20/6/24 · Salud

"El sistema sanitario debería tener nutricionistas y coach emocionales a disposición de las embarazadas"

Francesca Crovetto, especialista en medicina fetal e investigadora de BCNatal

Francesca Crovetto

Francesca Crovetto

Francesca Crovetto, especialista en medicina fetal e investigadora de BCNatal

El estudio IMPACT-BCN (Improving Mothers for a Better PrenAtal Care Trial Barcelona), llevado a cabo por médicos y científicos del Hospital San Joan de Déu y del Hospital Clínic, ha demostrado por primera vez que las intervenciones en el estilo de vida materno durante el embarazo, tanto en la dieta como en la reducción del estrés, disminuyen hasta un tercio el riesgo de tener un bebé con bajo peso, entre otros impactos positivos. Hablamos con la doctora Francesca Crovetto, especialista en medicina fetal, investigadora de BCNatal y una de las coordinadoras del estudio, que nos explica con detalle los resultados y otros proyectos de investigación en salud maternofetal en los que está trabajando.

Crovetto ha sido una de las ponentes de la Jornada sobre Salud de la Mujer, organizada por los Estudios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), que se celebró el 18 de junio.

¿Cuáles son las principales conclusiones del estudio IMPACT-BCN?

Por primera vez en el mundo, este estudio, publicado en JAMA, ha demostrado que tanto la dieta mediterránea como la reducción del estrés a través de un programa de mindfulness (conciencia plena) implica una reducción de entre el 29 % y el 36 % de los bebés nacidos con bajo peso (un peso inferior al percentil 10). Este fue el resultado principal del estudio, que es muy importante, ya que hasta ahora no se conocía ningún tratamiento que pudiera prevenir o mejorar el bajo peso en el nacimiento.

Como resultados secundarios, también se demostró que estas intervenciones disminuyen la mortalidad durante la época perinatal y reducen el porcentaje de madres con preeclampsia (presión arterial alta) durante el embarazo.

¿Qué otros impactos positivos han causado las intervenciones?

En el mismo estudio también hemos demostrado que estas intervenciones mejoran de forma significativa el neurodesarrollo de los niños en los dos primeros años de vida. Estos resultados se han publicado en JAMA Network Open. Así, los hijos e hijas de las mujeres que siguieron un programa de dieta mediterránea durante el embarazo obtuvieron mejores resultados en el test, en particular en el aspecto cognitivo (desarrollo sensorial y motor, relación con objetos y formación de conceptos) y socioemocional (relaciones e interacciones). Por otro lado, los hijos e hijas de las mujeres que siguieron un programa de reducción de estrés durante el embarazo presentaron mejores resultados en el dominio socioemocional.

¿Cuál de los tres grupos que participaron en el estudio obtuvo mejores resultados?

Los resultados no dejan lugar a duda: tanto la intervención dietética como la de reducción del estrés tuvieron un impacto positivo en las pacientes. Las embarazadas del grupo de control (sin ninguna intervención) tuvieron un 21,9 % de recién nacidos con bajo peso, mientras que el porcentaje se redujo de forma significativa en los grupos de dieta mediterránea (14 %) y mindfulness (15,6 %).

¿Cómo se llevó a cabo el estudio IMPACT-BCN?

El estudio duró tres años y en él participaron más de 1.200 mujeres embarazadas con alto riesgo de tener un bebé pequeño. Se llevó a cabo conjuntamente desde el Hospital Clínic y el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, con la participación de los equipos de Medicina Fetal y Perinatal del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS), el Servicio de Medicina Maternofetal de Sant Joan de Déu, Medicina Interna del Clínic, el Servicio de Psiquiatría y Psicología del Clínic, y el apoyo de CEREBRA, el Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Raras (CIBERER) y la Agencia de Gestión de Ayudas Universitarias y de Investigación (AGAUR).

¿Qué tipo de intervenciones se realizaron en términos de dieta durante el embarazo?

La intervención nutricional, adaptada del ensayo PREDIMED (Prevención con Dieta Mediterránea) tenía como objetivo modificar el patrón de alimentación de las mujeres en lugar de enfocarse en cambios con alimentos concretos o macronutrientes. Las participantes del grupo de dieta recibieron de forma gratuita dos litros de aceite de oliva virgen extra (cada mes) y el equivalente a quince gramos de nueces al día (450 gramos cada mes), ambos productos con un alto contenido de omega-3. Para evaluar la adherencia a esta intervención de una forma objetiva, medimos biomarcadores en sangre y orina relacionados con la ingesta de nueces y aceite de oliva.

