«No hay una sola forma de narrar una historia en Twitter»
Manuel Bartual, historietista experto en crear ficciones para redes sociales
Manuel Bartual, historietista experto en crear ficciones para redes sociales
Manuel Bartual inició en agosto de 2017 una experiencia creativa en Twitter que lo ha metido en una aventura narrativa que todavía dura. En esta red social, y utilizando elementos de falso documental, empezó a contar una historia de misterio, El otro Manuel, que rápidamente se convirtió en viral. En esta entrevista, Bartual, que ha pasado por la UOC para compartir su experiencia, explica algunas de las claves de la creación de historias tuit a tuit.
Manuel Bartual inició en agosto de 2017 una experiencia creativa en Twitter que lo ha metido en una aventura narrativa que todavía dura. En esta red social, y utilizando elementos de falso documental, empezó a contar una historia de misterio, El otro Manuel, que rápidamente se convirtió en viral. En esta entrevista, Bartual, que ha pasado por la UOC para compartir su experiencia, explica algunas de las claves de la creación de historias tuit a tuit.
«Viernes 13, quedas con un desconocido en el hall de un hotel...». Sería el principio de una buena historia.
¡Sí, totalmente! De hecho, que sea viernes 13 me hace mucha gracia.
¿Cuáles son las claves del éxito para hacer que una historia triunfe en Twitter?
No creo que haya una fórmula infalible que funcione para todo. Desde mi experiencia, lo que ha funcionado ha sido jugar con la ambigüedad, es decir, que cuando arrancas una historia la gente dude entre si lo que explicas es cierto o no. Me parece que es un juego interesante, y aunque en muy poco tiempo se acaba entendiendo que es una historia de ficción, este juego es divertido para la gente. De alguna forma, tal como el narrador cuenta la historia —como si todo fuera cierto—, la pones a jugar, y también entra en el juego de verlo como si lo que cuentas, aunque sea muy fantástico, sucediera de verdad. A mí, construir el misterio me ha funcionado bien, siempre he enganchado a la gente con las historias que creo, pero, como digo, para hacerlo no hay ninguna fórmula. Hay hilos humorísticos que también han funcionado muy bien, e historias de amor que, igualmente, han tenido muy buena acogida. Al final, también consiste en pensar en el medio que utilizas para narrar una historia e intentar entender cuáles son sus virtudes y desventajas y aprovechar las virtudes.
Es decir, que navegar entre la realidad y la ficción sería una de las claves para una historia que tenga éxito. Sin embargo, también menciona el hecho de jugar y las posibilidades del lector de intervenir en la historia.
De hecho, cuando empiezas a contar una historia en un medio como Twitter, podrías ser unidireccional. Podrías lanzar una historia y ya está. Pero estás en un medio en el que también puedes jugar con el directo. Puedes contar una historia que teóricamente sucede en la realidad y evidentemente se va generando una conversación alrededor de esta historia y puedes aprovecharte de ello, en el sentido de dejar entrar esta conversación en la historia. Si es una historia de misterio en la que hay que resolver algún tipo de enigma, las teorías que van apareciendo de alguna forma pueden enriquecer el relato. Creo que precisamente la interacción es algo que diferencia el hecho de utilizar Twitter para contar una historia, en vez de escribir un libro, narrar una novela o rodar una película, porque sucede en tiempo real. Poder contar con una respuesta tan inmediata y directa a medida que va construyéndose la historia es muy interesante. Es una forma de poder agrandar lo que narras.
El hecho de que intervengan otras personas en la construcción de la historia, ¿no convierte la cuestión de la autoría en un problema? ¿Cuál es la autoría de una historia contada en Twitter?
Depende de cómo te lo plantees. Hasta ahora, en todo lo que he realizado he tenido muy claros los puntos de giro de la historia. Lo que he hecho es permitir que la conversación entrara en los puntos que me han parecido interesantes para hacerla más interactiva. Pero lo que es la base de la historia es invariable. Sí que es verdad que llega un punto en el que, evidentemente, hay una parte de la historia que no estaba allí antes de que empezaras a contarla.
¿Es importante el componente lúdico en cualquier tipo de historia que se narre en Twitter?
No tiene por qué ser así. En el fondo, así como no hay ninguna fórmula mágica para contar una historia en Twitter y que tenga éxito, tampoco creo que haya una sola forma de narrar una historia en Twitter. Sí que es verdad que el juego está allí, y que este es un elemento que este medio permite y los demás no. Cuando se escribe una novela, se imprime y la gente la lee cuando el autor ya está pasivo y ya ha terminado su trabajo; y cuando alguien la lee, en ese momento el autor ya no está. Pero cuando narras una historia en Twitter, te conviertes en un autor activo. Si te lo planteas así, tienes que estar pendiente de qué va ocurriendo con la historia que estás narrando. El juego está allí y a mí me parece interesante pensar mucho en el medio que utilizas y en lo que este te ofrece para poder contar historias que solo se pueden narrar por ese medio. A veces, he visto gente que cuenta microrrelatos por Twitter, pero a mí eso no me interesa, porque es un tipo de narración que se podría explicar en otro lugar. A mí eso no me interesa tanto como explicar cosas que sí están pensadas específicamente para Twitter.
