«El momento histórico en el que vivimos es fascinante para estudiar el porqué de las diferencias de género en los ámbitos STEM»
Izaskun Zuazu, investigadora del Instituto de Socioeconomía de la Universidad de Duisburg-Essen, ganadora del Premio Cecilia Castaño del grupo GenTIC del IN3 de la UOC
Izaskun Zuazu, investigadora del Instituto de Socioeconomía de la Universidad de Duisburg-Essen, ganadora del Premio Cecilia Castaño del grupo GenTIC del IN3 de la UOC
En 2018, más del 48 % de las personas doctoradas en la Unión Europea eran mujeres. Sin embargo, detrás de estos datos se esconde una realidad que se aleja mucho de la igualdad: las mujeres están sobrerrepresentadas en campos como la educación o los cuidados e infrarrepresentadas en otros ámbitos, como las matemáticas o la ingeniería. Así, persisten importantes brechas de género que tienen un gran impacto en nuestras sociedades.
Con el objetivo de promover la igualdad de género en las disciplinas STEM (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas) y en las TIC (tecnologías de la información y la comunicación), el grupo de investigación Género y TIC (GenTIC), del Internet Interdisciplinary Institute (IN3) de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), ha celebrado la primera edición del Premio Cecilia Castaño.
Este galardón reconoce los mejores trabajos de investigación sobre la desigualdad de género en estas disciplinas. El primer premio ha sido para Izaskun Zuazu, investigadora posdoctoral del Instituto de Socioeconomía de la Universidad de Duisburgo-Essen (Alemania), por su artículo "Graduates' Opium? Cultural Values, Religiosity and Gender Segregation by Field of Study". Hablamos con Izaskun Zuazu para conocer mejor los resultados y las implicaciones de su trabajo.
En 2018, más del 48 % de las personas doctoradas en la Unión Europea eran mujeres. Sin embargo, detrás de estos datos se esconde una realidad que se aleja mucho de la igualdad: las mujeres están sobrerrepresentadas en campos como la educación o los cuidados e infrarrepresentadas en otros ámbitos, como las matemáticas o la ingeniería. Así, persisten importantes brechas de género que tienen un gran impacto en nuestras sociedades.
Con el objetivo de promover la igualdad de género en las disciplinas STEM (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas) y en las TIC (tecnologías de la información y la comunicación), el grupo de investigación Género y TIC (GenTIC), del Internet Interdisciplinary Institute (IN3) de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), ha celebrado la primera edición del Premio Cecilia Castaño.
Este galardón reconoce los mejores trabajos de investigación sobre la desigualdad de género en estas disciplinas. El primer premio ha sido para Izaskun Zuazu, investigadora posdoctoral del Instituto de Socioeconomía de la Universidad de Duisburgo-Essen (Alemania), por su artículo "Graduates' Opium? Cultural Values, Religiosity and Gender Segregation by Field of Study". Hablamos con Izaskun Zuazu para conocer mejor los resultados y las implicaciones de su trabajo.
Tu investigación analiza la separación por sexos en la educación superior. ¿Qué te llevó a interesarte por este tema? ¿Lo consideras un problema relevante en la actualidad?
En los últimos años de mi doctorado, varias experiencias me ayudaron a formarme en economía de género y feminista y en economía política interseccional. Empecé a preguntarme por qué las mujeres y los hombres eligen carreras universitarias diferentes en países con altos niveles de igualdad de género, leí mucho sobre las repercusiones desiguales de las políticas de austeridad y me interesé en saber hasta qué punto estas políticas tienen implicaciones diferentes para mujeres y hombres en la elección de sus estudios.
La segregación de género en la educación terciaria es crucial para entender la segmentación en el mercado laboral, y está ligada a la perpetuación de los roles tradicionales y a la división sexual del trabajo. Es un problema muy relevante, ya que desencadena disparidades importantes: hay carreras universitarias que conducen a mejores puestos de trabajo con mayores salarios. Por tanto, tiene un impacto directo en la brecha salarial y en la desigualdad económica, así como en la distribución del trabajo remunerado y no remunerado entre mujeres y hombres.
Analizas si los valores culturales, como la religión, intervienen en la segregación por género en la educación superior. ¿Lo hacen?
A priori, mis resultados me sorprendieron enormemente: en países más religiosos, como Turquía o Polonia, existe menos segregación y las mujeres están más representadas en los campos STEM que en otros países menos religiosos, con mayores niveles de riqueza e igualdad de género. La teoría de la modernización sugiere que, a medida que los países se desarrollan económicamente, se reducen las diferencias sociales y económicas entre mujeres y hombres. Sin embargo, en mi artículo muestro que Suecia, Dinamarca o Noruega presentan un alto nivel de segregación a la hora de elegir carreras universitarias. De hecho, teniendo en cuenta los datos usados en el artículo, el porcentaje de mujeres graduadas en campos STEM es menor que en Italia o España. La literatura identifica esto como la paradoja escandinava.
