30/1/19 · Institucional

«Mi oficio de actriz y cantante me ha llevado a profundizar en el estudio de la voz»

Nina, cantante

Foto: Artur Ribera

Foto: Artur Ribera

Nina, cantante

Estás muy vinculada a la UOC; en ella cursaste el acceso para mayores de 25 años e iniciaste los estudios de Lengua y Cultura Catalanas, y, desde este curso, trabajas de profesora colaboradora del grado de Logopedia.

Soy estudiante «nativa UOC». Su modelo de aprendizaje en línea (e-learning) me permitió no solo estudiar de mayor, sino también adentrarme plenamente en su entorno tecnológico y de aprendizaje, e identificarme con él. Podríamos decir que, como estudiante, nací en la UOC. A los 37 años, cuando formalicé el acceso, tenía serias dudas sobre si sería capaz de volver a estudiar. El perfil de un profesorado exigente, riguroso y motivador, sumado al modelo de aprendizaje en línea, contribuyó decisivamente a hacerme crecer como estudiante y a que pudiera integrar cualquier herramienta tecnológica en el aprendizaje y como parte fundamental de este. Ahora que soy profesora en esta universidad, me inspiro en el ejemplo de aquellos profesores y pongo en práctica unos principios que me parecen fundamentales: dinamizar las aulas y otorgar confianza al alumno para afrontar las dificultades que implica estudiar solo y con la lengua escrita como único instrumento de comunicación.

Eres actriz, cantante, logopeda y profesora. ¿Qué profesión prefieres?

¡Es absolutamente indistinguible! La voz me ha llevado a ser quien soy y a hacer lo que hago. La Nina logopeda, entrenadora y profesora se nutre de la Nina actriz, cantante y comunicadora, y viceversa. Soy al mismo tiempo el instrumento que produce el sonido, el instrumentista que hace sonar el instrumento y el lutier que lo repara cuando se estropea. De manera natural, mi oficio de actriz y cantante me ha llevado a profundizar en el estudio de la voz. Hace años que me acompaña una obsesión, una necesidad vital de entender cómo hago lo que hago con la voz y qué implicación tiene el cuerpo en la eficacia y la salud vocal. Me estimula estudiar para capacitarme con el objetivo de ofrecer herramientas útiles y orientar correctamente al paciente o al alumno. Me he formado, y me formo aún, en ámbitos diversos para desarrollar y mejorar la habilidad de interpretar el gesto vocal y corporal, sin la cual no me sentiría capaz de responsabilizarme de la salud o la eficacia vocal de una persona.

¿Es esta responsabilidad lo que te empujó a estudiar Logopedia a los cuarenta años?

Mis expectativas sobre el estudio de la voz eran altísimas cuando me matriculé en el grado de Logopedia. A medida que avanzas, te das cuenta de la naturaleza multidisciplinar de los estudios y de la cantidad de ramas en las que el logopeda puede desarrollar su actividad profesional. No puedo decir que la carrera me aportara los conocimientos que me interesaba adquirir sobre la voz: la correlación entre fisiología y acústica, es decir, cómo hacemos lo que hacemos con el aparato vocal. Esta formación la he adquirido por otras vías mediante el estudio anatómico, fisiológico y acústico del instrumento. En mi opinión, sería interesante abordar el estudio de la laringe como lo que es: una estructura de supervivencia que desarrolla funciones biológicas, por un lado, y un instrumento musical que desarrolla funciones comunicativas y expresivas, por el otro. Desde el punto de vista fisiológico, ambas funciones, las biológicas y las comunicativas, comparten estructuras, músculos y acciones motrices comunes. Sea cual sea la especialización del logopeda, considero esencial conocer y entender la laringe en su doble vertiente, pues su fisiología es absolutamente transversal a muchas de las alteraciones susceptibles de ser rehabilitadas por un logopeda.

Como docente en línea, ¿de qué manera guías y ayudas a los estudiantes en su aprendizaje?

El alumno debe sentir desde el minuto cero que el profesor está presente las 24 horas y que estudia con él. Hay que estar pendiente en todo momento de las dudas que los alumnos puedan plantear de manera individual en el buzón o de manera colectiva en el foro. Como profesora responsable de la asignatura Educación vocal, mi propuesta se encamina hacia la experimentación y el descubrimiento de la propia voz, es decir, la educación y el entrenamiento de la voz del futuro logopeda, con lo que el estudiante de Logopedia hace a la vez de terapeuta y de paciente de sí mismo. Por un lado, esto es así porque el estudiante deberá desarrollar la habilidad de analizar voces por vía perceptiva e interpretar los comportamientos vocales, y parece del todo razonable que lo empiece a hacer con el propio instrumento, y, por el otro, porque el entorno tecnológico y el modelo UOC fomentan el uso de unos recursos con los que el logopeda deberá trabajar a lo largo de su actividad profesional, y aún más si se especializa en voz.