Además, las participantes acudieron a visitas mensuales con una nutricionista que les hacía también un seguimiento telefónico cada dos semanas. Con la ayuda de la profesional, se animó a las mujeres a adherirse a la dieta mediterránea e incorporar más fruta y verdura, carne blanca, pescado azul, lácteos y cereales integrales. Se les proporcionó una lista de la compra semanal y un plan de alimentación, con un menú para cada día.

¿Y en qué consistió la intervención de reducción del estrés?

El grupo con intervención para reducir el estrés siguió el programa Mindfulness-Based Stress Reduction (MBSR), diseñado por Jon Kabat-Zinn, profesor emérito de la Facultad de Medicina de Massachusetts y fundador del Center for Mindfulness in Medicine, Health Care, and Society. Este programa ha sido adoptado por organizaciones sanitarias y testado en ensayos clínicos. La intervención consistía en un programa de ocho semanas con una sesión semanal de 2,5 horas y una sesión de un día completo (en todo el programa), además de la invitación a realizar una práctica de relajación de 45 minutos cada día en casa. El programa incluía técnicas de relajación formales e informales destinadas a aumentar la conciencia del presente y a reducir la rumiación (foco desmesurado en el pasado) y la ansiedad. Entre las técnicas que se incluían había la meditación, el mindful yoga, estiramientos de yoga, body scanning (examen consciente del cuerpo), mindfulness de actividades diarias y técnicas de respiración, entre otras.

Para saber si había una reducción del estrés, se completaron unos cuestionarios al inicio y al final del programa, y se midieron los niveles de las hormonas relacionadas con el estrés, el cortisol y la cortisona.

Dentro del mismo estudio, obtuviste otro resultado positivo: las intervenciones también mejoran el neurodesarrollo de los niños en los dos primeros años de vida.

Así es, tanto la dieta mediterránea como la reducción del estrés mejoran de forma significativa el neurodesarrollo de los niños en los dos primeros años. Estos resultados se han publicado en JAMA Network Open. El nivel de neurodesarrollo se analizó mediante un test de Bayley, una prueba estandarizada para medir el neurodesarrollo infantil. Así, los hijos e hijas de las mujeres que siguieron un programa de dieta mediterránea durante el embarazo mostraron mejores resultados en el test, en particular en el aspecto cognitivo (desarrollo sensorial y motor, relación con objetos y formación de conceptos) y socioemocional (relaciones e interacciones). Por otro lado, los hijos e hijas de las mujeres que siguieron un programa de reducción de estrés durante el embarazo presentaron mejores resultados en el dominio socioemocional.

¿Cuáles son los próximos pasos a seguir, una vez que se ha demostrado el éxito de ambas intervenciones?

La verdad es que la implementación de estas intervenciones en el sistema sanitario no es una tarea fácil, ya que tienen un coste elevado. Podemos aconsejar a las futuras madres que adopten estos hábitos en su vida diaria, pero no todo el mundo puede incorporarlos. Lo ideal sería dotar al sistema sanitario de figuras como nutricionistas y asesores emocionales o bien poner a disposición de las embarazadas una aplicación que les hiciera un seguimiento en línea. Estamos en ello y hemos solicitado becas para desarrollar estos temas. Nuestra intención es contar con la colaboración de ingenieros de la Universidad Pompeu Fabra para crear una aplicación que facilite a las madres la incorporación de estos hábitos en su vida diaria.

¿Actualmente estás trabajando en algún otro proyecto relacionado con la salud maternofetal?

Estamos estudiando el efecto del estilo de vida de las madres en la preeclampsia, ya que hay pocos estudios sobre este tema. Cómo influyen el sueño, el estilo de vida y la alimentación en el riesgo de preeclampsia durante el embarazo. Nos fijamos especialmente en si la composición de la microbiota intestinal de las madres influye en el desarrollo de esta enfermedad. Hemos visto que las mujeres que la sufren tienen una microbiota diferente. La microbiota se forma antes del nacimiento y depende de varios factores, como el ambiente materno durante el embarazo y el tipo de parto, entre otros. Necesitamos más estudios para confirmar qué papel tiene en el embarazo y en la salud de los bebés.

Para acabar, ¿qué consejo les darías a las mujeres que se quieran quedar embarazadas en un futuro?

Los resultados de nuestra investigación aportan un claro mensaje positivo que empodera a madres y familias. Es posible influir positivamente en la salud del embarazo y del futuro bebé con medidas que se pueden aplicar con relativa facilidad.

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