del grupo de trabajo de Salud Mental de la Universidad Gadjah Mada de Indonesia; Óscar Mauricio Castaño Ramírez, psiquiatra del Departamento de Salud Mental y Comportamiento Humano de la Universidad de Caldas en Colombia; Sofia Seinfeld, investigadora y profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, y Tania Perich, investigadora y profesora de la Escuela de Psicología de la Universidad de Sídney Occidental en Australia.
Estas son las cinco grandes claves que nos dejaron sus intervenciones sobre salud mental y salud digital, lecciones importantes para reforzar la resiliencia, o capacidad de adaptación, a escala individual, familiar y comunitaria y mejorar la atención al bienestar psicológico y emocional.
1. La importancia de encontrar la herramienta adecuada
Durante lo más duro de la pandemia, desde el Centre for Public Mental Health (CPMH) de la Universidad Gadjah Mada, en Indonesia, detectaron un aumento rápido del nivel de estrés y de ansiedad entre una parte importante de sus estudiantes. Para mitigarlo, crearon un servicio de atención telefónica, pero el nivel de uso era muy bajo. Decidieron entonces probar un nuevo enfoque y empezaron a prestar la atención a través del chat de Instagram. La respuesta del estudiantado fue muy positiva, cosa que demostró la importancia de encontrar la herramienta digital adecuada para cada contexto y comunidad."
"Después de eso decidimos probar algo que todavía generase más engagement y el estudiantado propuso crear un chatbot basado en inteligencia artificial", explica Diana Setiyawati, directora del CPMH. "La idea es proporcionar un servicio de atención automatizado que nos sirva para detectar los problemas de salud mental de forma rápida y prestar un primer apoyo. Seguimos desarrollándolo y ahora mismo estamos intentando integrarlo en el sistema de la universidad".
2. Las universidades, las redes sociales y el desarrollo de la resiliencia
Ciudad de México es una megaurbe desigual, en la que el 50 % de la población vive en condiciones de pobreza y un pequeño porcentaje concentra la mayor parte de la riqueza. Pero la pandemia probó que los problemas de salud no son algo de ricos o pobres, son transversales, y que el desarrollo de la resiliencia requiere la colaboración de todos. En este contexto, las universidades mexicanas jugaron un papel central. Sirvieron de punto de encuentro y prestaron servicios de salud mental, tanto de atención a pacientes como de capacitación a profesionales.
"En la Universidad Autónoma Metropolitana hemos lanzado un programa para estudiar cómo las redes sociales pueden ayudar a reforzar todavía más esta resiliencia", señala Carlos Contreras, profesor e investigador del Departamento de Sociología de la universidad mexicana. "Aumentar la resiliencia comunitaria nos sirve para reducir la prevalencia de la ansiedad y la depresión. Para ello, necesitamos contar con modelos que entiendan que la resiliencia es un proceso; necesitamos que los perfiles con influencia en la comunidad y, en especial, con los más jóvenes se impliquen".
3. Salud digital para aumentar el acceso a la salud mental
Tras décadas de conflicto armado, Colombia es uno de los países de América Latina con mayor incidencia de trastornos de salud mental. Según el Ministerio de Salud y Protección Social, casi uno de cada dos menores tiene un problema psicológico, trastorno de estrés postraumático, y la ansiedad y la depresión son los de mayor prevalencia. Estos trastornos afectan en especial a la población rural y aislada, que vive en zonas con infraestructuras limitadas. La pandemia de COVID-19 no hizo sino complicar todavía más este contexto.
"Tras la pandemia, el uso de los servicios de salud mental aumentó un 30 %. Las tasas de depresión y de intentos de suicidio son peores ahora que antes de la COVID-19. En un intento de mejorar estas condiciones, desde la Universidad de Caldas estamos implementando algunas alternativas de e-health para aumentar el acceso a la atención en salud mental", asegura Óscar Mauricio Castaño, psiquiatra del Departamento de Salud Mental de esta universidad. Entre otras acciones, se han implementado servicios de telemedicina en zonas rurales, se están desarrollando aplicaciones móviles para valorar el estado de ánimo de cada persona y se están aplicando servicios de tratamiento para jóvenes con consumo problemático de sustancias basados en terapias de aceptación y compromiso y terapias de atención plena o mindfulness.
4. Retos de mantener el uso de las herramientas digitales en el tiempo
"Sabemos que la gente joven experimenta elevados niveles de estrés, ansiedad y depresión. En Australia, la Administración ha dedicado mucha financiación a desarrollar aplicaciones y plataformas en línea para mejorar el acceso a los servicios de atención mental entre los más jóvenes. Sin embargo, nuestras investigaciones nos dicen que el uso de estas herramientas es mucho más bajo de lo que cabría esperar", explica Tania Perich, investigadora y profesora sénior de la Escuela de Psicología de la Universidad de Sídney Occidental.
De acuerdo con la investigadora, una mayoría de los jóvenes prueba las aplicaciones y las plataformas en línea (con una preferencia clara por las aplicaciones de meditación), pero son pocos los que siguen usando estos servicios a lo largo del tiempo. "Más allá de los datos de utilización y de las medias, lo que tenemos que pensar es que muchos jóvenes no están recibiendo la atención ni el tratamiento que necesitan, ni cara a cara ni en línea", añade Tania Perich.
5. Realidad virtual e inteligencia artificial: el papel de las tecnologías emergentes
Las tendencias en e-health están marcadas, en gran medida, por el desarrollo de la tecnología. Y hay dos elementos emergentes cada vez más importantes en el campo de la salud digital: la realidad virtual y la inteligencia artificial. "Sabemos desde hace tiempo que la realidad virtual es una herramienta terapéutica poderosa. Permite a las personas experimentar una sensación de presencia muy fuerte, es decir, permite sentir que se está realmente en el entorno virtual y proporcionar experiencias que son difíciles de generar en el mundo real", señala Sofía Seinfeld, profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC.
Entre otros casos de uso, Sofia trabajó en cómo la realidad virtual se ha utilizado en terapias de rehabilitación para personas que habían maltratado a su pareja o a un menor o para estudiar formas de reducir el nivel de racismo. Además, combinada con herramientas de inteligencia artificial, está empezando a surgir la investigación del desarrollo de terapeutas automatizados que podrían respaldar los servicios de atención de salud mental y contribuir a atender la elevada demanda que existe en la actualidad.
Más allá de la importancia de las tecnologías, del papel de la e-health para mejorar la atención a la salud mental o de los nuevos desafíos que presenta la salud digital, todos los participantes en el seminario web The mental health crisis: Building resilience in a changing world coincidieron en algo más: hace falta más investigación y más colaboración entre instituciones y universidades para encontrar respuesta a los retos del presente y del futuro.
"Hoy hemos sido testigos de cómo la fusión de tecnologías y perspectivas diferentes puede ser muy importante para construir resiliencia en un mundo cambiante", concluye Marta Aymerich, directora del eHealth Center. "El gran potencial transformador de las soluciones digitales en salud mental está en trascender las barreras geográficas. Llevemos el debate más allá de las pantallas y sigamos fomentando los esfuerzos colaborativos que prioricen la inclusión. Los desafíos son universales y la cooperación es nuestra mayor fortaleza".