¿Este uso de Twitter revaloriza el medio, que a veces está muy condicionado por la discusión política?
Es verdad que Twitter se utiliza mayoritariamente para la información y la opinión, pero no hay ningún manual de instrucciones de cómo hay que utilizar esta plataforma. Nadie te dice qué hay que hacer en Twitter. Twitter es lo que hacemos nosotros con ese instrumento, y evidentemente también puede ser un canal para la ficción y para el juego. Es una de las redes sociales que está más pendiente de lo que los usuarios hacemos con ella. El retuit y la etiqueta o hashtag fueron inventados por nosotros, son cosas que fueron apareciendo en la red y que la propia plataforma terminó asumiendo como elementos indispensables. Creo que es una red muy mutable y me parece interesante no quedarte con lo que se hace con ella, sino pensar qué más se puede hacer con todas estas herramientas con las que cuenta Twitter.
El factor de la viralidad es importante. ¿Hasta qué punto este factor es importante con respecto a la labor creativa?
Cuando narras una historia buscas llegar a cuanta más gente mejor, porque cuantos más seamos, más reiremos y más divertido será. Siempre existe el objetivo de ver a cuánta gente llega. Sí que es verdad que cuando empecé a contar la historia del doble no podía ni imaginar el alcance que tendría ese hilo. De hecho, llegué a pensar que perdería seguidores, porque hacía un uso de Twitter muy distinto del habitual, y sucedió justo lo contrario. Lo hice pensando que podía ser una experiencia divertida para mí; siempre intento pasármelo bien y que la gente conecte con lo que hago y también se lo pase bien. Más allá de obsesionarte en hacer una historia que tenga los elementos perfectos para que enganche a mucha gente, creo que es más importante hacer una historia que te guste, con la que conectes, y pensar que, si eres honesto contigo mismo, habrá gente que también conectará con el relato.
¿Lo considera un nuevo género?
No sé si me atrevería a calificarlo como nuevo género, pero sí es un tipo de historia que hace varios años no podías plantearte explicar. Es cierto que Twitter, aunque su uso mayoritario no es para la ficción, desde sus orígenes también se ha utilizado para contar relatos, si bien de forma minoritaria. Ha habido gente que incluso ha publicado novelas tuit a tuit y que luego han terminado por recopilarse. Han existido más experimentos, aunque no sé si pueden llegarse a considerar como nuevos géneros, pero lo cierto es que Twitter es un nuevo medio en el que se pueden contar historias y es muy interesante.
Esta experiencia también recoge un poco lo que son las redes sociales, en las que la gente cuenta su propia historia, sin la necesidad de tener un desarrollo típico de presentación, nudo y desenlace.
En el fondo, todos hacemos ficción de forma más o menos evidente. Cuando explicas tu vida en las redes sociales la conviertes en ficción, eliges qué parte deseas contar, la editas. Algunas cosas no las cuentas; otras las modificas un poco. Si has hecho veinte fotos, elegirás una pensando que es la que mejor representa un momento dado, pero es una decisión muy subjetiva, porque quizás esa foto no es la más representativa. Así pues, todos hacemos ficción cada día. Pero es verdad que hay gente que lo hace de forma más deliberada. Que cada cual pueda crearse un alter ego en las redes me parece muy interesante para la ficción, para crear personajes y crearles un pasado digital. Es lo que hice con Nela García de Red Monkey. Estuvimos dos meses tuiteando como si esa persona existiera. Este es uno de los elementos que más me gusta a la hora de crear el personaje. Es muy atractivo para la gente que sigue el hilo ir hacia atrás y ver toda la construcción previa que existe del personaje, y encontrar detalles que de alguna forma tienen eco en la historia.
¿En este entorno estamos aceptando el engaño? ¿El engaño ya no nos hace tanto daño porque entendemos que lo que vemos es falso?
Una consecuencia que tiene utilizar Twitter para crear este tipo de personajes e historias es que la gente entienda cada vez más que lo que encuentras en internet no tiene por qué ser verdadero, aunque se presente como cierto. Hay gente que ya desconfía más de según qué información. Es cierto que solemos conceder verosimilitud a la información que recibimos de las redes, cuando en el fondo puede llegarte muy manipulada. Hay un efecto muy interesante que es el hecho de empezar a leer una historia creyendo que es cierta y luego darte cuenta de que es de ficción; y entonces quizás para la siguiente historia ya estás más prevenido. Te puede servir para detectar cuándo una ficción es puramente lúdica y cuándo es todo lo contrario, es decir, cuándo tiene un interés, sea político o no, o cuándo intentan estafarte. En cada época, la última tecnología en llegar es la tecnología a la que acostumbramos a dar más verosimilitud. En las redes sociales, que son un medio donde estás muy estrechamente relacionado con otra gente, con una relación de tú a tú, puede resultar muy fácil creerse todo lo que se te proporciona, pero no hay que olvidar nunca que aquella persona que lees quizás no es quien crees.
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Redacción