Alumni
Máster universitario de Gestión Estratégica de la Información y el Conocimiento en las Organizaciones
«Las emprendedoras hemos estado tan olvidadas que ahora lo tenemos casi todo por hacer»
Maria Berruezo, emprendedora de referencia en España y graduada por la UOC
De madre lactante a emprendedora de éxito. La graduada por la UOC Maria Berruezo está considerada una de las mujeres emprendedoras de referencia en España este 2020 por el desarrollo de LactApp, una aplicación que apoya y presta atención personalizada a 30.000 madres lactantes cada mes. Tras la complicada lactancia que experimentó con su primer hijo, Berruezo y su equipo ya están a punto de lanzar una versión de la aplicación que utilizará la inteligencia artificial para acotar las respuestas y seguir con su misión: que todas las madres puedan disfrutar de información veraz sobre el proceso de lactancia.
Actualmente eres considerada una de las mujeres emprendedoras de referencia en España. ¿Cuándo te iniciaste en el mundo del emprendimiento?
El primer proyecto lo hice mientras cursaba el máster universitario de Gestión Estratégica de la Información y el Conocimiento en las Organizaciones en la UOC. Justo entonces estaba montando mi propia agencia de publicidad con un socio de la universidad. Fue una muy buena oportunidad: tenía muy poca experiencia en el mundo laboral, pero tenía muchas ganas de hacer comunicación para empresas pequeñas, y de aquí nació la agencia Creatimina. Al cabo de un par de años tuve a mi primer hijo y fue un gran bofetón, no me lo esperaba. Me informé mucho porque quería amamantar y, de hecho, pensaba que me podría incorporar al trabajo rápidamente, tener al niño a un lado y el ordenador en el otro, ¡y no tiene nada que ver con eso!
¿En qué te rompió los esquemas la maternidad?
La maternidad me consumió: de golpe me dediqué completamente a cuidar a una persona, no podía dedicar mi tiempo a nada más. En relación con la lactancia, que era algo que yo quería hacer y de la que me había informado mucho, tuve muchas dificultades. Por suerte, había ido a un grupo de lactancia antes y había un montón de gente muy respetuosa, me ayudaron mucho. Yo tuve muchos problemas con la lactancia, tantos, que me formé como asesora de lactancia para ayudar a otras madres.
¿Eso significa que hay un vacío en materia de lactancia en el sistema público de sanidad?
Una cosa es que vayas al sanitario y te diga lo que tienes que hacer y te asesore en cuanto a patologías, y la otra es que te falten referentes. Para amamantar es muy importante que hayas visto amamantar primero. Al bebé le viene innato saber mamar, pero a nosotras no, tenemos que aprender. Con el boom del biberón nos quedamos sin referentes de lactancia, ni las tías ni las hermanas amamantaban. Estábamos desahuciadas, no había formación profesional; nos dimos cuenta de que los médicos no sabían tanto porque no es una patología, y las asesoras se empezaron a profesionalizar hasta el punto de ofrecer formaciones a sanitarios.
Desde tu experiencia como madre lactante, ¿qué echabas de menos?
Yo tenía dolor; había leído que no era normal, pero no sabía cómo solucionarlo. Cuando iba al médico, no sabía darme soluciones, porque no tienen formación específica en lactancia. Crees que el pediatra es quien más sabrá, ¡pero es que los médicos dan media hora de lactancia en la carrera! A mí me faltó apoyo. Si te va bien, no tienes ningún problema, pero si tienes dificultades, como grietas o mastitis, entonces la cosa se complica.
Ante esa necesidad, decides introducir la tecnología en la experiencia de la lactancia y creas la aplicación LactApp.
Exactamente. Aquí es cuando nace mi segunda hija, que justamente coincide con un congreso de lactancia que estábamos organizando. De camino hacia una reunión, cuando mi hija tenía cinco meses, nos arrollaron a las dos. Estuve dos meses ingresada, y aunque estaba preparadísima para dar el pecho, las dificultades se multiplicaron. Entonces conté con la presidenta del grupo de apoyo Alba Lactancia Materna, Alba Padró —que ahora es mi socia—, y me ayudaron mucho a poder amamantar incluso en mi situación. Me hizo sentir muy empoderada, muy fuerte; y yo quería que todas las mujeres pudieran sentirse así. Tenía información veraz, profesionales especializados y una red de madres brutales, y eso tecnológicamente todo el mundo debería tenerlo. Le dije a mi socia: «Quiero poner tu cabeza en un móvil para que todos te tenga descargada». Me dijo que sí y empezamos a escribir en una libreta preguntas que podían hacer las mujeres sobre la lactancia. Creamos un árbol que ahora tiene 76.000 caminos diferentes que llegan a más de 2.500 respuestas.
¿Hasta dónde ha llegado el impacto de este proyecto?
Ahora recibimos 80.000 consultas a la semana de zonas de todo el mundo. Tenemos una versión en español y una en inglés. El 55 % del tráfico viene de España, y luego ya vienen países como México, Chile, Argentina y Estados Unidos, entre otros. ¡De repente tenemos usuarias en China! En cuanto a la tecnología, hemos incorporado la inteligencia artificial: estamos desarrollando un sistema en el que la madre puede escribir preguntas de manera libre y el programa sabe qué responder.
De hecho, un 19 % de las madres primerizas en España utilizan LactApp. ¿Qué significa para ti este éxito?
Es muy satisfactorio. Al final, este proyecto viene de las ganas de crear un impacto, no de las ganas de enriquecernos. Cuando vemos que 30.000 madres al mes utilizan la aplicación, es espectacular. Yo también me he encontrado en esa situación, sé que se necesita ayuda.
Según el Informe Mundial GEM, España es uno de los seis países del mundo que presenta una tasa de emprendimiento con mayor paridad: por cada diez hombres emprendedores, hay nueve mujeres que también lo son. ¿Qué te parece este dato?
Yo estoy muy sesgada porque estoy en un sector enfocado a la mujer y, por lo tanto, me he encontrado a muchas emprendedoras que son mujeres, aunque en general es un territorio dominado por hombres. Todo está organizado por ellos, la mayoría de inversores son hombres... Pero las emprendedoras cada vez nos levantamos más e intentamos implementar todas las ideas que tenemos. Es que hemos estado tan olvidadas, ¡que ahora casi todo está por hacer! Se puede innovar mucho: ¡ahora acaban de sacar un sacaleches nuevo tras cincuenta años sin haber innovado en estos productos! Es una carrera, estamos saliendo adelante e intentando encontrar nuestro lugar. Desgraciadamente, debemos trabajar el doble para llegar a donde queremos llegar. Y cuando eres madre, ni te cuento. Conciliar y hacer cualquier otra cosa es muy difícil.