Muchas son las denominaciones con las que se pretende designar una forma de hacer periodismo, de transmitir la información, que emplea viñetas para contar hechos reales. Así, se habla de periodismo ilustrado, periodismo gráfico, comic journalism… Expresiones más plásticas (como la empleada por Lucia Magi en su reportaje “Noticias dibujadas” publicado en El País en 2010) nos ayudan a crear una imagen mental de aquello a lo que se refiere este tipo de narración periodística. Sin duda, su uso puede todavía resultar a muchos sorprendente pero la fuerza expresiva que estas "viñetas de la realidad" pueden desarrollar no deja indiferente.
Los flirteos entre periodismo y cómic son recurrentes en el tiempo. Es ampliamente sabido que algunos de los protagonistas y héroes más populares de historietas y tebeos se han dedicado a la profesión informativa. Así, por citar solo algunos de los casos más conocidos, nos encontramos con el reportero Tintín, el periodista Clark Kent (el álter ego de Superman) y el fotógrafo Peter Parker, más conocido como Spiderman. No obstante, esos coqueteos y conexiones traspasan el mundo de la ficción.
En este sentido, resulta especialmente significativo recordar que la obra de Outcault (el que para muchos es el padre del cómic moderno por innovar en la forma de representar los diálogos, marcar un estilo y dar continuidad al personaje) influyó claramente en el nombre que se dio a un modelo de periodismo caracterizado por el empleo del sensacionalismo extremo. En efecto, el calificativo de prensa amarilla nos remonta a una de las batallas periodísticas más intensas que Pulitzer y Hearst encarnaron. Se trata de un interesante episodio que podemos conocer con más detalles en el libro del profesor Sánchez Aranda titulado Pulitzer. Luces y sombras en la vida de un periodista genial. En él explica cómo la competencia existente entre estos dos empresarios les llevó a rivalizar y luchar por apoderarse de los contenidos y de los profesionales que integraban las plantillas del medio contrario. Esta práctica llevó a que durante un tiempo la tira de éxito de Oucault conocida como “The Yellow Kid” (es decir, el chico amarillo) se publicara en dos cabeceras: en el World de Pulitzer y en el Journal de Hearst.
Casi un siglo después de aquel singular episodio, en 1992, un Pulitzer, paradojas de la historia, tendría también efecto en el reconocimiento de las posibilidades del cómic para contar historias reales, serias y dirigidas a un público adulto. En esta ocasión nos referimos al prestigioso premio que se otorgó, en la categoría de “special citations”, a Maus, la obra de Art Spiegelman en la que aborda el holocausto judío. Al margen del impacto generado por tal distinción, Javier Melero, en un artículo en el que analiza Footnotes in Gaza de Joe Sacco (uno de los referentes de este formato de periodismo ilustrado), subraya la influencia que tuvo en el desarrollo del comic-journalism la intersección de dos movimientos o tendencias como son el new journalism y el comix underground. A ello se suma la presión que ejerce en la industria la necesidad de buscar nuevos mercados y audiencias.
Hallamos ejemplos de viñetas agrupadas en formato de novela gráfica o incluso ocupando espacios fijos de manera más o menos regular (como introdujeron algunas publicaciones, entre ellas Internazionale o XXI. L’information grand format). Esta forma de narrar la información ha ido evolucionando y actualmente encontramos muestras de comic journalism que incorporan nuevos recursos (como la interactividad) y que se adaptan a los nuevos soportes digitales. Pueden así integrar enlaces, facilitar el acceso a contenidos complementarios y permitir al lector ampliar o reducir los dibujos. En “Cuando el cómic es periodismo”, publicado en La Vanguardia por la profesora Eva Domínguez, se pueden descubrir algunos ejemplos destacados de viñetas informativas interactivas.
A pesar del avance, innovación y experimentación en esta forma de narrar la realidad, aún son muchos los medios que no exploran las posibilidades de informar a través de las viñetas. No obstante, desde círculos profesionales se reivindican el alcance expresivo y las ventajas que pueden aportar. Un ejemplo lo encontramos en la sesión “Blow up the funny pages: Why comics make for powerful journalism?” presentada por Dani Archer (de Archcomix), Erin Polgreen (Symbolia), Susie Cagle y Wendy McNaughton en la conferencia de la Online News Association del pasado año (ONA2012). Entre los argumentos que esgrimen, destaca la capacidad para atraer y conectar con la audiencia al tratarse de relatos o experiencias de inmersión. En el comic journalism destacan las posibilidades de acceso (factor que ya había explotado el periodismo con el uso de ilustraciones cuando no se disponía de imágenes que acompañasen o completasen la noticia) y la capacidad comunicativa.
Las viñetas muestran un relato secuencial, de fácil comprensión y gran impacto. Permiten combinar dibujos y diálogos creando un único mensaje que puede contener gran valor informativo. El cómic permite incluir múltiples voces, lo que favorece que se vean representadas todas las partes implicadas. De gran fuerza expresiva, en un contexto en el que predomina el consumo rápido de noticias, el comic journalism se muestra como una alternativa eficaz para presentar la información.
Cita recomendada
MARTÍNEZ MARTÍNEZ, Silvia. La información narrada a través de viñetas. COMeIN [en línea], septiembre 2013, núm. 25. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/c.n25.1361
Profesora de Comunicación de la UOC
@smtez