Entrevistas Alumni

Ramon Ruiz Navarro
Ramon Ruiz Navarro
02/12/2020
Olga Vallejo
Alumni
Ciencias Empresariales, Administración y Dirección de Empresas, Investigación y Técnicas de Mercado y Master en Sociedad de la Información y el Conocimiento





«Hace más de veinte años que estoy enganchado a la UOC. Más allá del enriquecimiento personal, ha sido clave para mi promoción laboral »
 

Ramon Ruiz Navarro empieza a trabajar con quince años, y de eso ya hace casi cincuenta. Es antiguo alumno de la UOC desde sus inicios: ha estudiado la diplomatura de Ciencias Empresariales; dos licenciaturas, una de Administración y Dirección de Empresas y la otra de Investigación y Técnicas de Mercado, y el máster universitario de Sociedad de la Información y el Conocimiento. Actualmente está cursando el grado de Ciencias Sociales y el doctorado de Sociedad de la Información y el Conocimiento. 

Eres un claro ejemplo de formación a lo largo de la vida. ¿Cómo explicas esta reincidencia con la UOC? 

Mis inicios laborales están en el mundo de la informática: primero en el que fue originariamente el Deutsche Bank y luego en Sony, donde, para subir de categoría, tenías que tener una carrera. A finales de los años ochenta me empiezo a interesar por los temas de negocio y empresa y a mis cuarenta años me planteo un cambio de paradigma, que coincide con el inicio de la UOC. No podía permitirme ir presencialmente a la universidad y parecía que este nuevo proyecto de universidad a distancia y en línea encajaba perfectamente con lo que necesitaba. Hice la entrevista y entré en Empresariales. ¡A partir de ahí no he parado! Hace más de veinte años que estoy enganchado a la UOC. Más allá del enriquecimiento personal, ha sido clave para mi promoción laboral.

¿Cómo recuerdas aquellos inicios? 

Al principio nos conectábamos por medio del módem de la UOC, después con el ADSL... Como informático, empecé a programar perforando tarjetas de cartulina, este universo me resultaba familiar. Aprender era maravilloso, pero compaginar trabajo, familia y estudios era complicado. Había días que iba a trabajar sin dormir. Siempre me ha gustado estudiar, para mí es una continuación de mi vida, mientras pueda y la salud me lo permita, quiero seguir. Fui uno de los primeros antiguo alumno que organizó los UOC Meet, los encuentros presenciales con charlas de expertos sobre temas concretos, y también los UOC Talk, la versión descentralizada de los Meet en las diferentes sedes de la UOC. Han sido oportunidades para seguir aprendiendo, hacer trabajo en red (networking) y mantener los contactos. 

¿A lo largo de los años ha cambiado la percepción de tu entorno de qué es la UOC? 

Cuando empecé, no entendían este modelo de universidad. «Cómo puede ser una universidad a la que no tengas que ir, cómo lo harán para que no copiéis o qué validez tendrá el título» eran las preguntas más habituales. Con el tiempo, conozco a muchos estudiantes de la UOC, compañeros de trabajo que querían seguir trabajando y estudiando, y a raíz de mi experiencia han decidido matricularse. En estos 25 años, la UOC ha ganado el prestigio nacional e internacional que tiene, acompañando a un montón de profesionales que han evidenciado la calidad de la formación que ofrece la universidad, la calidad de sus graduados la avala. La red Alumni también ha contribuido al prestigio de la universidad. 

¿Qué papel crees que ha tenido la tecnología en el primer cuarto de siglo de la universidad? 

Ha sido una gran aliada, los avances tecnológicos han sido exponenciales. El paso del módem al ADSL ya se notó: podías hacer vídeos, organizar videoconferencias... ¡Piensa que al principio ni siquiera había móviles! Los medios actuales son increíbles. No se trata solo de todo lo que podemos hacer, sino de la calidad, por ejemplo, de las pantallas y la imagen. Cuando tengamos la 5G, con una interacción en el momento sin ningún tipo de retraso, será un fenómeno.

Más allá de los conocimientos adquiridos, ¿estudiar en la UOC ha supuesto cambios importantes en tu vida?

A mí me ayudó: gracias a la diplomatura pasé a ser mánager de planificación de la producción y distribución. Empiezo por la promoción laboral y luego me he ido enganchando: me gusta seguir aprendiendo, en lugar de leer libros, me voy matriculando de asignaturas; cada asignatura es como un libro que te está formando. Hace casi dos años que estoy de baja laboral, fruto del desgaste de tantos años trabajando. Después de hacer el máster universitario de Sociedad de la Información y el Conocimiento, surge la posibilidad de hacer el doctorado. Ahora mi meta es terminarlo antes de los 65 —tengo 62—, y luego la idea es seguir haciendo investigación y, por qué no, quizá también docencia.

A escala personal, ¿ha ido cambiando la motivación para seguir estudiando? 

¡Sí, por supuesto! Siempre me he formado con el afán de aprender y disfrutar, pero es cierto que a medida que te haces mayor y te acercas a la edad de la jubilación, el placer está más presente, ya no tienes la presión de la etapa profesional con una familia a tu cargo. Ahora sigo exclusivamente para mí mismo. 

¿Qué es lo que más te gusta de la UOC?

No estar obligado a un horario fijo y organizarte como te convenga es un lujo. Tampoco pierdes tiempo en desplazamientos, tienes toda la información en un clic, te conectas sin problemas, tienes compañeros de todo el mundo y puedes profundizar en la materia tanto como quieras gracias en la documentación complementaria. Personalmente, el sistema de la UOC me ayuda a ser más productivo que si fuera presencial. Los encuentros presenciales que se organizaban antes del coronavirus —los que originariamente habían sido los UOC Meet y UOC Talk— también permiten ir creando red: todavía estoy en contacto con algunos de los compañeros de ADE. 

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