Este texto se propone reivindicar los Estudios Culturales como un campo de investigación interdisciplinario operativo para analizar y transformar las sociedades actuales. Para ello, proponemos hacer un repaso de la obra Doing Cultural Studies: The story of the Sony Walkman (du Gay et al., 1997). Este libro se sitúa en la intersección histórica que marcan los últimos años del siglo XX, absolutamente fundamentales para entender la expansión tecnológica y mediática en la actualidad.
La inteligencia artificial ha dejado de ser una tecnología o una problemática de nuestros tiempos, es ya una tautología que anula cualquier forma de reflexión crítica sobre la condición cíborg del humano actual. Es un ejemplo el protagonismo absoluto que ha tenido en la decimoctava edición del Mobile World Congress (MWC, 2024), celebrado en Barcelona este pasado febrero.
Hace apenas cinco años, escribí un artículo en esta misma revista en el que hablaba de desinformación y elecciones europeas. En aquel momento, parecía que las elecciones habían tenido unos resultados «aceptables» para el statu quo y se concluyó con que se había sabido actuar contra la desinformación de forma adecuada en relación con la activación del Código de Buenas Prácticas contra la Desinformación, al cual debían adherirse las grandes plataformas y redes sociales.
El humor hecho por mujeres que se gesta en el ecosistema mediático de internet tiene un encaje difícil cuando se desplaza a canales y formatos generalistas. Después de Elvis (Baz Luhrmann, 2022), donde se nos contó con una narrativa y una estética apabullantes el ascenso y caída del mito popular de Elvis consumido en las fauces del showbusiness, Sofia Coppola nos cuenta en Priscilla (2023) el reverso íntimo y doméstico de la vida de su mujer durante sus años de relación (1959-1973).
Se habla mucho de la decepción de los ciudadanos hacia la política y su desafección. El gobierno abierto y muy especialmente la participación activa –en la confección de presupuestos, o en consultas, o incluso en la toma de decisiones– es vista por los políticos como una vía para devolver a los ciudadanos a la esfera política, como mínimo, a la participación en las elecciones municipales, autonómicas, nacionales o europeas.
Se acerca el 8M (Día Internacional de la Mujer) y parece que es inevitable cuestionar o cuanto menos revisar la necesidad de volver a celebrar este día tan reivindicativo. Para algunos y algunas, pero sobre todo para aquellos varones que se ven amenazados por el feminismo, carece de sentido, puesto que –según ellos– tenemos ya todos los derechos adquiridos e incluso en detrimento de los suyos propios.
El pasado 10 de febrero asistí como miembro de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas a la 38.ª Gala de los Premios Goya que tuvo lugar en la Feria de Valladolid. A las puertas del recinto, las protestas de los agricultores se hacían sentir en forma de gritos y algún que otro insulto dirigido a las personas asistentes a la ceremonia.
«Es una persona con más experiencia, es predecible, es un político de la vieja escuela». Estos son los piropos que el presidente ruso, Vladímir Putin, lanzó recientemente a su homólogo estadounidense, Joe Biden, cuando un periodista le preguntó si en las presidenciales que se celebrarán este año en el país norteamericano prefería una victoria de Biden o de Donald Trump (probable candidato republicano si nada ni nadie lo remedia).
El jueves 7 de noviembre del 2013, inicié un conjunto de acciones de investigación que, guiadas por prácticas experimentales, revisiones bibliográficas puntualmente sistemáticas y procesos iterativos de diseño, han conducido a desarrollar el concepto de Comando Butxaca como storyworld o mundo narrativo. Hoy en día, escribo una serie de relatos de ciencia ficción con el mismo título, en un mundo hapticocentrista donde las tecnológicas manipulan este sentido mediante el diseño de instrumentos de control táctil-motriz.
El valor de la información de actualidad es algo innegable. Ello hace que despierte interés tanto su control como la gestión de la agenda temática. En los últimos años, los hábitos de consumo informativo han cambiado y, en muchos casos, la tecnología y empresas que no son periodísticas han incidido en qué hechos conocemos y de qué manera nos informamos. Ahora la inteligencia artificial (IA) también entra en esta ecuación.