«Las universidades construyen puentes incluso cuando los gobiernos están en conflicto»
Michael Murphy, presidente de la Asociación de Universidades Europeas (EUA)
Michael Murphy, presidente de la Asociación de Universidades Europeas (EUA)
Michael Murphy, presidente de la Asociación de Universidades Europeas (EUA), ha sido el responsable de ofrecer la lección inaugural de la UOC en este curso académico. Doctorado en Medicina por la University College de Cork (UCC) y especializado en Farmacología Clínica, en esta entrevista Murphy aborda varios de los puntos que trató en su ponencia, con el título "Universidades sin muros. La adaptación al cambio en Europa".
Michael Murphy, presidente de la Asociación de Universidades Europeas (EUA), ha sido el responsable de ofrecer la lección inaugural de la UOC en este curso académico. Doctorado en Medicina por la University College de Cork (UCC) y especializado en Farmacología Clínica, en esta entrevista Murphy aborda varios de los puntos que trató en su ponencia, con el título "Universidades sin muros. La adaptación al cambio en Europa".
¿Cuáles han sido los principales éxitos de la EUA durante sus veinte años de historia?
La EUA es la organización con la que la Comisión Europea colabora principalmente como órgano paraguas del sector universitario. En primer lugar, pueden verse evidencias de impacto cuando se fijan las políticas y las estrategias que elabora. Y puede observarse como, en general, están muy alineadas con la perspectiva universitaria. Por lo tanto, hasta este punto, hemos conseguido influir en las políticas públicas, nuestro papel primordial.
Lo segundo que hay que decir es que hemos establecido nuestros foros, nuestras conferencias y nuestros grupos de trabajo como lugares efectivos donde las universidades de Europa comparten buenas prácticas, y esto repercute en la calidad del aprendizaje y la enseñanza, y los enfoques de la investigación. Y la tercera cuestión es que representamos a las universidades europeas en un escenario global en otras partes del mundo.
¿Por qué es tan importante tener en la Unión Europea una red de universidades europeas? ¿Cuáles son las dificultades para construirla?
Esta es una muy buena pregunta. La primera respuesta sería que, si Europa quiere tener influencia en el mundo en las próximas décadas, tiene que ser fuerte económicamente y como sociedad. Y, para que esto ocurra, las universidades europeas tienen que trabajar juntas, porque las universidades son los motores de mucha innovación y muchos cambios sociales en lo que ahora es una economía del conocimiento o una sociedad del conocimiento. Y para ser efectivos tenemos que trabajar más allá de las fronteras.
No es fácil, porque Europa es famosa por su diversidad. Por lo tanto, tienes varios marcos legales y marcos de financiación para universidades, así como políticas diversas en toda Europa, y reunirlos todos a fin de que sean efectivos es un reto. Pero hay progreso, está ocurriendo.
"Las universidades europeas tienen que trabajar juntas, porque las universidades son los motores de mucha innovación y muchos cambios sociales en lo que ahora es una economía del conocimiento".
¿En qué sentido? ¿Por ejemplo?
Una nueva iniciativa de la Comisión en estos últimos tres años ha sido impulsar el establecimiento de nuevas alianzas europeas de universidades transfronterizas. Las alianzas demuestran ser muy eficaces para cristalizar los problemas, los retos, y crean una cierta presión sobre el sistema político para eliminar barreras innecesarias. Así que esto también es un progreso.
¿Cree que las universidades de Europa están abiertas a recibir las directrices de la Unión Europea? Porque algunas universidades tienen una historia larga, un siglo de historia…
Sí. Es justo decir que históricamente las universidades han sido vistas como instituciones conservadoras que protegen su autonomía. Pero hay que puntualizar que muchas de las políticas y prácticas que adopta la Comisión se derivan de prácticas que las propias universidades ya llevaban a cabo. Y escuchan nuestras opiniones sobre cómo darles forma. Por lo tanto, no es un gran choque para el sistema. Hay una apertura hacia el cambio, un cambio emergente.
¿Qué supondrá este cambio para las universidades?
Lo que supondrá un éxito para las universidades europeas en el futuro será la libertad con la que los estudiantes podrán moverse entre campus de diferentes países para obtener títulos conjuntos o para reunir microcredenciales que después se traducirán en su propio título. Otra medida será la facilidad para moverse del personal entre instituciones y las facilidades para gestionar las diferencias de pensiones entre países. Otro recurso será la escala de colaboración de investigación transfronteriza, con laboratorios virtuales basados en aportaciones de universidades de varias partes de Europa.
En Europa, en estos momentos están cambiando muchas cosas. Hemos tenido una pandemia y ahora hay una guerra en la frontera del este. ¿Qué papel desempeñan las universidades europeas en este nuevo contexto?
La pandemia aceleró el cambio que ya estaba en marcha y el cambio que teníamos que ver si nos tomamos seriamente los objetivos de desarrollo sostenible. Y, en este espacio, el mayor reto que tenemos ahora es convertir todas nuestras instituciones en campus bimodales, lo que significa un equilibrio entre el aprendizaje a distancia y el aprendizaje dentro del campus. Para que esto ocurra, sí que tenemos que invertir en tecnología e infraestructuras y en la formación del personal en los principios del aprendizaje a distancia. Esta es la pandemia. Si lo hacemos con prudencia, reduciremos nuestra huella de carbono e impulsaremos muchos de los otros objetivos.
La guerra de Ucrania es impactante y ha sido a la vez una oportunidad y un reto para las universidades porque hemos trabajado mucho para apoyar a nuestros compañeros de Ucrania. Teníamos 26, y ahora tenemos 32 universidades miembros de Ucrania. Y en la EUA hemos creado un grupo de trabajo de expertos para guiar la reconstrucción del sistema ucraniano cuando termine la guerra y para hacer que el sistema ucraniano sea más competitivo en el futuro. Así, como sabéis, cada crisis conlleva sus problemas pero también sus oportunidades. Y estamos comprometidos con ello. Y, por supuesto, apoyamos a los estudiantes y refugiados ucranianos de toda Europa.
