«Repensemos la historia del cine para descolonizarla y poner en valor a las mujeres invisibilizadas»
Diana Roig-Sanz -profesora de investigación ICREA- y Ainamar Clariana Rodagut, investigadoras del grupo Estudios Literarios Globales de la UOC
Diana Roig-Sanz -profesora de investigación ICREA- y Ainamar Clariana Rodagut, investigadoras del grupo Estudios Literarios Globales de la UOC
Las nuevas generaciones de investigadoras e investigadores en historia del cine se proponen desafiar los relatos basados en una mirada exclusivamente eurocéntrica y occidental, que han predominado históricamente en el estudio del séptimo arte. En el congreso internacional Rethinking Film History Through Global and Digital Approaches (Early 1920s - Early 1970s), que tendrá lugar del 4 al 7 de octubre en la sede de Can Jaumandreu (calle del Perú, 52, de Barcelona) de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y el día 4 en la Biblioteca de Catalunya, se presentarán nuevas perspectivas que quieren ser más globales, inclusivas y digitales.
Hemos hablado con dos de las organizadoras, Diana Roig-Sanz, líder del grupo de investigación Estudios Literarios Globales (GlobaLS), de los Estudios de Artes y Humanidades y del Internet Interdisciplinary Institute (IN3), y profesora de investigación ICREA; y Ainamar Clariana Rodagut, investigadora posdoctoral del mismo grupo. Ambas reflexionan de forma crítica sobre la historiografía cinematográfica de las últimas décadas y explican la investigación que llevan a cabo en la UOC con una nueva perspectiva global y de género, y con el uso de datos y herramientas digitales.
Las nuevas generaciones de investigadoras e investigadores en historia del cine se proponen desafiar los relatos basados en una mirada exclusivamente eurocéntrica y occidental, que han predominado históricamente en el estudio del séptimo arte. En el congreso internacional Rethinking Film History Through Global and Digital Approaches (Early 1920s - Early 1970s), que tendrá lugar del 4 al 7 de octubre en la sede de Can Jaumandreu (calle del Perú, 52, de Barcelona) de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y el día 4 en la Biblioteca de Catalunya, se presentarán nuevas perspectivas que quieren ser más globales, inclusivas y digitales.
Hemos hablado con dos de las organizadoras, Diana Roig-Sanz, líder del grupo de investigación Estudios Literarios Globales (GlobaLS), de los Estudios de Artes y Humanidades y del Internet Interdisciplinary Institute (IN3), y profesora de investigación ICREA; y Ainamar Clariana Rodagut, investigadora posdoctoral del mismo grupo. Ambas reflexionan de forma crítica sobre la historiografía cinematográfica de las últimas décadas y explican la investigación que llevan a cabo en la UOC con una nueva perspectiva global y de género, y con el uso de datos y herramientas digitales.
¿Qué objetivos tiene el congreso y cuáles son vuestras expectativas?
Contribuir al desarrollo de los estudios globales y las humanidades digitales aplicados a los estudios de cine y, muy especialmente, a la historia del cine. Creemos que algunas teorías que se han desarrollado en los últimos veinte años en torno al concepto de "global" y las herramientas digitales que se emplean, sobre todo, en el campo de las humanidades digitales pueden desafiar los discursos basados en una idea muy restrictiva de lo que es la "nación", que a menudo no tiene en cuenta las relaciones transnacionales, y en una mirada muy eurocéntrica y occidental.
Queremos animar a una nueva generación de investigadoras e investigadores de la historia del cine a estudiar fenómenos que son globales, plurales y heterogéneos, para reconocer, a escala internacional, la presencia de las historiografías del cine latinoamericanas, asiáticas y africanas, al mismo nivel de la europea, por ejemplo. Esta perspectiva se complementa con un punto de vista ético, interdisciplinario y de género, y pretende poner de relieve las historias de tantas mujeres hasta ahora no tenidas en cuenta.
Nuestra voluntad es favorecer la institucionalización de un campo aún incipiente de investigación, los estudios globales del cine, para que incluyan esa perspectiva global, basada en las relaciones y los intercambios.
¿Cómo se recibe entre los historiadores clásicos la visión de las nuevas generaciones que estudian la historia del cine y su voluntad de cuestionar los discursos anteriores?
Depende del contexto y de las tradiciones historiográficas. En Cataluña y en España, la tradición que ha predominado en los estudios de cine tiene una raíz muy estética. Es decir, se estudian los géneros y la estética del cine. Los aspectos sociológicos, en cambio, han sido quizás más olvidados, a diferencia de lo que pasa en otros contextos, como América Latina, que ha manifestado un interés mayor por escribir una historia cultural y social del séptimo arte.
En cuanto a las perspectivas digitales, es decir, el uso de conjuntos de datos y metadatos para el estudio de fenómenos cinematográficos, la investigación en este ámbito no está generalizada en nuestro entorno, a diferencia de lo que empieza a suceder en otros países como Alemania, Holanda o el Reino Unido, pero sí podemos hablar de una nueva generación de investigadoras e investigadores que están trabajando en ello, como nosotras.
