16/12/21 · Institucional

«Cuando un inmigrante ingeniero o maestro friega platos, perdemos todos»

Abdoulaye Fall, miembro del Grupo de Expertos en Migración de la Comisión Europea

Fall acompaña a personas migrantes para que, como él, puedan continuar estudios superiores y encontrar un trabajo cualificado.

Fall acompaña a personas migrantes para que, como él, puedan continuar estudios superiores y encontrar un trabajo cualificado.

Abdoulaye Fall, miembro del Grupo de Expertos en Migración de la Comisión Europea

 

Abdoulaye Fall nació en Rufisque, municipio de la región senegalesa de Dakar, y desde finales de 1999 vive en Cataluña. Licenciado en Filología Inglesa, llegó a nuestro país persiguiendo el sueño europeo que empuja a tantos jóvenes africanos a dejar su casa buscando un futuro que se les niega. Se lo juegan todo a la carta de la migración y, muchas veces, pierden la partida. Él lo tuvo claro: de sus siete hermanos, es el único que ha migrado, y quizás sea el único doctor que ha crecido en las calles de su barrio. A base de estudio, ilusión y mucho esfuerzo, Abdoulaye ha roto todos los techos de cristal que ha ido encontrándose: económicos, sociales o raciales. Hoy es director de programas de la Asociación de Comunidades Autofinanciadas (ACAF), miembro del Grupo de Expertos en Migración de la Comisión Europea y fundador de Main Gate, una asociación sin ánimo de lucro que facilita acompañamiento integral a migrantes en su proceso de seguimiento de estudios superiores y de inserción laboral en puestos cualificados, y que ha firmado un convenio con la UOC. Fall quiere que otros beban de su experiencia para lograr, entre todos, una sociedad más plural y rica.

 

Abdoulaye Fall nació en Rufisque, municipio de la región senegalesa de Dakar, y desde finales de 1999 vive en Cataluña. