Alumni
Graduado en Multimedia y Posgrado de Diseño de Experiencia de Usuario (UX)
Félix Lorente: «El mundo de la publicidad en línea es tan bonito como siniestro»
¿A qué retos se enfrenta un experto especializado en experiencia de usuario?
Como en muchos aspectos de la vida, te enfrentas a la falta de conocimiento y te ves muy obligado a la investigación. Eso en lo general, pero entrando en lo específico, se da una situación particular: tu responsable te puede ordenar que quiere un proyecto de una determinada manera, pero tú le tienes que contestar que son los clientes los que mandan. Ese cambio de visión es un factor complicado. Depende de quién te toque puede ser divertido o una pesadilla.
¿Por dónde empiezas cuando preparas un proyecto?
Al trabajar con clientes pequeños y presupuestos ajustados, puedo investigar poco y lo hago con analítica y pruebas A/B. Trabajo mucho la usabilidad y la velocidad de carga. Mi mensaje es que tu web va a cargar rápido y va a tener visibilidad en los buscadores y buen posicionamiento orgánico. Yo vendo ese lado más oscuro que está entre el marketing digital y la experiencia de usuario.
¿Tenemos un comportamiento ante el diseño en función de nuestra cultura?
Pues si me paro a pensar en los ideogramas, en el mundo árabe, que lee de derecha a izquierda... Los humanos somos complejos. A mí me hace mucha gracia cuando alguien dice: «Eso es lo normal», porque mi pregunta es: ¿qué es lo normal? Nuestra visión varía mucho, seguro que nos sorprendería cómo usa una aplicación un esquimal. Por eso las empresas tienden a uniformizar, porque saben de esa riqueza y variedad, y hacen estándares.
Cuando diseñas una web, por un lado tienes la información del cliente, pero, por otro lado, tienes el funcionamiento del mercado en diseño web. ¿Cómo haces que convivan esas dos fuerzas?
Sueles encontrar clientes testarudos, que han visto una web maravillosa de un amigo o de la competencia, que se dejan asesorar poco. Pero con el resto, intento trasladarles la necesidad y pertinencia de trabajar usando estándares de hoy en día: un tipo de diseño más minimalista comparado con el del pasado. Con todo, hay que educar mucho, porque el cliente viene muchas veces con peticiones que van en contra de sus propios intereses. Hay un fenómeno de copia de lo que hacen los demás muy pernicioso.
¿Cómo ha evolucionado el comportamiento de usuario de internet desde que tú empezaste a trabajar?
La evolución está siendo monopolizada por el móvil. Cada día hay más búsquedas, ahora empiezan las búsquedas por voz... El móvil es una extensión nuestra. Más del setenta por ciento de las operaciones de internet se hace por móvil y, si no eres adaptativo (responsive), y todavía hay muchas webs que no lo son, estás muerto.
Siendo un experto en experiencia de usuario seguro que en tu día a día adviertes cuán lejos está llegando la publicidad para vendernos todo.
Por supuesto, cada vez con estrategias más elaboradas, más sibilinas. Con mucho presupuesto las empresas pueden llegar muy lejos en sus fines publicitarios: el control de las cookies, el remarketing, esa persecución que casi hace pensar que nos están espiando o que nos conocen muy bien (sonríe). Yo creo que la publicidad no va a ser invasiva, va a ser cada vez más sutil. El mayor activo que hay en internet ahora es la información y la información personal. De ahí el escándalo con Mark Zuckerberg y Facebook. El de la publicidad es un mundo tan bonito como siniestro: esa cantidad de datos para que las empresas nos ofrezcan productos y servicios cada vez más acordes con nuestros intereses.
¿Cómo adaptas tu trabajo al comportamiento como usuario de los mileniales?
No he tenido la oportunidad de trabajar específicamente en proyectos para mileniales, pero su comportamiento respecto al móvil está cambiando mucho la manera de trabajar: la consigna es que todo debe ser ágil, veloz, un clic o dos para conseguir el objetivo. Los mileniales tienen ideas muy revolucionarias. Su consumo de internet está revolucionando o va a revolucionar los formularios: ahora pulsando un botón ya tienes una hipoteca (sonríe).
Hasta ahora has trabajado como autónomo, pero acabas de fichar para una consultora. ¿Qué opinas de ambas experiencias?
En una gran empresa vas a participar en proyectos muy ambiciosos, vas a poder investigar y lo harás con tecnología punta en equipos numerosos y multidisciplinarios que te dan una visión muy amplia de ciertos procesos. Como autónomo yo valoraba quedar con el cliente, tomar un café, que me explicara sus preocupaciones..., pero tiene esa parte negativa y angustiosa a fin de mes, la incertidumbre de qué harás el mes siguiente.
¿Qué le dirías a alguien que se quisiera dedicar a la experiencia de usuario y el diseño web?
Ante todo, que se forme e investigue, aunque sea por libre. Hay muchísimos recursos para profundizar en tu pasión, pero la formación es básica. Una vez formado, hay infinidad de oportunidades para especializarse. Hay que persistir, ser generoso con tu tiempo y trabajar mucho. Ahora, por ejemplo, participo en un proyecto de la Interaction Design Foundation y el martes 8 de mayo presentaremos en la UOC un estudio sobre aplicaciones de supermercados en línea. Y es algo que he encontrado investigando en mi tiempo libre hasta convertirlo en algo más serio.