El 27 de agosto de 2020 se celebró el 250 aniversario del nacimiento del filósofo alemán G. W. F. Hegel. Es una ocasión propicia para revisar aquellos postulados de la filosofía hegeliana que apelan al papel mediador del lenguaje y de la comunicación en el progreso humano, y que están recobrando cierta actualidad desde posiciones pragmáticas y evolucionistas. Este artículo trata de elucidar las claves de su importancia en el debate filosófico y científico actual.
Durante muchos años nos acostumbramos a entender y explicar el cambio climático como algo que le ocurre a nuestro planeta: calentamiento global, inundaciones, incendios, deforestación, lluvia nuclear, extinciones, desaparición acelerada de la biodiversidad... Con el tiempo y la continua degeneración de los ecosistemas terrestres, pasamos también a conocer su dimensión experiencial: guerras, migraciones forzadas, pobreza, colapso del sistema alimentario... Finalmente, a golpe de pandemia, comprendimos que las consecuencias del cambio climático no ocurren solamente en países distantes, a las tortugas y a los osos polares. Nos afectan a todos, son terribles y nos están matando.
En 1899 Thorstein Veblen escribió La teoría de la clase ociosa como una crítica a una sociedad norteamericana que en dos décadas se convertiría en la llamada sociedad de consumo. Durante aquellos felices veinte (roaring twenties) se infló lo que sería una de las burbujas económicas más sangrantes y, un siglo más tarde, tras los meses en los que nos hemos visto en la obligación de permanecer en burbujas físicas por el confinamiento, hablar de consumo en singular puede revelarse insuficiente.
El pasado agosto nos dejó una de las figuras que más ha hecho para integrar la creatividad en todo lo que rodea nuestra vida cotidiana, en especial en aquellos espacios relacionados con el mundo del aprendizaje. Desde estas páginas no podíamos dejar pasar la oportunidad de hacerle un pequeño homenaje. Sir Ken Robinson, autor y gran comunicador inglés establecido en California, ha sido uno de los investigadores más influyentes en la educación de lo que llevamos de siglo XXI.
La pandemia que ha marcado estos últimos meses, particularmente en los momentos de confinamiento más estricto, ha supuesto un destacado incremento de la actividad online. De la mano de este fenómeno, también ha crecido la cara más negativa de la interacción vía Internet: la ciberviolencia. La investigadora Leila Mohammadi analiza la victimización de las mujeres jóvenes en este contexto.
En el contexto actual de pandemia, pero también de crispación política, han circulado numerosos bulos cuyo origen se encuentra en contenido generado desde cuentas que parodian a algún conocido personaje de la esfera pública, habitualmente desde Twitter. En algunos casos se ha llegado a suspender algunas cuentas acusadas de jugar a la confusión con una persona real. Esta desconfianza informativa suele pasar por alto la diversidad de tipologías, contextos y roles que juegan los personajes paródicos en redes sociales. En este artículo propongo hacer una aproximación inicial a este fenómeno, más complejo de lo que parece a primera vista.