Por lo tanto, no es de extrañar el boom de la gestión de datos, y más si tenemos en cuenta que la tecnología actual permite generar y procesar grandes cantidades de datos. Son tantos los datos disponibles en las organizaciones que hacen falta criterios para seleccionar los más adecuados para crear conocimiento para la acción y no perderse fruto de un alud de datos.
Pues bien, si estamos de acuerdo con esto, estaremos de acuerdo en que hacen falta profesionales –no sólo tecnología- que gestionen los datos
preservando la calidad, y generando valor para la organización que las trata. Estos profesionales, además, tendrán el apoyo de procesos y procedimientos para gestionar los datos, las fuentes de los datos, y la información generada. Es a partir de aquí donde ya el mercado laboral se empieza a dispersar.
¿Qué profesional se tiene que encargar de la gestión de datos? ¿Un perfil puede hacerlo todo o tenemos que considerar diferentes perfiles? En la opinión pública, el sector tecnológico parece liderar la gestión de datos, porque se asocia gestión con tecnología. Es cierto que ésta ayuda, pero si no ponemos orden y lógica a los datos, el hardware y el software poco valor pueden generar.
Los ingenieros informáticos, los de telecomunicaciones, los programadores... tienen mucho que decir y aportar. Aun así, ellos se ocupan de unos aspectos y olvidan otros. Por ejemplo: ¿Cómo se tienen que clasificar los datos?, ¿cómo se indexan?, ¿cómo aseguramos la recuperación de datos relevantes y pertinentes en respuesta a necesidades de información puntuales de los directivos de una empresa?
Si pensamos en términos de clasificar, indexar, preservar, recuperar, asegurar la calidad de los datos, tendremos que abrir el horizonte hacia otros perfiles profesionales, no sólo los tecnológicos. Nos tenemos que trasladar al ámbito de clasificar, indexar, preservar, detectar necesidades de información y de asegurar la calidad de los datos y de la información. En este ámbito entra en juego el
grado y los graduados en Información y Documentación. Es éste un ámbito de conocimiento que, como todos,
ha mutado y se sitúa cerca de los tecnólogos, complementándose mutuamente en sus tareas.
Un ejemplo de este perfil y de organización que gestiona datos son los centros de investigación, departamentos de I+D+I y las universidades. Los proyectos de investigación subvencionados con fondos públicos tienen que preservar y poner a disposición de la sociedad los datos obtenidos, a pesar de que tienen que respetar los principios de protección de datos personales. En el seno de las universidades, los profesionales de la información que trabajan en
las bibliotecas y archivos de la universidad están liderando la gestión de los datos redactando los planes de gestión de datos y creando repositorios específicos donde almacenarlos para su posterior recuperación. Todo de la mano de los ingenieros informáticos y de los tecnólogos de las universidades.
Este profesional está haciendo frente a
nuevos retos formativos para dar respuesta a las nuevas competencias que van surgiendo en el marco de la gestión de datos y que se tienen que incorporar a los perfiles profesionales tradicionales que gestionan la información desde hace milenios. El proyecto europeo
EDISON es un buen ejemplo de los retos que los datos representan en diferentes
perfiles profesionales involucrados en su gestión.
Así pues, cabe desear que las empresas que quieran gestionar sus datos para generar información y conocimiento para la acción cuenten con graduados en Información y Documentación para garantizar calidad y valor, yendo de la mano de los tecnólogos que ya trabajan en las empresas.
Cita recomendada
GARCIA ALSINA, Montserrat. ¿Quién gestiona los datos en las organizaciones, y para qué? COMeIN [en línea], octubre 2016, núm. 59. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/c.n59.1663