Otros artículos recientes han encontrado que, cuanto más ricos son los países, más aumentan las diferencias en comportamientos y actividades entre mujeres y hombres. Como dice Diane Elson, profesora emérita de Economía de la Universidad de Essex: "Mientras que algunas desigualdades de género se corrigen, otras formas de desigualdad emergen". Esto es precisamente lo que vemos en los sistemas universitarios de los países occidentales: hay una participación cada vez mayor de las mujeres en la universidad, pero surgen barreras a la entrada de mujeres en determinadas carreras, como las de los ámbitos STEM.
¿Qué factores influyen más que la religión en la forma en la que hombres y mujeres eligen su educación?
Algunos valores culturales, como las normas de género, tienen un papel muy importante a la hora de entender la sobrerrepresentación de hombres en disciplinas STEM y de mujeres en la educación, las humanidades o la salud. Estas normas tienen un efecto en el comportamiento económico de las personas. Si entendemos la elección de la carrera universitaria como una inversión, podemos conceptualizar que las normas de género gobiernan los resultados económicos de mujeres y hombres.
En mi artículo encuentro una relación significativa entre las normas de género y la segregación en la educación terciaria, y otros estudios concluyen que la situación macroeconómica puede afectar de forma distinta a mujeres y hombres a la hora de elegir su carrera. En Francia, por ejemplo, hay indicios de que unos niveles de desempleo más elevados se asocian a una mayor tendencia de las mujeres a optar por carreras STEM.
Otros factores, como el proceso de socialización o la participación de los progenitores en el mercado laboral, también han sido analizados en la literatura. Finalmente, creo que el tipo de educación y los estereotipos de género, sobre todo en relación con las matemáticas y el pensamiento abstracto en los niveles iniciales de la educación, son claves para entender la escasez de mujeres en las disciplinas STEM y de hombres en carreras como Magisterio Infantil, por ejemplo.
¿Cómo llegaste a esta conclusión?
Realizando esta investigación, me di cuenta de que existe un patrón muy claro entre la religiosidad, las normas de género y la confianza en la habilidad para las matemáticas. La aversión hacia las matemáticas es importante en la elección de la carrera universitaria. Usando datos de PISA, en mi artículo muestro que las mujeres tienen mayores niveles de ansiedad a la hora de hacer exámenes de matemáticas y que la autopercepción de su habilidad es inferior a la de los hombres. Creo que para nivelar la distribución de género en las carreras universitarias deberían implementarse políticas que promuevan una educación igualitaria, que no esté sesgada por estereotipos de género.
Tu investigación se basa en el uso de datos. ¿Qué importancia tienen para entender y atajar los problemas actuales?
Para diseñar e implementar políticas públicas eficientes, es necesario que sus objetivos puedan definirse previamente y que sus efectos puedan testarse empíricamente. En el caso de la segregación de género en la educación terciaria, existen muchísimos retos y áreas de mejora para proporcionar datos administrativos. Para mi artículo, encontré muchos problemas a la hora de armonizar los datos administrativos de diferentes países. El mayor problema es que en 2013 la UNESCO cambió la clasificación de los campos de estudios terciarios. Esto me impidió usar una serie temporal más larga.
Trabajas y vives en Alemania. ¿Qué diferencias encuentras con España, en cuanto a la representación igualitaria de hombres y mujeres en estudios superiores?
Soy profesora de varias asignaturas troncales del grado de Ciencias Políticas de mi universidad, y me resultó muy chocante ver la poca representación de mujeres en este campo. Entre los factores que son claramente diferentes entre Alemania y los países de la periferia europea, están la edad de emancipación, la tasa de fertilidad y la edad de tener el primer hijo. Esto puede afectar a la hora de decidir carrera universitaria.
El rol del estado, las políticas públicas, la infraestructura social y las ayudas (como las destinadas a promover una distribución igualitaria de la economía del cuidado) son esenciales para crear sistemas universitarios con una perspectiva de género e interseccional, que aboguen por la eliminación de desequilibrios económicos, sociales y de poder entre mujeres y hombres. Además, las diferencias de género son interseccionales a otros factores demográficos, como la raza, la etnia, la nacionalidad o la diversidad de habilidades. Esto hace que la segregación de campos STEM sea un fenómeno mucho más complejo, si cabe.
De acuerdo con tu experiencia, ¿los resultados de tu trabajo coinciden con los valores culturales de la sociedad, tanto en España como en Alemania?
