Los bancos centrales se encomiendan a las monedas digitales para frenar los bitcoins
Los expertos auguran para esta criptomoneda un futuro exitoso, en el que pasará de moneda especulativa a moneda de cambioLa Comisión Europea debate una propuesta que instaría al Banco Central Europeo a experimentar con un euro virtual. No es la única iniciativa de este tipo que se plantea. El Banco de Inglaterra, el de Suecia o el banco popular chino también estudian emitir una moneda digital propia. Los expertos interpretan estos movimientos no solo como una innovación a la hora de poner fin al papel moneda, sino también como un intento de competir con los bitcoins, una moneda que opera por internet y que está en auge. Las nuevas monedas digitales, sin embargo, serían muy diferentes del bitcoin, que no solo es un sistema que opera en internet, sino que está descentralizado. Así, hay que diferenciar entre monedas digitales (como un euro digital) y monedas virtuales (descentralizadas, como los bitcoins).
«El bitcoin es un sistema totalmente distribuido sin autoridad central. Todas las monedas propuestas que vengan desde una autoridad central difícilmente se parecerán al bitcoin. Lo que quieren es una moneda virtual pero el BCE no renunciará a ser quien controla la emisión de euros», asegura Jordi Herrera Joancomartí, profesor colaborador de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la UOC. Por su parte, Marc Rocas, investigador del grupo de investigación Dimmons (IN3-UOC), describe así el bitcoin: «Es una moneda distribuida que opera en internet. Es decir, que no la posee, emite ni administra ningún gobierno ni institución de ningún país». Rocas añade que es una moneda cuyas transacciones son «totalmente seguras», tienen un «coste minúsculo» y «tardan muy poco en llevarse a cabo en comparación con los plazos del mundo financiero actual».
Herrera remarca que los bitcoins, la moneda del futuro, representan un «cambio de equilibrio de poderes», ya que se empodera a los usuarios, que son responsables de su dinero. Para Herrera, este cambio de paradigma conlleva tanto ventajas como inconvenientes. Por un lado, la parte positiva es que «el banco no puede hacer un corralito» porque el dinero está en posesión de la gente. Por otro, sin embargo, advierte este profesor de la UOC, «si no lo guardas bien (el dinero), pueden quitártelo o puedes perderlo».
Una moneda muy volátil
August Corrons, profesor de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC y experto en moneda complementaria, apunta que el «bitcoin todavía está en un proceso de maduración» y, en la actualidad, añade, «presenta una gran volatilidad; determinadas actividades pueden llegar a afectar significativamente al precio». Herrera y Rocas también subrayan esta volatilidad de los bitcoins, ya que mucha gente, viendo el interés creciente por este método de pago, se los guarda y esto aumenta su precio. «Hoy en día —asegura Herrera— se está utilizando poco como moneda de cambio, para comprar y vender, y más como moneda de inversión».
El profesor de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la UOC asegura que los bitcoins viven ahora un momento decisivo, ya que presentan algunos problemas técnicos y la forma en que se resuelvan, asegura, determinará si viven un ascenso o son eclipsados. «Hoy día el bitcoin procesa muy pocas transacciones por segundo —indica Herrera— y no puede competir con sistemas como PayPal o Visa. Hay diferentes propuestas sobre la mesa para arreglar esto». Si las dificultades técnicas se resuelven y la volatilidad baja porque el bitcoin se utiliza cada vez más como moneda de cambio, los expertos le auguran un futuro brillante.
Delitos fiscales más difíciles
En este momento de ascenso, también hay quien lamenta que esta nueva moneda se utilice también para delinquir: para cometer elusión fiscal, financiación irregular y blanqueo de dinero. Los expertos de la UOC atribuyen estas críticas a la desconfianza y matizan que es más fácil perseguir el delito con bitcoins que en el caso de los euros en efectivo, por ejemplo. También afirman que hay otras disfunciones o efectos perversos de las monedas más habituales que, con el bitcoin, no suceden.
«Se alerta de estos comportamientos delictivos por el temor que despierta un sistema distribuido sin organismos de control centrales», señala Rocas, que añade: «La realidad es que las transacciones sobre Blockchain (la tecnología con la que funcionan los bitcoins) son inmutables y, por lo tanto, irreversibles; públicas y transparentes y, por lo tanto, no anónimas». En este sentido, Herrera asegura: «La tecnología es neutra; otra cosa son los usos que se hacen de ella. Los euros también sirven para fines delictivos». Este profesor de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación explica que es un sistema más transparente que otros porque todas las transacciones quedan registradas —a diferencia, por ejemplo, de pagos en negro— y, si bien no se sabe a quién pertenece cada dirección de bitcoins, en algunos casos, si se comete un delito y se sigue el rastro, se puede llegar a saber quién está detrás.
Corrons subraya que el hecho de que el bitcoin no tenga soporte físico «impide su falsificación» y el hecho de que no se haya emitido por un organismo central «impide los efectos perversos de la emisión monetaria actual en forma de deuda bancaria». Este experto en moneda complementaria advierte que los bitcoins sí se utilizan en algunos casos para delitos como el blanqueo de dinero o la elusión fiscal. «Gran parte de la solución pasaría por el freno en la emisión no declarada de criptomonedas y por una mínima identificación de los usuarios vinculados a las transacciones llevadas a cabo», opina este profesor conferenciante en el próximo Congreso de Moneda social y complementaria que se celebrará del 10 de 14 mayo en Barcelona.
Las monedas virtuales son el futuro
Los expertos auguran al bitcoin un futuro próspero. Herrera señala que, si los problemas técnicos actuales se resuelven con éxito, el bitcoin «tendrá una capacidad de utilización mucho mayor» y los bancos centrales que emiten monedas como el dólar, la libra o el euro deberán mover ficha «para no perder su espacio económico». «En los próximos años —pronostica Rocas— veremos un intento para regular el uso de los bitcoins y otras monedas virtuales. Será un intento para mantenerlas dentro del sistema, y un movimiento paralelo a la aparición de una nueva economía supranacional basada en una soberanía social y económica real de los individuos».
Corrons vaticina también un futuro que se encamina a sistemas monetarios virtuales más o menos descentralizados. «Esta descentralización —remarca el experto en moneda complementaria— permitiría empoderar a las personas, crear una sociedad más igualitaria y emplear el dinero única y exclusivamente para lo que debería servir: unidad de cuenta y medio de intercambio. Nada más lejos de la realidad, en la que el sistema monetario actual, asociado a la deuda bancaria, genera una serie de desigualdades y dependencias, y convierte el dinero en un objetivo final de cualquier acción y no en un instrumento neutro».
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