6/6/24 · Salud

"La crisis climática actual representa un riesgo para la humanidad sin precedentes"

Cristina O'Callaghan

Aleix Cabrera / ISGlobal

La pandemia de la covid-19 puso más que nunca en evidencia la estrecha conexión que existe entre la salud humana y la del planeta. La Universitat Oberta de Catalunya (UOC) es una de las pioneras en investigación y docencia de salud planetaria a escala internacional. La profesora Cristina O'Callaghan Gordo, codirectora del máster universitario de Salud Planetaria de la UOC, la Universitat Pompeu Fabra y el ISGlobal, nos habla de los retos globales a los que deberemos hacer frente para mantener la salud global en el contexto actual de crisis climática y ambiental causado por la actividad humana y por qué es necesario formar profesionales e investigar en salud planetaria. O'Callaghan es investigadora principal del nuevo grupo de investigación BITAL - Barcelona Interdisciplinary Research Group on Planetary Health, de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC.

¿De dónde viene tu interés por la salud planetaria?

A pesar de que el término salud planetaria es relativamente nuevo —aparece en 2015 con la publicación del artículo de la Rockefeller Foundation-Lancet Commission on Planetary Health—, mi interés por contribuir a la conservación de la naturaleza y mejorar la salud de las personas viene de antes.

Estudié Biología para contribuir a la conservación de los espacios naturales, especialmente el medio marino, que me apasionaba desde pequeña —¡veía todos los documentales de Jacques Cousteau! En la carrera me acabé interesando más por la salud humana. Después de licenciarme, colaboré en un proyecto con comunidades indígenas de la Amazonia peruana afectadas por la contaminación causada por la extracción de petróleo. Allí vi la estrecha relación que hay entre la salud de los sistemas naturales y la salud humana. Entendí que esta relación se altera por factores socioeconómicos y que los efectos negativos los sufren las comunidades más vulnerables. Así empezó mi interés por la salud planetaria.

¿Cuáles son los objetivos del grupo de investigación BITAL de la UOC?

Nos centramos en estudiar qué efectos tienen las alteraciones antropogénicas de los sistemas naturales sobre la salud humana. Nuestro objetivo es proponer soluciones para mejorar la salud de las personas a escala global. Utilizamos un enfoque interdisciplinario para poder analizar no solo las causas biológicas y ambientales de las enfermedades, sino también las causas sociales y económicas, que a menudo impulsan cambios en los sistemas naturales. La equidad y la justicia ambientales también son temas transversales en nuestra investigación.

¿Qué impacto esperáis tener a corto y medio plazo?


Hace pocos meses que nos hemos organizado como grupo. Yo empecé en la UOC en 2020, y la otra investigadora senior, Margarita Triguero-Mas, se incorporó hace un año. Hemos crecido bastante en estos meses y esperamos que la investigación de la UOC en salud planetaria pronto tenga impacto.

En el último año hemos empezado dos proyectos europeos que esperamos que tengan bastante impacto. El primero es el proyecto GreenMe, que investiga cómo las terapias basadas en la naturaleza y un marco de prescripción verde se pueden escalar para mejorar la salud mental y el bienestar de las personas, todo aportando beneficios socioecológicos. El segundo, CATA-Earth (Catalysing Transformative Change in Planetary Health Education), tiene por objetivo diseñar programas de educación en salud planetaria que sean liderados por la comunidad en regiones del sudeste asiático vulnerables a la crisis climática.

Uno de tus focos de investigación es la contaminación que sufren las comunidades indígenas a causa de la industrialización. ¿Cómo los está afectando?

Hasta ahora he trabajado con comunidades indígenas que viven en zonas de extracción de petróleo, concretamente en el norte de la Amazonia peruana, donde los niveles de contaminación ambiental son muy elevados. Estas poblaciones dependen de la agricultura de subsistencia, la caza y la pesca; por lo tanto, la contaminación de su territorio pone en riesgo su salud y su bienestar.

Ya en 2006 una evaluación hecha por el gobierno peruano informó de que los niveles de plomo en sangre y cadmio en orina de la población eran muy elevados en la población de esta zona. En 2013 se declaró la emergencia ambiental, y en 2024 la emergencia sanitaria. Los efectos negativos sobre la salud y el bienestar de estas comunidades son muy extensos y van más allá de la contaminación ambiental. Por ejemplo, la presencia de la industria extractiva ha comportado la entrada del alcohol (antes prácticamente inexistente) y ha disparado la prevalencia de alcoholismo en las comunidades. La llegada de trabajadoras sexuales ha incrementado la incidencia del VIH y otras enfermedades de transmisión sexual. Estos problemas son especialmente graves en poblaciones que tienen un acceso muy limitado a los servicios de salud.

Yo me he centrado en estudiar los niveles de metales pesados en la población local y analizar las posibles vías de exposición. Las políticas de remediación ambiental han hecho disminuir estos niveles, aunque continúan siendo elevados. También hemos observado que, a pesar de que la extracción de petróleo es la fuente principal de exposición al plomo, hay otras, como el uso de balas de plomo para la caza. A raíz de este hallazgo, ahora empezamos un proyecto (financiado por el programa de Proyectos de Generación de Conocimiento del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades) para evaluar el impacto que tiene la introducción de armas de fuego para cazar en los niveles de plomo de las comunidades cazadoras-recolectoras y en el medio natural.

También has investigado la influencia de las altas temperaturas en diferentes enfermedades, más concretamente en las patologías del riñón. ¿Qué sabemos de ello?

