«Las artes y las ciencias se entienden porque comparten la misma voluntad exploradora»
Pau Alsina, profesor de los Estudios de Artes y Humanidades
Pau Alsina, profesor de los Estudios de Artes y Humanidades
La fértil interacción entre las artes, el diseño, las tecnologías y las ciencias puede dar lugar a combinaciones de todo tipo que en muchos casos desplazan los límites, desdibujan fronteras y amplían horizontes. La crisis del coronavirus ha contribuido a acelerar los procesos propios de la cultura digital, que hace tiempo que están en marcha. Hablamos de cómo dialogan estos mundos con Pau Alsina, profesor de los Estudios de Artes y Humanidades de la UOC y director de la revista digital Artnodes.
La fértil interacción entre las artes, el diseño, las tecnologías y las ciencias puede dar lugar a combinaciones de todo tipo que en muchos casos desplazan los límites, desdibujan fronteras y amplían horizontes. La crisis del coronavirus ha contribuido a acelerar los procesos propios de la cultura digital, que hace tiempo que están en marcha. Hablamos de cómo dialogan estos mundos con Pau Alsina, profesor de los Estudios de Artes y Humanidades de la UOC y director de la revista digital Artnodes.
¿De qué forma se relacionan la cultura y la tecnología?
Toda cultura implica de una forma u otra la tecnología, del mismo modo que toda tecnología es una parte consustancial y una expresión de una cultura. Los humanos construimos tanto cultura como tecnología y justamente a través de ellas nos construimos como humanos, por eso son términos complementarios y están condenadas a entenderse la una con la otra. A veces hablamos del impacto de la tecnología en la cultura como si la primera fuera un meteorito que cae en la Tierra y destruye una cultura exenta de contaminación tecnológica, pero eso no es así.
¿Crees que la interrelación entre las artes, la ciencia, la tecnología y la sociedad se ha acelerado mucho con la crisis actual?
Con el confinamiento todos nos hemos lanzado a intentar disfrutar de las artes y la cultura desde los balcones o a través de las pantallas, conscientes de su función estructural en nuestras vidas. Precisamente por esta razón podríamos decir que las interrelaciones entre las artes, las ciencias, las tecnologías y la sociedad se están intensificando como nunca. A pesar de que son ámbitos de conocimiento diferentes y con objetivos diversos, a menudo plantean los mismos retos globales a los que todos nos vemos obligados a hacer frente, y lo hacen desde una mirada interconectada. El arte, como espacio de libertad por excelencia, nos permite adentrarnos en territorios desconocidos, andar por la incertidumbre y explorar aquello que todavía nos queda por conocer. En este sentido, las artes y las ciencias se entienden porque comparten la misma voluntad exploradora, de buscar y empujar los límites de lo que sabemos.
La gestión y la producción cultural también han tenido que innovar mucho en este contexto. ¿Cuáles son los retos de futuro de la cultura en el ámbito digital?
La situación actual enfatiza un proceso de transformación digital que tiene una dinámica sostenida desde hace mucho tiempo. De repente, la presencialidad se ha vuelto un bien escaso y muy preciado y, por lo tanto, redefinir la forma en que nos relacionamos con la cultura es todo un reto. Pero tampoco podemos caer en la trampa de querer digitalizarlo y virtualizarlo todo sin tener en cuenta aquello que es propio de la presencialidad. En todo caso, tendremos que valorar qué perdemos y qué ganamos mientras intentamos generar otro tipo de experiencias que sean específicas del medio. Un poco de distancia crítica y de mirada de largo recorrido ayudaría a discernir qué puede ser significativo para el ámbito de la cultura y qué no es más que fuegos artificiales de corto recorrido pero que a la larga nos pueden desorientar.
Hablando de los retos de la carencia de presencialidad, la UOC, junto con el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, ofrece el primer grado de Artes en línea de España. ¿Cómo se plantea un grado en el que los estudiantes aprenden a pintar a través de una pantalla?
Pues precisamente no queriendo virtualizar un taller presencial, sino creando uno virtual con características concretas, en el que la forma de aprender a pintar es diferente y específica del entorno virtual de la UOC. Esto hace posible un proceso de aprendizaje de la pintura que no se centra tanto en la destreza y la pericia técnica, sino en la adquisición de las competencias, las habilidades y los conceptos necesarios para poder pintar. La idea en la que nos basamos cuando decidimos hacer un grado de Artes fue la de crear una enseñanza artística diferente, aprovechando lo mejor de lo que habíamos aprendido durante todos los años de enseñanza en línea y yendo todavía más allá.
