Los títeres para las emociones, los rompecabezas para las habilidades manuales y la pelota para la coordinación
Muchos familiares emprenden para Reyes una carrera para elegir los mejores juguetes para sus niños. Según los expertos, el regalo ideal es el que se adapta a su edad y a sus gustos, pero también, como apunta la profesora de la UOC Amalia Gordóvil, es el que les ayuda a desarrollar unas habilidades para vivir en la sociedad del futuro. «Por ejemplo –explica la experta–, los juguetes socializadores son adecuados para superar la timidez de algunos niños, y los juguetes que incitan a focalizar la atención ayudan a los niños con TDAH». Así Gordóvil, psicóloga del centro GRAT, señala la existencia de tres tipos de juguete, según si se quiere trabajar la parte socioafectiva, la motricidad o la cognición.Para la profesora, los juegos de carácter socioafectivo, como por ejemplo los típicos en que se ponen en interacción diferentes roles sociales, son imprescindibles porque permiten ejercitar capacidades tan fundamentales «como una buena salud mental, la identificación de emociones y la empatía». «Los muñecos o títeres teatrales son el ejemplo indiscutible de esta categoría, porque con ellos se pueden representar los diferentes roles de una familia (el hijo, la madre, el padre, el hermano, etc.), entre otros», remarca. También lo son, añade, los libros educativos sobre la identificación de emociones como El emocionómetro del inspector Drilo o Emocionario
Todos los pequeños han de ir trabajando el control sobre el propio cuerpo y la coordinación entre sus diferentes partes. Para la psicóloga, en este caso, los juegos más adecuados son los que refuerzan la motricidad. «Para mejorar un tipo de motricidad gruesa, es decir, de movimientos amplios, existen juegos familiares como el Enredos –en que cada participante tiene que adoptar una determinada posición con las manos y los pies sobre un tapiz– que refuerzan el equilibrio corporal.
Si en cambio hay que incidir en movimientos más precisos, en la motricidad fina, Gordóvil recomienda los recortables, los rompecabezas, vestir muñecos o poner o quitar accesorios a los superhéroes como una buena opción para ir ganando habilidad con las manos. «El caleidoscopio, por su parte, ayuda a la coordinación ojo-mano, y los juegos de pelota o saltar a la cuerda, a una coordinación ojo-pie», añade.
Los retos mentales son clave para el desarrollo cognitivo de los niños. En esta categoría están todos los juegos que mejoran principalmente la atención, la percepción, el pensamiento, el aprendizaje y la memoria. Los juegos de mesa o juegos de cartas son representativos porque en ellos participan diferentes personas y obligan a «anticipar jugadas y pensar en las consecuencias de cada acción». «Para el pensamiento simbólico, títeres y muñecos son también una buena opción», recuerda la experta.
Juguetes para niños con TDAH
Según la Federación Española de Asociaciones de Ayuda al Déficit de Atención e Hiperactividad (FEAADAH), en España, entre un 2 % y un 5 % de la población infantil sufre el TDAH, uno de los trastornos más importantes dentro de la psiquiatría infantojuvenil. Para Gordóvil, especialista en TDAH, estos niños necesitan básicamente fortalecer la capacidad de atención, la memoria de trabajo y la planificación. Para potenciar su atención aconseja jugar a hacer puzzles, construir maquetas o pintar mandalas y, para la mejora de la memoria, el Memory, en cualquiera de sus versiones.
Los juegos que requieren un proceso activo de construcción van más destinados a la evolución de las habilidades de planificación. «Construir un robot o una fortaleza supone para el niño pensar desde el principio qué piezas hay que elegir y donde hay que colocarla», aclara la profesora. Por ejemplo, explica, los juegos de LEGO, la versión virtual Minecraft, el Monopoly o el ajedrez, ponen en marcha mecanismos de planificación y de toma de decisiones: «el jugador se puede ver fuertemente perjudicado actuando con impulsividad y, por lo tanto, se le obliga a avanzar con prudencia en sus acciones».
Cuanto más juegan, más autoestima adquieren
Los padres pueden pensar que regalar un tipo de juguete puede ser contraproducente para la autoestima del niño. Invitar a los niños a un juego que evidencia una cierta carencia en algunas de sus habilidades puede frustrarlo. Pero Gordóvil explica que el trabajo de competencias con estos tres tipos de juguetes revertirá en un aumento de la autoestima porque permiten que se vaya desarrollando de manera sana, aprendiendo a hacer cosas que antes no sabía hacer: «el juego es la manera natural de aprender, y el aprendizaje nos hace mejores».
«Ahora bien, el mejor regalo que se puede hacer a los pequeños de la casa para incrementar su autoestima es nuestro tiempo. Regalar tiempo les hace sentirse queridos, importantes y únicos, claves fundamentales para un buen autoconcepto de sí mismo y una buena autoestima», remarca.
Expertos UOC
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