Aparte de tu labor artística diriges un centro de educación, entrenamiento y rehabilitación de cuerpo y voz. ¿Qué te ha empujado a desarrollar un centro de estas características?

A mí me hubiera gustado disponer de un espacio y un proyecto como Nina Studio para prepararme corporal y vocalmente. Por esta razón lo he creado. Me ha empujado a hacerlo el deseo de dar respuesta a las personas que, como yo, trabajan de manera exigente con la voz y también a las que, sin ser profesionales, desean mejorarla. A lo largo de estos 35 años de oficio nunca me ha abandonado el interés por hacer bien mi trabajo. La exigencia que implica representar ocho funciones semanales te evidencia la necesidad de contar con las herramientas vocales y corporales bien afiladas. Esto ha afianzado mi convicción de que solo la educación (la adquisición de conocimiento sobre la voz) y el entrenamiento de nuestras herramientas de trabajo (el cuerpo y la voz) nos hacen eficaces y competentes.

Nina Studio es mi proyecto vital y siento que mi futuro profesional me aboca a la educación y la enseñanza de la voz y la mejora de la comunicación. Nada me place más que ver en los ojos de una persona la satisfacción personal de haber logrado sus objetivos con su voz. La confianza y la seguridad del alumno o el paciente crecen cuando estos superan un reto deseado y temido a la vez, y yo me siento útil porque he sabido poner la experiencia del oficio y los conocimientos adquiridos al servicio de quien lo necesita.

Entrenas a amateurs de la voz, pero también a políticos, comunicadores o actores de renombre. ¿Cómo los ayudas?

Yo los llamo «atletas de la voz». Las personas que la usan de forma exigente como los profesores, los actores, los políticos o los cantantes son verdaderos atletas y deben entrenar como tales su principal herramienta de trabajo. El entrenamiento de la voz, sin embargo, no se reduce a lo que llamamos el aparato vocal (el sistema respiratorio, el vibrador y el resonador), sino que abarca el cuerpo en su conjunto. Imaginaos una orquesta sinfónica. Para que la partitura suene a la perfección, todos los músicos sin excepción deben seguir las indicaciones del director y establecer las sinergias necesarias. Ocurre lo mismo con el conjunto de sistemas del organismo que intervienen en la producción del sonido: ¡deben «tocar» en perfecta sincronía! Habitualmente situamos la voz a la altura de lo que llamamos coloquialmente la «garganta», y ciertamente es en esta zona (la laringe) donde generamos sonidos. Pero los pliegues vocales de la laringe, por sí solos, no nos otorgan la fisonomía (el timbre), ni la intensidad o la proyección y la contundencia en el sonido. Los atletas de la voz necesitamos el cuerpo en su globalidad y, cuando no lo implicamos, empiezan a aparecer los dolores, el cansancio y las contracturas que nos harán entrar en una espiral de fatiga corporal y vocal. La voz vive dentro del cuerpo y lo necesita fuerte, ágil y disponible. La experiencia en mi oficio y la adquirida como entrenadora vocal y logopeda me dicen que todo lo que ocurre en el cuerpo afecta a la voz. Es por ello que mi método de entrenamiento pone su atención en el cuerpo, un sujeto que lleva a cabo acciones, cuyas consecuencias recaen en el complemento directo, la voz.

¿Cómo integras el trabajo corporal con el vocal?

