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Máster universitario de Responsabilidad social corporativa
Roser es de aquellas personas que hablan de su trabajo con un entusiasmo que se contagia; un trabajo que quiere hacer, y hace, un mundo mejor y más sostenible. Ella y su equipo tienen el encargo de las Naciones Unidas de formar emprendedores «verdes» en países de la franja del Mediterráneo. Están en el ecuador del proyecto, que dura cuatro años y se denomina SwitchMed. Escogió la UOC para cursar el máster universitario de Responsabilidad social corporativa porque le interesa todo lo que se refiere a implantar nuevos modelos de negocio que contribuyan al crecimiento sostenible. Roser es bióloga marina de formación y trabaja en la implantación de proyectos a caballo entre la sostenibilidad, la economía circular y la comunicación desde hace quince años. También colabora en distintos medios de comunicación y proyectos editoriales, donde escribe artículos.
Actualmente eres la responsable de comunicación del programa SwitchMed, un proyecto de las Naciones Unidas con subvención de la UE para formar emprendedores verdes en los países mediterráneos. ¿Cómo lo hacéis?
SwitchMed quiere facilitar la transición a un consumo y una producción más sostenibles, y lo hacemos apoyando a diferentes grupos de interés y conectándolos para mejorar y promocionar innovaciones sociales y ecológicas en la región del Mediterráneo, con especial énfasis en Argelia, Egipto, Israel, Jordania, Líbano, Marruecos, Palestina y Túnez.
Identificamos a emprendedores verdes de estos países, así como iniciativas locales de la sociedad civil, y los formamos para empoderarlos, ayudarles a mejorar sus modelos de negocio sostenibles y prepararlos para posibles inversores. Hemos bautizado a estos emprendedores con el nombre de Switchers y hemos creado esta plataforma www.theswitchers.eu para promocionarlos. En la actualidad son un centenar.
¿A cuántas personas esperáis formar?
En 2018 habremos formado a 125 formadores locales, y 2.700 emprendedores habrán formado parte del curso. De estos, se han seleccionado las 270 mejores iniciativas, para las que se proporciona asesoramiento individual. Por último, un jurado seleccionará 45 para que entren en el programa de incubación, que durará ocho meses.
Anteriormente, trabajaste en la Cátedra UNESCO de Ciclo de Vida y Cambio Climático. ¿Cuál era tu tarea?
Era la responsable de comunicación. Es ahí donde me di cuenta de la importancia de la divulgación de la ciencia para un público no especializado y de la utilización del periodismo de marca (brand-journalism) y del relato de marca (storytelling), utilizando la narrativa como componente fundamental. Así, sin perder el rigor científico, los conceptos complejos podían explicarse de forma más entretenida y sencilla.
¿Qué recomendaciones harías a las empresas para que tengan en cuenta el entorno donde trabajan y sean sostenibles económica, ambiental y socialmente?
Las empresas deberían integrar la sostenibilidad en el corazón de su estrategia empresarial. La adopción de una política de compras y contrataciones públicas más sostenibles, por ejemplo, como la compra de papel y productos y equipos de oficina, es fundamental para la sostenibilidad ambiental. También se pueden implantar medidas para reducir las emisiones de CO2, generar menos residuos, promover la eficiencia energética, la innovación, incentivos para ir al trabajo en transporte público, auditorías a los proveedores para tener la certeza de que operan dentro de la legalidad...
La transparencia en los procesos, la igualdad de oportunidades, las políticas activas de conciliación de la vida familiar y profesional, la difusión y compartición del conocimiento existente en la empresa, fomentando la formación continua, son algunos aspectos que pueden mejorar la sostenibilidad social de la empresa. Las empresas deben tener claro que la competitividad sostenible es ya un elemento estratégico empresarial.
A título individual, ¿qué podemos hacer cada uno de nosotros para cuidar el planeta?