En términos generales, los resultados de mi artículo se ajustan a lo que observo en mi vida diaria y a mi experiencia en los sistemas universitarios de España, Italia y Alemania. No obstante, los datos que utilizo en mi artículo llegan hasta 2012. La pandemia y el desarrollo de los campos de la información y la comunicación pueden conllevar una evolución de los valores culturales y las normas de género. Creo que el momento histórico en el que vivimos es fascinante para estudiar el porqué de las diferencias de género en los ámbitos STEM y sus efectos en el mercado laboral y la división sexual del trabajo.
¿Qué posibles vías abre tu investigación para encontrar soluciones que eviten esta segregación por géneros en la educación superior?
Mi artículo apunta claramente a las diferencias de género en la autopercepción y la ansiedad en las matemáticas como factor de la segregación horizontal en la educación terciaria. Como posibles soluciones, podemos pensar en políticas educativas que combatan los estereotipos de género esencialistas. La escasez de mujeres en disciplinas STEM responde a los roles tradicionales de género y a ideas como que las mujeres están mejor capacitadas para el cuidado y los hombres tienen más competencias en el pensamiento abstracto y técnico.
El hecho de fomentar una pedagogía no sesgada y reconducir estructuras de poder en los ciclos iniciales puede dar lugar a una mayor igualdad en la afinidad hacia las matemáticas y una mayor diversidad de género en las carreras universitarias. También es interesante no solo diseñar políticas que fomenten la participación de las mujeres en disciplinas STEM, sino también políticas para que más hombres entren en campos como el magisterio o la enfermería.
¿Qué importancia tiene la investigación para hacer frente a desigualdades de género?
Como he comentado antes, los datos y el análisis empírico son necesarios para diseñar e implementar políticas públicas. Como economista cuantitativa, creo fervientemente en el uso de la econometría para mejorar el conocimiento sobre diferentes fenómenos. Una perspectiva feminista e interseccional permite, además, cuestionar no solo las estructuras de poder de los fenómenos que estudiamos en la economía real, sino también los propios métodos científicos que utilizamos. El uso de datos y de modelos econométricos conlleva una gran responsabilidad a la hora de proporcionar análisis críticos que sean útiles para todos los grupos de la sociedad.
¿Qué significa para ti recibir el Premio Cecilia Castaño 2022?
Es un honor enorme tener este reconocimiento a mi artículo, y estoy profundamente agradecida a la UOC y a la propia Cecilia Castaño. Su trabajo no es solo muy interesante, sino que también es pionero en el estudio de la relación entre segregación de género y tecnología. Sus trabajos han influido en otros de mis artículos, en los que estudio la relación entre la productividad, el cambio estructural y la segregación sectorial de género, entre otros temas.
Este artículo lo publiqué durante mi baja de maternidad, cuando mi hijo tenía un mes. Acabé de revisarlo con él mamando en mi regazo, así que este premio supone un reconocimiento a mis esfuerzos para compaginar mi trabajo no remunerado de cuidados con mi trabajo profesional.
El grupo de investigación GenTIC se creó en 2006 en el IN3 de la UOC con el objetivo de identificar y analizar las relaciones de género en el diseño, el desarrollo y el uso de las innovaciones científicas y tecnológicas, con especial atención a las TIC y las disciplinas STEM. Desde entonces, ha analizado la relación mutua entre la actividad humana y la tecnología, y ha buscado respuestas a diferentes desafíos sociales desde una perspectiva de género.
En sus casi dos décadas de vida, GenTIC ha coordinado numerosos proyectos nacionales e internacionales. Entre sus nuevas investigaciones, destacan INSPIRE, un proyecto financiado por el programa Horizon Europe -acuerdo de subvención n.º 101058537- para cerrar la brecha de género y promover un sistema de investigación e innovación más inclusivo con los grupos infrarrepresentados, y HORIGESTEM, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación (MCIN/AEI/ 10.13039/501100011033 / ERDF), para analizar la influencia de intervenciones con mujeres referentes para romper estereotipos de género y reducir la brecha de género en la elección de estudios, con un especial enfoque en los ámbitos STEM.
UOC R&I
La investigación e innovación (I+i) de la UOC contribuye a solucionar los retos a los que se enfrentan las sociedades globales del siglo XXI mediante el estudio de la interacción de la tecnología y las ciencias humanas y sociales, con un foco específico en la sociedad red, el aprendizaje en línea y la salud digital.
Los más de 500 investigadores e investigadoras y los 51 grupos de investigación se articulan en torno a los siete estudios de la UOC, un programa de investigación en aprendizaje en línea (e-learning research) y dos centros de investigación: el Internet Interdisciplinary Institute (IN3) y el eHealth Center (eHC).
La universidad impulsa, también, la innovación en el aprendizaje digital a través del eLearning Innovation Center (eLinC), y la transferencia de conocimiento y el emprendimiento de la comunidad UOC con la plataforma Hubbik.
Los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y el conocimiento abierto son ejes estratégicos de la docencia, la investigación y la innovación de la UOC. Más información: research.uoc.edu.
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