Lección inaugural

En consecuencia, es un honor -y una gran oportunidad- que, con motivo de esta inauguración de curso, Martin Carnoy, profesor de la Universidad de Stanford y miembro del consejo científico del IN3, nos haya facilitado esta lección inaugural "Las TIC en la enseñanza: posibilidades y retos". Su análisis es tan riguroso como positivo de lo que ha representado y representan las tecnologías de la información y la comunicación en el mundo empresarial y en el mundo académico. Después de leerla y observar su cronología, los diferentes casos que aduce y su valoración, nuestro décimo aniversario adquiere un sentido especialmente positivo. Por todo ello, quiero agradecer al profesor Carnoy su lección. Estoy seguro de que un texto tan estimulante como el que firma suscitará un debate repleto de ideas, tal como nos gusta que se produzca siempre en la UOC, lo que identifica un estilo UOC -interactivo, participativo, abierto- en la inauguración de curso. A Martin Carnoy y a todos los que intervendrán en el debate, muchas gracias.
Aunque nos podemos sentir legítimamente satisfechos del trabajo que todos -profesores, profesionales de gestión y estudiantes- hemos realizado a lo largo de estos diez años, lo cierto es que el mundo avanza muy rápidamente. Son cambios ciertamente de alcance mundial que modifican las condiciones profesionales de cada puesto de trabajo, de cada persona, y que transforman igualmente la gestión y la organización de empresas y organizaciones. Y esto nos obliga a todos: a los estudiantes, a aprovechar esta nueva oportunidad de formación que, previsiblemente, será el cancel de nuevos procesos de aprendizaje que acompañarán toda su vida profesional; pero también a la UOC, porque debe impulsar tanto como le sea posible la investigación y la expansión, para que lo que ha sido positivo para nosotros lo sea, así mismo, para muchos más.
Lo que hemos iniciado ya y lo que llevaremos a cabo próximamente tiene el fundamento en la calidad de lo que se ha hecho hasta ahora. Si los estudiantes -todos los que han pasado por la Universidad a lo largo de estos diez años- no hubieran sacado provecho de su dedicación universitaria o si los profesores no hubieran sido competentes en el diseño de los materiales y de los cursos, y no se hubieran dedicado de una forma ejemplar a sus estudiantes, el discurso de la UOC no tendría credibilidad. Y es bueno que recordemos que detrás de cada curso hay muchas pruebas -personales y colectivas- superadas, mucho trabajo y un rico entramado de cooperación y de coordinación entre muchas personas, lo cual hace que podamos afrontar un futuro lleno de oportunidades, tanto para quienes estudian como para quienes trabajamos en la UOC. Os lo agradezco y os felicito.
Ahora bien, la razón más importante para celebrar el comienzo de un nuevo curso -y, por lo tanto, de un nuevo período de trabajo y de esfuerzo- es la de saber que nuestro trabajo no será nunca, en la UOC, ni un trabajo aislado, ni un trabajo improductivo ni un trabajo que no ayude al conjunto de la sociedad a tener más oportunidades al alcance de mucha gente. Será, quiero decir, un trabajo personalmente productivo y a la vez socialmente útil.
Ésta es nuestra gran responsabilidad, pero también nuestro mejor estímulo.
Buen curso 2004-2005, a todas y a todos.
Gabriel Ferraté
Rector de la UOC