Cerca de 2.000 estudiantes con certificado de discapacidad eligen la UOC
Siete de cada diez estudiantes con discapacidad recomendarían la UOC como una universidad adecuada para personas de este colectivoEl 3 de diciembre se celebra el Día Internacional de las Personas con Discapacidad. La UOC es una de las primeras universidades de España en número de estudiantes con discapacidad. Según una encuesta, el 66,03 % de este colectivo recomendaría la UOC como una universidad adecuada para personas con discapacidad (2018).
Durante el curso 2020-2021, la UOC tenía 1.944 estudiantes matriculados con certificado de discapacidad, además de otros estudiantes con necesidades específicas educativas, como trastornos de aprendizaje. A lo largo del primer semestre de este curso, el servicio de atención ha recibido mayoritariamente consultas de adaptación en casos de dislexia, seguidas de consultas de estudiantes con discapacidad visual o auditiva y, finalmente, consultas relacionadas con la salud mental.
Según Marc Romero, director de programa del Ámbito CTIC y profesor de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación, "nuestra universidad ofrece condiciones de accesibilidad que facilitan la inclusión: desde un campus que, en la mayoría de los casos, es compatible con herramientas de apoyo (amplificadores y lectores de pantalla, etc.) hasta recursos de aprendizaje accesibles, pasando por las adaptaciones de las pruebas finales". Sílvia Mata, del Servicio de Atención al Estudiante, añade que "el propio modelo de aprendizaje ya se considera inclusivo y accesible: cada uno puede seguir su ritmo de trabajo y puede conectarse cuando le vaya bien y desde casa".
Más allá de esto, Mata destaca iniciativas concretas para adecuar el aprendizaje a todo el mundo. "La Biblioteca hace muchos esfuerzos para que la mayoría de los recursos de aprendizaje sean accesibles: por ejemplo, subtitula los vídeos, elabora audiolibros, vela por que los PDF puedan leerse con programas específicos de voz, etc. Asimismo, desde el equipo del servicio de atención también se han establecido una serie de circuitos y protocolos específicos de atención, y se apuesta por un acompañamiento a lo largo de toda la vida universitaria", afirma. Romero asegura que, "sin embargo, aún queda camino por recorrer, puesto que todavía hay casos en los que no se puede dar una atención 100 % adaptada". Para mejorar la atención a este colectivo, el curso pasado se constituyó, con el apoyo del Área de Globalización y Cooperación, un grupo de trabajo sobre diversidad funcional, enmarcado en el eje 4, brecha de acceso, del Plan de transformación digital de la educación de la UOC.
¿A qué dificultades se enfrentan las personas con discapacidad?
Cada persona es un mundo y vive su discapacidad de forma distinta. Además, las dificultades a las que se enfrentan son muy variadas. Según Romero, "la dificultad más frecuente es un entorno que no está adaptado a sus necesidades, lo que los lleva a buscar recursos externos. Otro aspecto importante es la visión que se tiene del colectivo: el desconocimiento de sus características y necesidades, y una visión —en función de los aspectos concretos de su discapacidad— estigmatizante o paternalista que no se corresponde para nada con la realidad".
Si nos centramos en aspectos concretos, y a partir de estudios previos —como el de Elena Barberà y Eulàlia Hernández, de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación, junto con el Área de Planificación y Calidad, o el del estudiante Efrem Melián, tutorizado por Julio Meneses—, "los estudiantes con un grado de discapacidad visual pueden tener dificultades para analizar imágenes o leer letra pequeña, lo que les obliga a buscar alternativas propias para ampliar los documentos y poder descifrarlos, o bien para superar barreras tecnológicas en la navegación de páginas web. Las personas con discapacidad auditiva pueden mostrar dificultades para comprender mensajes o recursos que no usan un lenguaje directo. También hay personas con problemas relacionados con enfermedades crónicas que les impiden seguir el ritmo de las actividades académicas durante ciertos periodos de tiempo", comenta Romero.
Propuestas
Según Romero, "es necesario realizar tareas de concienciación de la comunidad universitaria para dotarla de una perspectiva abierta cuando interactúe con una persona con discapacidad". "Sin embargo, es importante que esta concienciación se base en la consideración de las personas con discapacidad como personas autónomas", afirma. "Hay que hacer un análisis crítico de las instituciones universitarias desde el punto de vista de la accesibilidad, y es muy importante contar con un diagnóstico que tenga en cuenta el punto de vista del estudiantado y que identifique tanto los aspectos que ya están superados como todo lo que aún queda por hacer. Además, debemos destinar recursos para llevar a cabo las acciones identificadas en el diagnóstico para asegurar su éxito", señala Romero.
Asimismo, según este profesor, "debemos ir más allá de la concienciación: hay que formar al equipo de la universidad para que pueda prestar un servicio adaptado a las necesidades de cada persona en función de su perfil y sus funciones, y debemos ofrecerle guías". Romero apuesta por la creación de un servicio específico de asesoramiento al profesorado, al personal docente colaborador (PDC) y a los tutores y tutoras para que puedan ofrecer una atención adaptada a las necesidades de todos los estudiantes.
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