9/1/25 · Economía

"Los algoritmos de las plataformas turísticas pueden influir en cómo, cuándo y dónde viajamos"

Maartje Roelofsen, premio UOC-Santander a la mejor estancia posdoctoral

Roelofsen, Maartje

Maartje Roelofsen (foto: Wardie Hellendoorn)

Maartje Roelofsen, premio UOC-Santander a la mejor estancia posdoctoral

La última edición del Premio UOC-Santander a la mejor estancia posdoctoral en la UOC en 2024 ha recaído en Maartje Roelofsen, investigadora del grupo de Geografía cultural de la Wageningen University, que ha desarrollado su investigación en la UOC dentro del grupo Nuevas perspectivas en turismo y ocio (NOUTUR). Desde 2021 ha participado en el proyecto Procesos adaptativos e impactos de la economía de plataformas turísticas en España en un contexto de cambio continuo: un análisis desde una comparación territorial. Además, entre 2020 y 2023, Roelofsen formó parte del proyecto Desafiar el capitalismo de plataformas desde dentro: un estudio sobre el activismo digital, que explora cómo los usuarios de plataformas movilizan sus esfuerzos y acciones directas hacia las empresas de plataformas para lograr cambios en sus prácticas y políticas.

En esta entrevista, Roelofsen reflexiona sobre la importancia de premios como el UOC-Santander en el apoyo a la investigación y comparte algunas de las principales conclusiones de su trabajo.

“Las infraestructuras digitales que sustentan muchas de las plataformas turísticas tienen unas raíces que se remontan a la década de los 60”

¿Cómo cree que el Premio UOC-Santander contribuye a realzar el valor de su investigación?

El premio crea un espacio y un impulso para reflexionar públicamente sobre el trabajo que he llevado a cabo durante un periodo muy concreto de mi trayectoria académica, y estoy muy contenta de tener esta oportunidad. Este tipo de reconocimiento a un proyecto posdoctoral no es habitual ni evidente. En muchos contextos, una estancia posdoctoral tiene un carácter transitorio, sirve de puente entre el final del doctorado y el comienzo de un trabajo en otro lugar. Algunos utilizan este período, normalmente de uno o dos años, para finalizar la redacción de proyectos o para desarrollar nuevas vías de investigación. Para muchos posdoctorandos también es una época de incertidumbre y previsión de un futuro empleo, dedicada al envío de solicitudes de financiación y a la asistencia a entrevistas de trabajo. Como mi estancia posdoctoral se prolongó durante tres años, tuve la oportunidad de desarrollar y trabajar en un proyecto totalmente nuevo. Cuando recibí la noticia del premio, me puse inmediatamente en contacto con mis colaboradores de NOUTUR-UOC para compartir el reconocimiento. Lo digo porque el premio parece que se centra en el investigador individual, pero todo el trabajo que he realizado durante mi estancia en la UOC se ha basado completamente en la participación, el estímulo, la retroalimentación y la aportación de otros. Estos "otros" son colegas, participantes en la investigación, mentores, familiares y amigos. En particular, debo mucho a Julie Wilson, Soledad Morales Pérez, Lluís Garay Tamajón y Mar Alsina Folch, que me acogieron y colaboraron conmigo casi a diario.

¿Por qué es importante reconocer a los investigadores y qué criterios cree que deben tenerse en cuenta a la hora de evaluar su trabajo?

El reconocimiento del trabajo que hacemos como investigadores, ya sea a través de premios o de cualquier otra forma, es muy importante, sobre todo en momentos en los que el conocimiento y la búsqueda de este se ven fuertemente limitados debido a las agendas políticas en determinados contextos. Es precisamente en estos momentos, pero también en tiempos de relativa estabilidad, cuando el apoyo y el reconocimiento institucional son realmente cruciales. En cuanto a criterios distintos de los que se utilizan para asignar el premio, quizás el investigador o investigadora podría añadir su propio criterio, algo que considere importante destacar y que realmente haya posibilitado positivamente su trabajo. Por ejemplo, poder destacar las circunstancias y las colaboraciones que permiten a los investigadores prosperar.

Parte de su investigación la ha llevado a cabo con el grupo NOUTUR. ¿Por qué eligió la UOC y cómo valora su paso por ella?

Como investigadora de tecnologías digitales, me pareció que la historia de la UOC y su modelo de enseñanza encajaban perfectamente conmigo. Y cuando, un año antes del posdoctorado, conocí a mis futuros compañeros en una conferencia, pensé que nuestros intereses de investigación coincidirían perfectamente si trabajásemos juntos. Y así fue, también a escala departamental. Pero trabajar en una universidad en línea fue algo totalmente nuevo. Yo venía de un entorno de trabajo más "analógico", así que no me fue fácil acostumbrarme a un entorno de trabajo muy digitalizado. Pero después de mi primera reunión en línea con mis colegas de NOUTUR y del departamento de EEE, me convencí de que era posible crear un entorno abierto, estimulante y de camaradería. Me sentí como en casa. Otras partes de mi trabajo las seguí realizando en un lugar físico y me encantó trabajar en la nueva oficina de Barcelona, en el Poblenou, que además me quedaba cerca de casa. Pero lo que de verdad marcó mi estancia posdoctoral fue que coincidió con la pandemia de la COVID-19, ya que empecé en noviembre de 2020. Fue una época increíblemente difícil para mucha gente, pero aun así me sentí apoyada en mi trabajo desde el principio. No solo por mis colegas de NOUTUR, sino también por una institución que tenía toda esa infraestructura en línea fácilmente disponible para seguir trabajando y compartir ese conocimiento con otros sobre cómo hacerlo. Me ayudó a superar momentos difíciles.