¡Podemos hacer muchísimas acciones en nuestro día a día que contribuyan a reducir nuestra huella de carbono! La forma como consumimos tiene un impacto enorme en la salud ambiental del planeta, de modo que conviene que tomemos decisiones de compra informadas, que leamos las etiquetas para saber cómo se ha fabricado el producto, qué materiales se han utilizado, de dónde viene... Nuestras decisiones pueden favorecer o perjudicar a las empresas, de modo que estilos de vida sostenibles y patrones de consumo responsable pueden mejorar la situación actual de derroche de recursos, contaminación, calentamiento global del planeta, etc.
En casa podemos aplicar las tres R: reducir, reutilizar y reciclar, tener aparatos electrodomésticos y bombillas de bajo consumo, contratar una cooperativa de consumo de energía verde, usar productos de limpieza ecológicos, no utilizar bolsas de plástico desechables en el supermercado… Podemos ahorrar energía si nos desplazamos en transporte público, bicicleta o compartimos el coche; podemos reducir la generación de residuos que acaban en los vertederos si llevamos la ropa que no usamos a contenedores especiales o la intercambiamos, si no compramos ropa en la que se hayan utilizado productos tóxicos durante el proceso de fabricación de la pieza; podemos abrir una cuenta en la banca ética, practicar turismo de proximidad y coger menos aviones… y enseñar a las nuevas generaciones a respetar y amar el medio ambiente. La lista es infinita.
¿Recomiendas algunas apps para los usuarios?
Si necesitamos un producto en concreto, miremos si en Wallapop alguien lo vende; si queremos hacer un viaje, miremos si en Blablabla car hay alguien que también debe ir y compartamos el trayecto; si queremos disponer de un armario de ropa amplio, alquilemos la ropa en Ropateca; en definitiva, se trata de poseer menos y de compartir más, de participar en una economía colaborativa.
¿Llegamos tarde para cuidar nuestro entorno?
Seguimos emitiendo más dióxido de carbono del que el planeta puede absorber y el planeta sigue calentándose a una velocidad sin precedentes. Según el Grupo Intergubernamental de Expertos en cambio Climático, durante los últimos años se han registrado las temperaturas más altas desde 1880. De hecho, este agosto ha sido el más caluroso en 136 años (datos del Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA).
La comunidad científica alerta de que, a pesar de que todavía no hemos llegado al punto de no retorno en que las consecuencias serían devastadoras, estamos llegando a él a una velocidad aterradora. Todavía podemos revertir la situación del calentamiento global, siempre y cuando bajemos con urgencia y de forma muy drástica las emisiones de carbono.
¿Qué ámbito requiere acciones empresariales de forma más inminente: residuos, construcción, energía, agricultura, transporte, turismo, alimentación…?
En el caso de los países del Mediterráneo, SwitchMed consideró que eran cuatro los sectores prioritarios en los que había que centrar esfuerzos para contribuir a un mejor desarrollo sostenible de la región: agricultura/alimentación, buenas prácticas de fabricación (good manufacturing practice), turismo y vivienda/construcción.
¿Predicas con el ejemplo, es decir, vistes roba socialmente responsable, te alimentas de productos ecológicos y de km 0...?
Precisamente soy muy consciente de la sostenibilidad en el sector textil, tema que traté en mi trabajo final de máster. Procuro no comprar nunca en empresas fast fashion, a pesar de que recientemente han sacado colecciones sostenibles. Soy principalmente consumidora de ropa de segunda mano y tiendas de ropa vintage. Si compro ropa de primera mano, me informo previamente para saber las políticas de RSC de la empresa y leo siempre las etiquetas de la ropa. Ahora quiero explorar las «librerías de ropa»: pagas una cuota mensual a cambio de poder alquilar prendas de ropa.
En Bruselas, donde viví casi cinco años, tenía un huerto urbano: ¡me encantaba! En Barcelona he sido miembro de una cooperativa de consumo de mi barrio durante un tiempo. Compro mayoritariamente en el mercado y en las tiendas del barrio, y sobre todo productos de temporada.