La exposición a altas temperaturas se asocia con la mortalidad general y con varios problemas de salud. Entre otras cosas, aumentan los ingresos hospitalarios por enfermedad renal. Las patologías renales, como los cálculos renales, la lesión renal aguda y la enfermedad renal crónica, están relacionadas con la deshidratación recurrente y el estrés por calor. Varios estudios realizados con trabajadores agrícolas de zonas con climas tropicales indican que el estrés por calor se asocia a una mayor incidencia de problemas renales. Se estima que un 15 % de los trabajadores que están expuestos a menudo al estrés por calor sufren enfermedad renal.

Una de mis líneas de investigación está centrada en ver si los trabajadores agrícolas de diferentes zonas de España también presentan cambios en la función renal a causa de las altas temperaturas ambientales.

“La preocupación por la crisis climática y ambiental no se traduce en políticas valientes para hacerle frente”

Y las zonas verdes, ¿qué relación tienen con la salud de las personas?

Está claro que las zonas verdes urbanas mejoran la salud. Los espacios verdes se asocian a mejoras en el bienestar psicológico y la reducción de riesgo de enfermedades cardiovasculares o de mortalidad por todas las causas.

Todo ello se puede atribuir a diferentes factores: los espacios verdes urbanos promueven la actividad física y, por lo tanto, reducen el riesgo de enfermedades asociadas a la vida sedentaria, como la obesidad, la diabetes o las enfermedades cardiovasculares. En segundo lugar, los niveles de contaminación ambiental, especialmente la contaminación del aire y la contaminación acústica, son menores en las zonas verdes. La exposición a la naturaleza también tiene un efecto positivo sobre el bienestar al reducir los niveles de estrés, ansiedad y depresión. Socialmente, los espacios verdes fomentan la participación comunitaria y la interacción social, contribuyendo a la formación de lazos sociales sólidos y redes de apoyo.

¿Qué medidas se podrían tomar para combatir el aumento de enfermedades no transmisibles bajo el prisma de la salud planetaria?

Un concepto clave en la salud planetaria es el de cobeneficios, es decir, que aquellas medidas que son buenas para mejorar la salud de los humanos lo tienen que ser también para mejorar la salud de los sistemas naturales, y a la inversa. Hay varios ejemplos de políticas para reducir las enfermedades no transmisibles que tienen un efecto positivo sobre los sistemas naturales. Una de las medidas más sencillas es la adopción de dietas saludables y sostenibles, basadas en productos de origen vegetal. Este tipo de dietas comportan la emisión de menos gases de efecto invernadero y menos deforestación y destrucción de hábitats, y consumen menos agua. Al mismo tiempo, están asociadas a una menor mortalidad prematura y una menor incidencia de enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer.

¿Por qué crees que es importante la investigación en salud planetaria y el máster universitario de Salud Planetaria de la UOC, la UPF y el ISGlobal?

Pienso que la investigación en salud planetaria es clave en el contexto de crisis climática y ambiental en que nos encontramos, que representa un riesgo sin precedentes para la salud y el bienestar de la humanidad. Por un lado, tenemos que entender los efectos de la crisis climática y ambiental sobre la salud humana, y, por el otro, debemos buscar de manera urgente soluciones innovadoras para mitigar los efectos y adaptarnos a estos nuevos riesgos. Es importante recordar que es necesario que la investigación en salud planetaria sea interdisciplinaria, puesto que los retos a los que debemos dar respuesta transcienden los límites de cualquier disciplina científica y profesional, son complejos y requieren la integración de diferentes visiones y campos de conocimiento. 

Además, el máster universitario de Salud Planetaria es esencial para formar de manera urgente una nueva generación de profesionales preparados para buscar soluciones en el reto de la emergencia climática. Esta necesidad la han destacado varios organismos internacionales, como se plasma en el informe "The Future is Now" de las Naciones Unidas, que hace un llamamiento a las universidades para que promuevan la sostenibilidad, o en el llamamiento a la acción "Our Planet, Our Future", firmado por más de un centenar de premios Nobel, que incita a las universidades a incorporar urgentemente el concepto de custodia planetaria en todos los planes de estudios. Estoy muy contenta del papel que estamos desempeñando en la promoción de la educación en salud planetaria en el ámbito global. Somos uno de los primeros másteres en esta temática, hecho que nos ha posicionado como referentes a escala internacional.

¿Crees que hay suficiente conciencia ambiental en nuestra sociedad? ¿Qué hay que hacer para que haya más responsabilidad en este ámbito?

Creo que hay una creciente preocupación sobre la crisis climática y ambiental, y que esta preocupación irá aumentando a medida que sus efectos tengan una repercusión más directa en nuestro día a día. Sin embargo, creo que esta preocupación creciente no se traduce en políticas suficientemente valientes para implementar los cambios que necesitamos de manera urgente. En la pasada campaña electoral vimos que las cuestiones ambientales estaban presentes en la mayoría de los programas, pero las propuestas concretas de mitigación y adaptación quedaban muy alejadas de lo que sería necesario. 

UOC R&I

La investigación e innovación (I+i) de la UOC contribuye a solucionar los retos a los que se enfrentan las sociedades globales del siglo XXI mediante el estudio de la interacción de la tecnología y las ciencias humanas y sociales, con un foco específico en la sociedad red, el aprendizaje en línea y la salud digital.

Los más de 500 investigadores e investigadoras y más de 50 grupos de investigación se articulan en torno a los siete estudios de la UOC, un programa de investigación en aprendizaje en línea (e-learning research) y dos centros de investigación: el Internet Interdisciplinary Institute (IN3) y el eHealth Center (eHC).

La universidad impulsa, también, la innovación en el aprendizaje digital a través del eLearning Innovation Center (eLinC), y la transferencia de conocimiento y el emprendimiento de la comunidad UOC con la plataforma Hubbik.

Los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y el conocimiento abierto son ejes estratégicos de la docencia, la investigación y la innovación de la UOC. Más información: research.uoc.edu.

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