¿Cuáles son los retos de esta nueva perspectiva de estudio de la historia del cine?
La existencia y la identificación de los archivos, dispersos o imposibles de encontrar, ya sea porque son inexistentes, porque no están catalogados o porque no son accesibles. En muchos casos, todavía pertenecen a la familia de las personas objeto de nuestro estudio, y se conservan en distintas bibliotecas del mundo o están en manos de coleccionistas. Si no están digitalizados y no podemos consultarlos, es difícil mostrar empíricamente lo que intuimos que pasó. Por lo tanto, en algunos casos no podremos ir más allá de la hipótesis o de algunas intuiciones a partir de la lectura y el análisis de los archivos de otros actores de la época, con quien también se relacionaron.
¿Qué aportaciones hace la perspectiva de género a la historia del cine?
Nos hace adquirir conciencia de la relevancia de las mujeres en la historia de muchas disciplinas. En nuestro caso, investigar la contribución de las mujeres al cine ayuda a reescribir su historia incluyendo a la otra mitad de la población, que hasta ahora no se ha tenido en cuenta, y permite estudiar agencias que hasta ahora han sido subestimadas. La bibliografía existente sigue primando la historia centrada en la vida y las obras de los grandes nombres del cine, que suelen ser los directores, hombres, blancos y europeos o de los Estados Unidos.
Desde la perspectiva que proponemos, queremos reconstruir los procesos de producción y distribución y creación como procesos colectivos, que no serían posibles sin una red de relaciones, en la que cada persona despliega un rol fundamental. Nuestra investigación permite recuperar estas historias de éxito invisibilizadas. Esta forma de acercarse a la historia del cine matiza la perspectiva autorial, desde la que se considera al autor como responsable único de una obra de arte tan grande y compleja como es una película.
¿Podéis dar algunos ejemplos de los roles de la mujer en el cine que han sido ocultados?
Desde los inicios del cine, las mujeres han tenido papeles muy relevantes, como directoras, guionistas, productoras o críticas de cine. El problema es que los hombres fueron ganando más presencia en las posiciones de poder y las apartaron de sus posiciones de responsabilidad. Una de las causas de ese desplazamiento fue el desarrollo económico de la industria cinematográfica, determinante para que los hombres con más capital social se apropiaran de los roles más visibles en la esfera pública y relegaran a la mujer al papel de actrices, en el mejor de los casos. A pesar de esta marginalización, las mujeres siguieron dedicándose al cine desde posiciones menos visibles, como por ejemplo editoras de revistas, escritoras o revisoras de guiones, fundadoras de cineclubes, mecenas y animadoras culturales, decoradoras, maquilladoras, responsables de vestuario, etcétera.
¿Cuáles son las diferencias entre el cine feminista que se hacía hasta los setenta y el actual?
Hasta los años setenta se produjeron películas hechas para y con la participación de muchas mujeres. Pero no es hasta la década de los setenta cuando se empieza a hablar de cine feminista, al cual no podemos equiparar con el cine hecho para mujeres. El cine feminista es una categoría que solo se utiliza en ciertos espacios, y no todas las directoras consideran que sus obras puedan ser identificadas bajo esta etiqueta.
¿Qué cambios se necesitan para estudiar la historia del cine con un enfoque descolonial?
Hace falta una mirada más flexible sobre el objeto de estudio y romper con la idea de que el cine se desarrolló en un centro, ya sea Francia o Hollywood, y se imitó en las mal llamadas "periferias". No existió un centro creador y unas periferias imitadoras, sino más bien procesos de intercambio que se desplegaron a distintas velocidades, y con características compartidas, pero también diferenciadas, en todo el mundo.
Con el fin de descolonizar la historia del cine, partimos de una aproximación relacional, basada en los intercambios y las transferencias, y otorgamos un peso destacado a la creación de conocimiento como resultado de un proceso colectivo.
¿Por qué al cine producido en el sur se le ha dejado de lado tradicionalmente? ¿Tiene que ver con la inferior (en cantidad) producción de filmes o es una discriminación consciente (racista)?
El hecho de que la industria cinematográfica se haya desarrollado de forma más significativa en el norte global, especialmente en Hollywood, no debería ser motivo suficiente para considerar que el cine estadounidense o europeo tiene más legitimidad o capital simbólico. Un ejemplo de ello es el cine francés. Si bien el cine estadounidense ha disfrutado de una industria más fuerte desde una perspectiva económica y tecnológica, ello no ha sido suficiente para excluir al cine francés de un aura y un prestigio internacionales a lo largo de la historia. Así pues, la legitimidad del cine no solo tiene que ver con el desarrollo de la industria, sino también con la legitimidad que concedemos a la cultura y la cinematografía de un espacio geográfico concreto.
Así, aunque existen unas industrias cinematográficas nacionales muy importantes más allá de Hollywood, como son las de Bollywood o, en Nigeria, Nollywood, o la industria cinematográfica en Egipto, estas producciones casi no tienen eco aquí al no haber sido consagradas por los poderes que las legitiman, instalados en Europa y EE. UU., como por ejemplo los festivales de cine internacionales o algunas productoras y distribuidoras. También influyen elementos fuera del ámbito cinematográfico, como cuestiones geopolíticas, la dimensión económica del cine y aspectos culturales e, incluso, religiosos.
