15/4/24 · Justicia

Los cibercrímenes a juicio, la dificultad de encontrar pruebas

La Jornada abordará los retos que enfrentan a los casos de ciberdelincuencia y los retos de futuro
Los ciberdelitos aumentan año tras año

La ciberdelincuencia está en alza: el incremento este pasado 2023 es del 25% respecto al año anterior, según el balance de criminalidad publicado por el Ministerio del Interior. "Este aumento de la ciberdelincuencia es un hecho incontestable, y también lo es la dificultad de perseguirla de manera eficaz, de lo que son muestra los bajos porcentajes de casos denunciados que llegan a un proceso judicial", explica Josep Maria Tamarit, catedrático de derecho penal y director del máster universitario de Ciberdelincuencia de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

De los cibercrímenes detectados este 2023, el 90% son estafas informáticas, que crecen un 27% con respecto al año anterior. Interior destaca que en ocho años este tipo de estafas han aumentado un 508%, dado que en 2016 apenas se registraron 70.178. Aun así, los porcentajes de casos denunciados que llegan a un proceso judicial en el ámbito de la ciberdelincuencia son bajos. "Tiene que ver con la desconfianza de las víctimas respecto a las posibilidades de que la denuncia pueda reportarles algún beneficio, o con las limitaciones existentes para la presentación en línea de denuncias. En los casos de ciberfraude o delitos sexuales en línea, hay que contar además con las dificultades añadidas que supone la ciberdelincuencia", afirma Tamarit.

El problema al que se enfrentan, en general, en los casos judicializados es que los profesionales tienen que hacer frente a las dificultades para recoger evidencias digitales y construir o valorar la prueba. "El desafío más importante tiene que ver con identificar dónde están las pruebas digitales. En la mayoría de los casos, los problemas tienen que ver con la pérdida o el desconocimiento de la existencia de fuentes de prueba importantes que resultarían útiles para resolver el caso", comenta Andreu van den Eynde, profesor colaborador del máster de Ciberdelincuencia de la UOC.

Precisamente, el seminario web Los cibercrímenes a juicio: ¿la nueva prueba diabólica? tendrá lugar el miércoles 17 de abril a las 17h y tratará estos problemas, incidiendo en los aspectos técnicos y jurídicos más relevantes, como la preservación y la presentación de las pruebas o la obtención ilícita, en relación con casos de ciberfraude, de delitos contra la intimidad o de delitos sexuales contra menores de edad. "El concepto de 'prueba diabólica' es antiguo y se refiere a casos en los que es imposible probar ciertos hechos. Los ciberdelitos plantean problemas importantes a la hora de probarlos en un proceso penal, y estos son los problemas que queremos plantear y discutir", explica Tamarit sobre la jornada.

“Si queremos luchar de manera efectiva contra la ciberdelincuencia, será necesario que las legislaciones de los países se modernicen y armonicen. Sólo así será posible que los instrumentos de cooperación internacional sean eficaces.”

Los principales obstáculos para perseguir de manera efectiva los casos de ciberdelincuencia son muchos y distintos. Los expertos señalan la insuficiencia de medios por parte de las policías, la poca especialización por parte de los profesionales o la fiabilidad y la verificación de las pruebas digitales. Para determinar que una prueba sea válida digitalmente debe pasar ciertos criterios legales. "Debe respetar en su obtención y tratamiento los derechos fundamentales, si no, será ilícita, nula e inadmisible como prueba, pero hay casos muy complejos de abordar, como los que tienen que ver con las investigaciones internas en las empresas, las investigaciones transfronterizas o la obtención irregular de pruebas efectuada por particulares", detalla Van den Eynde.

La gestión de esa prueba es muy importante, la cadena de custodia debe ser fiable. "Es importante tener en cuenta que la gestión irregular de la cadena de custodia es un tema que afecta a la fiabilidad de la prueba, pero que no cuestiona su licitud", explica Van den Eynde. Para el también profesor colaborador del máster de Ciberdelincuencia Alberto Varona, las evidencias digitales no son ajenas a las dificultades que presentan otros tipos de prueba, pero atesoran una singularidad propia. "Es inherente a su volatilidad, al riesgo de manipulación, a las dificultades técnicas que conlleva la informática, al carácter trasnacional de las comunicaciones o a la afectación de derechos fundamentales, como son la intimidad o la protección de datos de carácter personal".

Durante el seminario web se tratarán algunos de los retos futuros en este ámbito. Para Varona, la inteligencia artificial supone un nuevo paradigma. "Aparecerán nuevas formas delictivas o nuevos mecanismos de comisión. Si algo demuestra la experiencia es que el ciberdelincuente siempre va un paso por delante", explica Varona. Hace años, pensar en consultar dispositivos de forma remota podía parecer ciencia ficción, y hoy es un recurso más. "Si queremos luchar de forma efectiva contra la ciberdelincuencia, será preciso que las legislaciones de los países se modernicen y se armonicen. Solamente de esta forma será posible que los instrumentos de cooperación internacional sean eficaces. Facilitar el acceso de las autoridades judiciales a la información de que disponen las grandes corporaciones norteamericanas de las comunicaciones, como Microsoft o Google, es otra meta imprescindible a corto plazo", concluye el experto.

Expertos UOC

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