Su campo de estudio aborda la digitalización del sector turístico. ¿Qué importancia tienen las plataformas digitales en este ámbito?

Aunque plataformas como Airbnb y Booking.com todavía puedan considerarse nuevas en el discurso público, las infraestructuras digitales básicas que sustentan muchas de estas plataformas tienen unas raíces que se remontan a la década de los 60. Por ejemplo, los sectores relacionados con el turismo, como la aviación, fueron históricamente unos de los primeros en digitalizar los procesos de trabajo en aquellos años, empezando por los sistemas informatizados en red para reservar asientos en las aerolíneas (el Computer Reservation System). Si nos fijamos en aquellos sistemas, que iban fundamentalmente dirigidos a economías centradas en la eficiencia y a la maximización de los beneficios de las empresas, vemos que hay muchas similitudes con las plataformas turísticas que tenemos hoy en día. Asumen el papel de mediadores en el intercambio monetario de productos o servicios que existen desde hace tiempo en la industria turística, como el alojamiento o la guía turística. Pero estas plataformas también son nuevas en otros aspectos. Han proporcionado los medios para monetizar ciertos tipos de trabajo cotidiano que en un pasado la gente no habría considerado ofrecer profesionalmente, como el hospedaje, la conducción o la limpieza. Y han proporcionado redes globales para que las personas se conecten entre sí e intercambien, compren o vendan. En muchos contextos, estas plataformas también han desafiado gravemente y eludido indebidamente las normativas vigentes en materia laboral o de uso de viviendas residenciales con fines turísticos. Además, los algoritmos en los que se basan estas plataformas han adquirido un poder significativo en la reconfiguración del espacio turístico y la movilidad global. Su capacidad real de influir en cómo, cuándo y dónde viaja la gente es real. En este sentido, estas plataformas son más importantes que nunca.

¿Cuáles son las principales conclusiones de su investigación hasta el momento?

En marzo de 2020, el turismo se paralizó por completo en la mayoría de los países, y durante los años posteriores siguió sufriendo graves restricciones. Esto tuvo importantes consecuencias no solo para el sector del alojamiento tradicional, sino también para quienes participaban en economías de plataforma. Los anfitriones profesionales que habían dependido por completo de sus residencias para generar ingresos tuvieron que interrumpir inmediatamente sus actividades por motivos de salud y seguridad, y vieron como sus ingresos se evaporaban. Lo que descubrimos a través de las entrevistas con los anfitriones de Airbnb fue que la pandemia les hizo darse cuenta de que dirigir su propio negocio a través de una plataforma conlleva ciertos riesgos que antes no habían contemplado. Estaban trabajando con software, no para una empresa que pudiera asegurarles unos ingresos y respaldo en tiempos de crisis. Durante la pandemia, los modelos de negocio de estas grandes plataformas pusieron en evidencia la vulnerabilidad de sus usuarios. Además, como empresa con sede en Estados Unidos, la idea que Airbnb tenía del hospedaje y la limpieza a menudo no era representativa de unos estándares que fueran culturalmente deseables para los anfitriones. La mayoría de los anfitriones que entrevistamos aceptaban las condiciones de la plataforma solo para poder apropiarse de su infraestructura digital y operar en su mercado. Pero mientras lo hacían, mantenían sus propios valores culturales y prácticas de acogida. En muchos casos, los usuarios de estas plataformas se muestran críticos con los efectos que tienen sus elecciones y, en algunos casos, se unen para presionar a las empresas de plataformas para que cambien sus modelos de negocio, o a las autoridades locales que pretenden regular la actividad de las plataformas. Durante la crisis, algunos anfitriones recuperaron el alquiler a medio y largo plazo, pero fueron excepciones y, por lo general, de carácter temporal. La mayoría han vuelto a la forma de negocio habitual o han dejado de ofrecer alojamiento.

¿Qué iniciativas está llevando a cabo actualmente o tiene previsto continuar en esta línea de trabajo?

Mi interés se ha centrado en la mano de obra que sostiene la economía del alquiler a corto plazo. La investigación académica sigue centrándose mucho en cómo plataformas como Airbnb y Booking.com incentivan el alquiler a corto plazo y contribuyen a las crisis de la vivienda, que son un resultado importante y, a la vez, un incentivo para el capitalismo de plataforma. Se sabe mucho menos sobre cómo las plataformas de alquiler a corto plazo recurren a personal de limpieza y otros proveedores de servicios que a veces trabajan en condiciones poco seguras. Me gustaría hacer más visible este aspecto a través de mi trabajo, ya que se convirtió en un tema destacado en las entrevistas que mantuve con anfitriones de plataformas en la última década. Con un grupo interdisciplinar de investigadores, actualmente estoy estudiando qué recursos, servicios y apoyos son necesarios para el bienestar del personal de limpieza que trabaja en este sector del alojamiento y el hospedaje en general.