¿Cómo es la dinámica del curso?
Su despliegue sigue en marcha y cada asignatura nueva supone todo un reto mientras vamos implantando nuevas materias, laboratorios, seminarios, talleres y asignaturas de proyectos. Uno de los aspectos clave son los procesos de evaluación continua de los estudiantes. Se les invita a que desde el principio aprendan a documentar su proceso creativo y la evolución de sus trabajos, que poco a poco darán lugar a su portafolio. Documentar bien todo el proceso implica una reflexión profunda; por lo tanto, en este proceso de documentación hay un análisis y un aprendizaje. La respuesta al reto que tenemos en marcha ha sido muy positiva desde el principio.
Ahora también trabajas en la próxima edición del Simposio Internacional de Artes Electrónicas (ISEA, por la sigla en inglés), un congreso internacional de artes que cada año acoge una ciudad y que el 2022 se hará en Barcelona. ¿Qué podemos esperar?
ISEA se fundó en 1988 y desde entonces circula de forma nómada por diferentes ciudades. Hacer el simposio en Barcelona es un honor y la voluntad es organizar una edición memorable. Que la UOC impulse el proyecto es una gran aportación —y una responsabilidad— debido a su acción transformadora y al impacto que dejará un acontecimiento de este tipo en la ciudad y en el país. ISEA es un congreso, pero a la vez es un festival con exposiciones, conciertos, talleres, seminarios, performances, charlas de artistas, proyectos en residencia, etc. Es internacional, intersectorial e interinstitucional y conecta arte, diseño, ciencia, tecnología, pensamiento y sociedad a través de un tema que elegimos hace tres años y que hoy está más vigente que nunca: los posibles.
En estas circunstancias, ¿podemos seguir pensando en el arte y la cultura como productos que se consumen de forma física o vamos cada vez más hacia la digitalización de estas disciplinas?
A lo largo de la historia se ha tendido a pensar que una tecnología nueva acabaría con la antigua cambiando todo el sistema de repente, pero no ha sido así. La digitalización de la cultura ha venido para quedarse y todavía tenemos mucho terreno por explorar, pero es sensato pensar que esto no tiene por qué hacerse en detrimento de ninguna otra forma cultural, como, por ejemplo, los eventos presenciales. El consumo cultural seguirá produciéndose a través de tantos canales o formatos como sea posible, siempre y cuando se sepa poner en valor los rasgos diferenciales de cada una de las propuestas. Tecnología y cultura se retroalimentarán siempre que podamos construir cultura a través de la tecnología digital y tecnología digital a través de la cultura y las artes.
Eres uno de los impulsores y el director de la revista Artnodes. ¿Cuál es el objetivo de la publicación y cómo valoras su recorrido?
El objetivo de Artnodes es contribuir a la difusión, el debate, la discusión y el intercambio de resultados de las investigaciones que trabajan alrededor de las intersecciones entre las artes, las ciencias y las tecnologías. Publicamos artículos que han sido evaluados positivamente mediante un proceso de revisión ciega por pares y que o bien explican proyectos de investigación artística vinculada a las ciencias y las tecnologías, o bien analizan este ámbito transversal, escriben su historia o hacen aportaciones teóricas que contribuyen al conocimiento que se tiene de él. Una revista científica no es solo una publicación, sino que, con el paso de los años, también llega a ser una comunidad de conocimiento.
Después de casi veinte años, gracias al apoyo de la Biblioteca y el impulso de la UOC, Artnodes se ha convertido en una revista de referencia en el ámbito internacional. El último número está dedicado a la relación entre la inteligencia artificial, el arte y el diseño, cuestionando las máquinas de aprendizaje. Se publicó haciendo una colaboración con la revista Leonardo, publicada por MIT Press, que es la obra de referencia en este ámbito. Esperamos hacer más colaboraciones de este tipo.
¿Cómo se relacionan los lectores con un formato totalmente digital y qué aporta que todo el contenido sea accesible a través de la pantalla?
Poder difundir todos los contenidos de Artnodes en formato digital y en acceso abierto es crucial y representa una gran aportación que los lectores y la comunidad agradecen muchísimo. El vehículo digital hace posible construir un archivo y recuperar la información rápidamente, y también favorece la accesibilidad de los artículos, a la vez que los tiempos de publicación y distribución son mucho más reducidos en relación con otros formatos de papel. En un contexto en el que acceder pronto y de forma gratuita al conocimiento marca la diferencia, una iniciativa como la revista es una aportación clave.
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Redacción