¿Qué quiere decir tener una perspectiva digital de la historia del cine? ¿Qué puede aportar?
Quiere decir trabajar con los datos y metadatos que nos ofrecen los archivos digitalizados, los catálogos de las filmotecas, los repositorios y documentación de distinto tipo como los epistolarios. Todo ello puede contribuir a descentralizar y descolonialitzar la historia del cine, ya que los conjunto de datos pueden permitirnos matizar algunas ideas preconcebidas. Por ejemplo, pueden iluminar la labor de una mediadora o mediador cultural poco conocida o conocido.
También puede permitir ver el papel central (o no) de un agente a través de análisis de redes (SNA en inglés). Podemos estudiar, por ejemplo, si una persona desarrolló un rol relevante en la circulación de una película, gracias a sus contactos en la industria cinematográfica. Esta conclusión podríamos extraerla también con otros métodos cualitativos, pero el proceso sería más largo y complejo. Las herramientas digitales permiten investigar una cantidad de datos que una sola investigadora o investigador no podría abordar a lo largo de toda su vida. Con esos datos podemos identificar patrones, por ejemplo, que han estructurado un campo o un período determinado, o que han funcionado durante un tiempo y después han dejado de hacerlo, etc.
¿Cuáles son los riesgos de trabajar con herramientas digitales, entre ellas la inteligencia artificial?
El uso de grandes conjuntos de datos conlleva riesgos significativos en términos de representatividad. La digitalización de materiales no es igual en todas partes. Es sabido que las agencias que financian recursos para la investigación han dedicado dinero a la digitalización de algunos archivos en detrimento de otros. Así, el acceso a datos digitalizados es muy desigual en los distintos espacios geográficos, es menos accesible en algunos puntos, como América Latina, nuestro foco geográfico principal. Otro riesgo es no poder acceder a los archivos necesarios para la investigación, como ocurre en el caso de los archivos de muchas mujeres vinculadas al cine.
Debemos ser conscientes de estas desigualdades en el acceso a los datos para evitar posibles sesgos, y proponer una investigación honesta que sea consciente del potencial que ofrecen los datos, pero también de sus limitaciones.
¿Qué importancia tienen los cineclubes y el cine amateur en la historia de este arte? ¿Se les ha otorgado suficiente relevancia?
Los cineclubes y el cine amateur no se han tenido lo bastante en cuenta en la historiografía del cine. Uno de los principales motivos ha sido, precisamente, el esfuerzo por escribir una historia autorial del cine en detrimento de una que visibilizara el trabajo de otros agentes más allá de la figura del autor o autora.
Los cineclubes siempre han sido espacios de creación de conocimiento colectivo, especialmente cuando surgieron a principios del siglo xx. En general, fueron espacios gestionados colectivamente y generaban pocos o ningún beneficio económico, otro de los motivos por los que no se han estudiado mucho.
El caso del cine amateur es similar. Las y los amateuristas no siempre han sido caras conocidas. Sus proyectos no trajeron consigo beneficios económicos, lo que contribuye a que se haya subestimado el fenómeno del amateurismo.
Pese al olvido, tanto los cineclubes como el cine amateur fueron espacios interconectados con otros espacios más comerciales y profesionales. Por ejemplo, el interés por el cine de muchas y muchos cineastas nació en los cineclubes. Y muchas y muchos cineastas han producido y siguen produciendo cine amateur al mismo tiempo que profesional. Tanto los cineclubes como el cine amateur fueron históricamente espacios de creatividad e innovación que no pueden dejarse de banda en cualquier historia del cine.
Esta investigación de la UOC favorece el objetivo de desarrollo sostenible (ODS) 5 de la ONU, de igualdad de género.
El proyecto de Diana Roig-Sainz ha recibido fondos del Consejo Europeo de Investigación (ERC) del programa de investigación e innovación Horizon 2020 de la Unión Europea (acuerdo de subvención nº 803860).
UOC R&I
La investigación e innovación (I+D+i) de la UOC contribuye a solucionar los retos a los que se enfrentan las sociedades globales del siglo xxi, mediante el estudio de la interacción de la tecnología y las ciencias humanas y sociales, con un foco específico en la sociedad red, el aprendizaje en línea y la salud digital.
Los más de 500 investigadores e investigadoras y los 51 grupos de investigación se articulan en torno a los siete estudios de la UOC, un programa de investigación en aprendizaje en línea (e-Learning Research) y dos centros de investigación: el Internet Interdisciplinary Institute (IN3) y el eHealth Center (eHC).
La Universidad impulsa también la innovación en el aprendizaje digital a través del eLearning Innovation Center (eLinC) y la transferencia de conocimiento y el emprendimiento de la comunidad UOC con la plataforma Hubbik.
Los objetivos de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y el conocimiento abierto son ejes estratégicos de la docencia, la investigación y la innovación de la UOC. Más información: research.uoc.edu #25añosUOC
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