"Las empresas orientadas al bien común son el camino a seguir si no queremos acabar con el planeta"
José Carlos Ramos, profesor de los Estudios de Economía y Empresa e investigador del grupo Management & eLearning (MeL) de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), es miembro del comité organizador del Congreso Internacional de la Economía del Bien Común (ECGIC), que este 2024 celebrará su tercera edición en los Países Bajos. Durante tres días, expertos de distintos países discutirán sobre los modelos de éxito de organizaciones empresariales sostenibles, es decir, de aquellas que miran por el bien común y no solo su cuenta de resultados. José Carlos Ramos explica en esta entrevista cuáles son los objetivos de este congreso internacional y cuál será la participación de la UOC y sus investigadores. Defensor de la economía "real", Ramos apuesta por un cambio de modelo gracias al que las empresas busquen lograr un impacto positivo en su entorno y dejen de interpretar como un éxito el crecimiento ilimitado, algo que, a su juicio, es insostenible.
En sus investigaciones ha analizado las diferencias entre algunas grandes corporaciones que denomina extractivas y las compañías que tienen un impacto positivo. ¿Se puede decir que las del primer tipo están en retroceso mientras que avanzan las que trabajan siguiendo un modelo alternativo y sostenible más orientado al bien común?
En investigaciones desarrolladas con José Albors, hemos identificado tres grandes tipos de compañías. Por un lado, está el tipo de empresas que son el ejemplo de éxito empresarial más tradicional, que buscan la rentabilidad, al tiempo que contribuyen a la generación de riqueza y trabajo. Por otro lado, hay un tipo de corporaciones que está adquiriendo dimensiones y poder supraestatal, cuyo máximo exponente son algunas big tech, que denominamos extractivas, que solo buscan el beneficio para sus propietarios, por encima de todo y en muchos casos a costa del medio ambiente, en condiciones de casi explotación laboral o de los consumidores y con dudosas prácticas fiscales. Y, por último, está el nuevo paradigma del éxito empresarial, que denominamos top performers, que son las organizaciones con impacto (positivo) en el ámbito ambiental y social, al tiempo que son rentables.
En colaboración con Josep Lladós, hemos evidenciado que, desgraciadamente, la hegemonía de las grandes tecnológicas no hace más que crecer y deja pocas opciones a nuevos entrantes (oligopolio). Veremos cómo evoluciona y si otros estados e instituciones internacionales siguen el ejemplo de Europa para evitar más casos de abuso de uso de datos, evasión de impuestos, etc.
En cuanto a las empresas sostenibles, orientadas al bien común, actualmente existen ejemplos de referencia, que demuestran que es posible ser rentables e impactar positivamente. Es el camino que seguir, si no queremos acabar con el planeta y provocando una fractura social. Y la nueva normativa europea CSRD de reporting en sostenibilidad lo deja bien claro.
Sobre esta materia, usted también investiga acerca del caso particular de España. ¿De qué forma ayudan estos modelos alternativos a hacer evolucionar el viejo paradigma de éxito empresarial y a cambiar la visión del crecimiento continuo como algo positivo?
Efectivamente, en nuestros trabajos analizamos algunas empresas referentes como Majoral Joies o Cartonajes La Plana en España, entre otras, organizaciones que publican su balance del bien común. Periódicamente, desde los Estudios de Economía y Empresa, realizamos jornadas de transferencia en las que invitamos a empresas, investigadores y policy makers a explicar sus experiencias en sostenibilidad.
Aunque parezca anacrónico, todavía está fuertemente arraigada la idea de que rentabilidad y crecimiento económico son sinónimos. No hace falta profundizar mucho para entender que una empresa puede tener resultados positivos y no estar creciendo. La Conferencia de 2023 de la Unión Europea en 2023, Beyond Growth, fue un gran clamor para parar la carrera infinita de la búsqueda del crecimiento que no puede ser infinito. Hoy ya nadie cuestiona el cambio climático. Esperemos que algún día nadie piense que es posible seguir explotando recursos de la Tierra de forma infinita para seguir creciendo.
Entre sus temas de estudio también hay el impacto del liderazgo femenino en las empresas. Sobre este aspecto, ¿cuáles son los principales hallazgos de estas investigaciones en relación con la economía del bien común?
Los estudios que llevamos a cabo con Màrian Buil, experta en emprendimiento en clave femenina, resaltan el impacto positivo de las mujeres como líderes en empresas emergentes y en general como directivas de cualquier empresa. En los estudios actuales que estamos haciendo con la doctoranda Paqui Moya, vamos más allá, para intentar medir más ese impacto, y usamos como modelo de referencia el balance del bien común.
¿Qué implicaciones hay que tener en cuenta cuando se habla de marketing y bien común? ¿Cómo encaja el marketing en el modelo de la economía para el bien común?
Mi colega, Cintia Pla, y yo hemos hecho un análisis sobre si se está publicando en temas de marketing y bien común. Los resultados preliminares muestran que poco o muy poco. Y vemos que hasta ahora ha habido mucho ecoblanqueo (greenwashing) y poca información de forma transparente y genuina sobre cómo ir más allá de cumplir con los marcos reguladores en términos de sostenibilidad social y ambiental.
Usted es co-coordinador del Science and Research Hub de la Federación Internacional de la Economía del Bien Común. ¿Nos puede resumir qué es esta organización y qué es lo que plantea?
Se trata de un movimiento internacional que surge cuando un grupo de empresarios de Austria y Alemania se plantea aterrizar la propuesta de Christian Felber, la economía del bien común (EBC), como transformación del capitalismo. Así crean una herramienta potente que les ayuda a medir cuán alineadas están sus organizaciones con la sostenibilidad: el balance del bien común.
¿Cuáles son los principales objetivos del congreso que se celebrará en los Países Bajos?
El tercer congreso científico internacional de la EBC sigue al del 2022 que organizó la Cátedra de la materia en la Universitat de València y anteriormente en Hamburgo. Supone un gran hito sin precedentes, dado que sienta en una mesa redonda a los principales representantes de los modelos económicos reales para buscar convergencias: economía social y solidaria, del doughnut, del bienestar, poscrecimiento y, por supuesto, la EBC. Y se invita a presentar modelos de desarrollo regional basados en la sostenibilidad.
¿De qué manera estará presente la UOC en este evento y por qué es importante?
Fruto del convenio de colaboración de la UOC con la Federación Internacional de la EBC, yo formo parte del Comité Directivo y del Comité Organizador junto con otros miembros del consorcio integrado por dos universidades neerlandesas (NHL Stenden UAS y Hanze UAS) y el prestigioso instituto de investigación del agua, Wetsus.
Además, desde la UOC se presentan cuatro estudios en desarrollo, un caso de estudio y un póster. No está nada mal, para un congreso internacional de alto nivel.
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Anna Sánchez-Juárez