"Tenemos que invertir en tecnología e infraestructuras y en la formación del personal en los principios del aprendizaje a distancia".
El nuevo contexto geopolítico que se nos presenta ahora con la guerra o con China y Rusia intentando tener el papel de superpotencia en nuestro mundo ¿podría suponer un riesgo para las universidades europeas y los valores europeos?
Antes que nada, hay que decir que este realineamiento geopolítico se está produciendo en un momento muy negativo, pues, a fin de cuentas, desde el sector universitario consideramos que los objetivos de desarrollo sostenible son absolutamente críticos en esta etapa. Y, si queréis lograr estos objetivos, necesitáis la cooperación con todo el mundo en todo el mundo. Tenemos que aprovechar la capacidad de todo el sistema universitario y, de hecho, la colaboración de los países. Por lo tanto, esta situación se da en un momento muy negativo.
Para nosotros, en Europa, creo que lo importante es que trabajemos juntos para asegurarnos de que Europa sea fuerte y esté en primera línea. Los países europeos son demasiado pequeños para tener impacto. Así, todo lo que hace crecer la colaboración en investigación e innovación y en política garantizará que Europa tenga voz en los próximos años. Esta es nuestra responsabilidad.
Pero ¿China y Rusia intentan influir en las universidades de la Unión Europea?
Algunos países importantes consideran que el enfoque tendría que ser cerrar las conexiones, pero las universidades nunca han estado en este espacio filosóficamente. Creemos que la educación y la investigación del sector universitario son constructores de puentes incluso cuando los gobiernos están en conflicto. Esto ha sido así a lo largo de la historia y es el caso en el futuro. A su vez, tenemos que ser inteligentes y trabajamos con la gente desde la reciprocidad. Trabajamos partiendo de valores compartidos en la medida en que podemos y también compartimos abiertamente los resultados y la investigación cuando trabajamos juntos. Así pues, debemos ser inteligentes.
Es lamentable que esto haya surgido en los últimos años, pero es un hecho que tenemos que afrontar. Principalmente, nos mantenemos tan conectados como podemos. Incluso en la guerra de los rusos en Ucrania, suspendimos formalmente nuestros miembros universitarios rusos porque los rectores firmaron cartas de apoyo a la guerra. Pero también consideramos que nuestro personal y nuestras universidades miembros son libres de relacionarse con compañeros rusos cuando confían en que los académicos rusos comparten nuestros valores. Y conocemos miles.
"Suspendimos formalmente nuestros miembros universitarios rusos porque los rectores firmaron cartas de apoyo a la guerra".
Hablemos de la movilidad a Europa. Hablemos de la pandemia, del trabajo a distancia y de todas estas cuestiones. Todo esto puede afectar al sector universitario; ¿cuáles son los riesgos y cuáles las oportunidades de estos cambios?
Colectivamente y con movilidad, los estudiantes cuentan con más opciones y mejores oportunidades de aprendizaje, y deben eliminarse los obstáculos. Existen algunos riesgos y, en particular, el riesgo de fuga de cerebros de países y regiones que no son tan sólidos económicamente o no poseen marcos políticos que favorecen la educación y la investigación. Existe el riesgo de que pierdan algunas de sus personas más inteligentes. Por lo tanto, debemos asegurarnos de que en el diseño de programas de movilidad somos conscientes de esta dificultad y hacemos prácticas para combatir la fuga de cerebros.
¿Cómo podemos garantizar que las universidades de Europa se desarrollan en igualdad en este nuevo entorno?
Primero de todo cabe decir que la diversidad es realmente una fortaleza de Europa y tenemos que mantenerla. Esto es un principio darwiniano. Lo segundo es que hay que cambiar las políticas públicas en los países con sistemas más débiles. Tienen que reconocer que el marco político en que han operado no ofrecerá un sistema universitario competitivo en el futuro. Por lo tanto, el marco normativo, que es el que controlan los gobiernos en primera instancia, tiene que permitir la competencia y ser competitivos, y tienen que liberar las instituciones para darles la autonomía que necesitan para ser competitivas.
La segunda acción que debe llevar a término un gobierno es proporcionar financiación. Sin financiación, las estrategias y los planes son alucinaciones. Las propias universidades tienen que cambiar. En la EUA decimos que para tener éxito las universidades tienen que contar con un liderazgo fuerte, y que el liderazgo debe formarse profesionalmente, con lo que tenemos que profesionalizar la gestión y el liderazgo dentro de las universidades a todos los niveles. Los países que son más fuertes lo hacen durante décadas.
¿Qué papel puede desempeñar la UOC en el marco europeo en cuanto a todo su bagaje en aprendizaje en línea (e-learning)?
Las universidades abiertas cuentan con mucha más experiencia que las universidades de campus sobre el nuevo modelo de educación a distancia. Y con vuestra experiencia, tenéis mucho para compartir con el sector universitario tradicional en cuanto a la profesionalización del aprendizaje en línea. Y como las bases de datos de la UOC se remontan a veinte años de experiencia, nos guiará al resto en cuestiones de mejora de la calidad del aprendizaje en línea, y también, especialmente, en la mejora de la calidad de la evaluación, que es un problema importante para las instituciones del campus tradicional. Así que la UOC tiene ventaja y debe aprovecharlo.
"La UOC nos guiará al resto en cuestiones de mejora de la calidad del aprendizaje en línea, y también, especialmente, en la mejora de la calidad de la evaluación".
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