¿Cómo puede beneficiarse el sector turístico actual de las aportaciones científicas de los proyectos en los que ha participado?

A pesar de las regulaciones relacionadas con el alquiler a corto plazo en contextos como Barcelona, creo que es importante no centrarse únicamente en las plataformas y empresas que permiten el alquiler a corto plazo, sino pensar más ampliamente en cómo vamos a abordar la cuestión general de que la vivienda sigue siendo vista y promovida como una forma de inversión y financiación. Podemos ver que las viviendas de alquiler a corto plazo están adoptando diferentes formas y se dirigen a personas con una movilidad diferente, más allá de los turistas. Hay muchos grupos de personas que tienen que alquilar en condiciones inseguras y temporales porque aún hay posibilidades de ofrecer ese tipo de alojamiento y las alternativas son limitadas.

Más allá de esto, ¿cómo podrían plataformas como Airbnb lograr una integración más sostenible en nuestra sociedad?

Ya existen algunas empresas de plataformas que podrían considerarse más sostenibles en comparación con las grandes firmas del sector del alquiler a corto plazo. Fairbnb, una cooperativa, o HomeExchange, son plataformas más pequeñas en términos de base de usuarios y escala. Tienen un concepto del hospedaje centrado en un encuentro y una estancia trascendentes, más allá de un simple intercambio de llaves. Algunas de estas plataformas investigan primero detenidamente los contextos en los que quieren operar y tienen en cuenta la normativa local existente y las cuestiones en juego en relación con la densidad turística, la vivienda, la mano de obra, la fiscalidad, etc. Las empresas de plataformas también pueden anticiparse y cuestionarse qué posibles consecuencias negativas tendrán sus acciones en relación con la sostenibilidad, antes incluso de concebir e implantar su software. ¿Qué tipo de efectos no deseados podrían tener las prácticas de estas empresas? ¿Son conscientes de que son responsables de ello? En una reunión a la que asistí la semana pasada, la profesora Mary Gilmartin me habló del concepto de "exnovación", es decir, el proceso de interrumpir o eliminar una práctica o tecnología no sostenible. Esto sucede con ciertas "innovaciones" que se introducen en el sector del turismo y del hospedaje como tecnologías que se venden como una solución, pero que en realidad agravan problemas estructurales mayores, como la crisis de la vivienda o unas condiciones laborales insostenibles. La "exnovación" también nos permite pensar mucho más en lo que ya existe, en lugar de centrarnos en la novedad.

¿Cómo cree que su campo de investigación puede contribuir a afrontar los retos presentes y futuros del sector turístico?

Mi campo de investigación desempeña un papel importante a la hora de documentar la complejidad de los problemas relacionados con el turismo que se desarrollan en lugares determinados a lo largo del tiempo. Es un campo de investigación que también muestra cómo los temas generales de la sociedad se entrelazan de manera crucial con el turismo, como la vivienda, el trabajo, la migración, la digitalización y muchas otras cuestiones que están fuertemente condicionadas por las tendencias políticas. Crisis contemporáneas como la climática y la pandemia de la COVID-19 han ejercido nuevas presiones sobre el futuro del turismo y han llevado la movilidad turística literalmente a los hogares. El sector turístico todavía tiene mucho margen de maniobra para beneficiarse de una investigación que articule con audacia una cultura del hospedaje que beneficie a una comunidad más allá de las ganancias a corto plazo. Y hay muchas oportunidades para volver a centrar la atención en el valor de lo cotidiano y lo inesperado que podemos hallar en la proximidad. Movilidad con bajas emisiones de carbono, turismo regenerativo y economías de rosquilla, decrecimiento, condiciones y salarios dignos para los trabajadores del turismo... Todos estos temas sugerentes abordan actualmente los futuros retos del turismo. 

 

UOC R&I

La investigación e innovación (I+i) de la UOC contribuye a solucionar los retos a los que se enfrentan las sociedades globales del siglo XXI mediante el estudio de la interacción de la tecnología y las ciencias humanas y sociales, con un foco específico en la sociedad red, el aprendizaje en línea y la salud digital.

Los más de 500 investigadores e investigadoras y más de 50 grupos de investigación se articulan en torno a los siete estudios de la UOC, un programa de investigación en aprendizaje en línea (e-learning research) y dos centros de investigación: el Internet Interdisciplinary Institute (IN3) y el eHealth Center (eHC).

La universidad impulsa, también, la innovación en el aprendizaje digital a través del eLearning Innovation Center (eLinC), y la transferencia de conocimiento y el emprendimiento de la comunidad UOC con la plataforma Hubbik.

Los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y el conocimiento abierto son ejes estratégicos de la docencia, la investigación y la innovación de la UOC. Más información: research.uoc.edu.

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