Las apps menstruales a debate tras la abolición del aborto en EE.UU: ¿afecta en España?
Tras el fallo de Roe contra Wade que protegía el aborto, activistas americanas denunciaron que estas empresas podrían pasar información privadaClue, Flo, Mi Calendario y WomanLog son algunas de las apps más populares para calendarizar el ciclo menstrual y pertenecen al negocio de las femtechs
Mujeres de todo el mundo recurren diariamente a aplicaciones móviles para controlar su ciclos menstruales y sus períodos de ovulación. Sin embargo, después del fallo contra el Roe contra Wade, la ley que protegía el aborto, muchas youtubers y activistas americanas echaron el grito al cielo en contra de las herramientas de calendarización. ¿El motivo? Ahora, con la penalización del aborto, esta información puede tener consecuencias legales en aquellos estados que está prohibida la iterrupción del embrazo.
A juicio de Sergio de Juan Creix, profesor colaborador de los Estudios de Ciències de la Información y de la Comunicación de la UOC, y abogado del despacho Croma Legal, este panorama parece muy difícil que se produzca en España: “sería un hipotético caso y dependería de múltiples factores, un juez español puede pedir información a terceros, pero siempre bajo razones justificadas y proporcionales al tipo de delito que se persigue, por lo que, a priori, parecería fuera de lugar aquí, y más para una eventual penalización del aborto”, señala el abogado. César Pablo Córcoles, profesor dels Estudis d'Informàtica, Multimèdia y Telecomunicación y director del posgrado de Desarrollo de Aplicaciones Web, por otro lado, insiste en que se debe mirar más allá de las apps menstruales y el Roe contra Wade, ya que, según él: “estamos ante un cambio de paradigma, los datos ya no tienen fines económicos, sino que ahora pueden conllevar lindes penales”.
Horas de sueño, deseo sexual y período: toda la información de éstas apps
El uso de las apps menstruales lleva años cosechando polémica. Llamadas femtechs, estas aplicaciones de salud y bienestar son uno de los negocios más punteros del momento. Y al boom le quedan unos cuantos años de gloria, tal y como relata Tracey Follows en una columna para Campain. Clue, Flo, Mi Calendario y WomanLog son algunas de las apps más populares para calendarizar el ciclo menstrual.
Los datos que recogen estas aplicaciones están relacionados con el ciclo, pero comprenden un sinfín de información, ya que aparte de conocer cuándo baja la regla o cuándo es la ventana de fertilidad de la mujer, también tienen información sobre el síndrome premenstrual o diversos dolores físicos relacionados con el periodo. Además, recogen datos que no necesariamente están relacionados con la menstraución, ya sea la evolución de la piel, las relaciones sexuales que se practiquen, el deseo sexual de la usauria, su estado de ánimo, alimentación, antojos, ejercício físico y, hasta incluso, horas de sueño.
El negocio de los datos
Y todas estas aplicaciones son gratuitas. Por norma general, tienen versiones de pago con información más exhaustiva para quienes buscan el embarazo, medidas de contracepción o, por motivos de salud. De esta manera, y tal y como dice la vieja máxima de la publicidad: cuando no pagas por un producto es que el producto eres tú. Maria Olivella, Coordinadora de la Unidad de Igualdad de la UOC defiende esta teoría, no obstante, la especialista insiste en que “es un hecho que las empresas de software se sostienen con la venta de datos. No pasa con todas las plataformas, pero, a día de hoy, por utilizar un teléfono ya estás informando tú ubicación o donde estás comprando”.
El caso más sonado fue el de la aplicación Flo, una de las apps menstruales más populares en Estados Unidos. En el año 2018, una investigación del Wall Street Journal descubrió que esta aplicación informaba a Facebook cuando una usuaria tenía la regla o si tenía la intención de quedarse embarazada. A raíz de la información, Flo se sometió a una revisión independiente de su política de privacidad y tomó medidas al respecto.
Aquí en España, Eticas Research & Consulting, una empresa española especializada en auditorias tecnológicas, elaboró un informe donde se analizaba la actividad de estas empresas. La conclusión era clara: la mayoría comparten datos a terceros y con fines comerciales. “El problema es que eliminando la app tampoco te salvas de que no lo sepan, ya se ha visto que la extrema derecha global utiliza otro tipo de mecanismos, como las amistades de Facebook, las búsquedas en Internet o el tiempo que se pasa en una clínica. La cuestión no es la tecnología en sí, el problema es que estamos ante una recesión de los derechos de las mujeres”, insiste Olivella.
La normativa europea vs. la americana
Este negocio silencioso se puso en manifiesto cuando Facebook compró la aplicación WhatsApp por más de 21.800 millones de dólares, o la que cerró unos años antes Google, cuando adquirió YouTube por 1.650 millones de dólares. Según los expertos, ni Facebook ni Google desembolsaron esas cantidades por la estructura tecnológica de estas plataformas. Ya no era una información secreta, lo que realmente se quería era el número de usuarios que tenían detrás. “Una cosa es que Facebook trate los datos y los ‘explote’ para insertar publicidad segmentada, y otra cosa es que les dé acceso a terceras empresas y sin el consentimiento del usuario”, explica Córcoles y, este último punto es donde se abre el debate de las apps menstruales.
De ahí que tras el fallo de Roe contra Wade, muchas activistas alzaron la voz porque, ahora, estos datos de miles de mujeres pueden tener consecuencias penales. “Parece que se trate de una medida utilizada para denunciar la retrógrada penalización del aborto en este país. Aquí hacerlo sería desproporcionado, pues una medida así sería muy invasiva de la intimidad y de los datos personales que son derechos fundamentales y ambos derechos gozan de una protección reforzada en Europa”, opina Juan Creix.
En el viejo continente la protección de los datos personales está protegida por el Reglamento (UE) 2018/1725 y existen distintas autoridades encargadas de la supervisión de su cumplimiento como la Agencia Española de Protección de Datos. Sin embargo, al otro lado del charco sí que podría ocurrir esta situación. “Se ha demostrado que harán uso de cualquier herramienta con tal de criminalizar a la mujer, así que lo que queda es crear tejidos de solidaridad para combatir esta regresión social y no poner el foco únicamente en la aplicaciónes porque el problema va mucha más allá”, concluye Olivella.
Expertos UOC
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