He desarrollado un método de entrenamiento que integra el trabajo corporal al vocal con un doble objetivo: por un lado, ganar fortaleza y flexibilidad muscular (alineación postural) y, por el otro, desarrollar dos elementos esenciales en la producción vocal: la propiocepción y la coordinación. Todo empezó hace quince años cuando descubrí el método Pilates. Personalmente, este sistema de entrenamiento me otorgó una forma física que nunca había tenido con ninguna otra disciplina. Y además, y sobre todo, la eficacia y la salud de mi voz mejoraron notablemente. He dedicado muchos años a entender cómo opera el pilates en el cuerpo. En la maquinaria propia de este método y en su diseño de ejercicios he encontrado una herramienta poliédrica que orienta al paciente en aspectos clave: contribuye a desarrollar la propiocepción, ayuda a localizar las tensiones y focalizar el esfuerzo muscular allí donde es realmente necesario, otorga estabilidad a la voz mediante el trabajo muscular global y desarrolla el control de la musculatura respiratoria y, por tanto, de la coordinación fonorrespiratoria, entre otros beneficios. El método Pilates me ha enseñado a analizar e interpretar un cuerpo, sus carencias y necesidades y, al hacerlo, he aprendido a detectar las causas que pueden estar poniendo palos en las ruedas a las voces ineficaces o a las que sufren serios problemas.

«He desarrollado un método de entrenamiento que integra el trabajo corporal al vocal»

 

¿Cómo se ejercita la voz para tenerla siempre en forma?

Si «la función crea el órgano», en el caso de la voz podríamos decir que el entrenamiento la modela. El ejercicio saludable contribuye a la tonicidad de los músculos, y los de la laringe no difieren de los del resto del cuerpo. Por lo tanto, cuanto más entrenes vocalmente, cuanto más cantes, cuanto más y mejor uses la voz, más en forma y mejor estará. Sin embargo, existen variables que desconocemos o que no siempre tenemos suficientemente en cuenta u otras que no podemos controlar y que perjudican severamente a la voz, como el estrés, una mala gestión emocional, una alimentación poco saludable, una hidratación insuficiente, la falta de descanso o el simple hecho de someter la voz constantemente a la contaminación acústica o ambiental. Cuanto más nos cuidemos en todos los sentidos, en mejores condiciones estará nuestra voz. Dicho de otro modo, y con la licencia para adaptar el pensamiento de Lamarck con el que empezaba esta respuesta, vox sana in corpore sano.

En 2004 estrenaste en Madrid Mamma Mia!, que se representó durante seis temporadas seguidas, con las que se convirtió en el musical con mayor tiempo en cartelera en España. Y en 2015 volvisteis y la representasteis hasta 2017. ¿Qué supone para ti haber formado parte de este éxito?

Sin duda ha sido el proyecto profesional que más me ha marcado. Son nueve años de mi vida invertidos en representar el mismo papel, pronunciar el mismo texto y cantar las mismas canciones todas las noches, eso sí, con la ilusión del primer día, porque el espectador no se merece otra cosa. El teatro es disciplina, y representar Mamma Mia! durante nueve años ha sido una importante lección de compromiso y estima hacia mi oficio. Por otra parte, lo que he vivido y compartido con el público es impagable. Este musical genera un sentimiento de positivismo. El público sale de la platea del teatro con la energía renovada, como si el espectáculo le hubiera inyectado un extra de vitalidad para encajar la vida, los problemas y las frustraciones. ¡Podría escribir un libro!

«Representar Mamma Mia! durante nueve años ha sido una importante lección de compromiso y estima hacia mi oficio»

 

En 2001 empiezas a dirigir Operación Triunfo (OT), cargo que ocupas durante tres temporadas. ¿Qué aportaron aquellos años a tu carrera profesional?

OT fue, en el ámbito televisivo, lo que Mamma Mia! fue en el ámbito teatral. Me considero una persona privilegiada que ha podido vivir en primera persona proyectos de esta dimensión, liderarlos y, además, hacerlo acompañada de equipos humanos muy profesionales de los que he aprendido todo lo que sé de televisión. OT se convirtió en un fenómeno social que dio visibilidad a la parte más artesanal del oficio de intérprete o cantante. Me siento orgullosa porque amo mi oficio, y trato de defenderlo y dignificarlo. Quiero pensar que poco o mucho me acompañan los valores que me dejaron en herencia mis abuelos y mis padres, personas que nunca pudieron soñar o planificar qué querían ser en su vida, pero a las que, en cambio, el rigor acompañó en todo lo que hicieron. Era una generación que disfrutaba haciendo las cosas bien hechas. OT dio visibilidad al rigor, el esfuerzo y la exigencia de un oficio complejo, inestable por naturaleza, que requiere una gran preparación, tanto artística, musical, vocal y corporal como personal.

Cuando estás en el escenario, ¿qué sientes?

Felicidad; poder; control; amor; vitalidad; agradecimiento. Pisar el escenario de un teatro es como entrar en casa de tus padres.

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