¿Se orienta bien, la política urbana actual?,
Francesc Muñoz (moderador)

  La competitividad como elemento definidor de las políticas urbanas actuales, Miquel Pybus (geógrafo)

El principal elemento que define hoy en día gran parte de las estrategias políticas que se llevan a cabo en nuestras ciudades es la competitividad. Evidentemente, esta competitividad se encuentra a diferentes escalas y grados, dependiendo del tamaño de la ciudad, de su ubicación geoestratégica, de las actividades económicas predominantes, etc. Si bien es cierto que una de las características de la realidad urbana es su complejidad, uno de los objetivos principales de gran parte de las políticas urbanas que se llevan a cabo actualmente es el de conseguir un mayor nivel competitivo respecto al resto, independientemente de si hablamos de una ciudad comarcal o de una capital internacional. Esto significaría, a grandes rasgos y ajustado a cada una de las escalas, fomentar la innovación y atraer a sectores económicos de mayor valor añadido, convertirse en un nodo dentro de las diferentes redes regionales o globales de comercio y comunicación, tanto tangible como intangible, adquirir más poder de decisión tanto a nivel público como a nivel privado y, por último, mejorar la calidad de vida. Este contexto competitivo ha sido el causante de que muchas políticas urbanas adoptasen estrategias propias del mundo empresarial, haciendo que hoy en día, por ejemplo, el marketing sea una herramienta que se utiliza complementariamente en muchas de las actuaciones políticas que se llevan a cabo. Años atrás era impensable ver anuncios de ciudades o de determinadas regiones en los diferentes medios de comunicación como sucede hoy día. Aparte de este urban marketing, que nos sirve para ejemplificar claramente el giro empresarial de las estrategias urbanas actuales, una de las otras consecuencias de adoptar el objetivo de lograr mayor competitividad es la de desarrollar políticas orientadas a satisfacer las necesidades y demandas de quienes serán tus clientes o visitantes y no de quienes residen en la ciudad. Esta diferenciación entre clientes y usuarios comporta la configuración de malas políticas urbanas destinadas o bien a los clientes de la ciudad o bien a los usuarios de la ciudad, cuando los destinatarios deberían ser universales.

Personalmente, creo que si bien es cierto que tanto la competitividad como la sostenibilidad y la creatividad son elementos importantes que forman parte de la agenda de planificación de una ciudad, estos tres no se encuentran, actualmente, en el mismo nivel de decisión o de importancia. En otras palabras, la exigencia originada por el contexto competitivo hace que se desarrollen estrategias para atraer a una creative class en lugar de apostar realmente por la creatividad local o llevar a cabo, más recientemente, políticas con una mayor sensibilidad ambiental que en muchos casos son más de carácter superficial que estratégico. Mal que nos pese, la competitividad sigue explicando buena parte de las decisiones políticas que se toman en muchas de nuestras ciudades o, cuando menos, es el elemento que define el rumbo de la mayoría de sus líneas estratégicas. Con todo esto no quiero decir que las políticas urbanas no deban tener en cuenta las dinámicas competitivas actuales, sino que éstas deberían ser un objetivo más a cumplir y no el objetivo primordial. Tomando el ejemplo de la ciudad de Barcelona y fijándonos en las encuestas del grado de satisfacción de sus ciudadanos, tal vez estas políticas basadas en lograr un mayor grado de competitividad necesiten una revisión y un replanteamiento profundo. El equilibrio entre los tres objetivos que se plantean al inicio del debate sería un buen punto de partida.

Respuestas

RHevia

Yo creo que lo primero es que tendriamos que hacer sería difenciar, el primer mundo (osea paises capitalistas) del resto.

Ya que por ejemplo en la India casi todas las casas estan como por terminar de construir ( siempre dejan vigas en el ultimo piso, una vez vi la primera y la tercera planta sin construir, solo estaba terminada la segunda planta (asi no tienen que pagar por ellas, esa fue la razon que me dieron) la verdad que la competitividad existira toda la vida, ya que, todo el mundo quiere vivir o tener la oficina lo mas centrica posible, y dado que el espacio es limitado .... por ello se encarece y se crea mayor grado de competitividad.

La verdad es que es un tema muy complejo y de dificil arreglo.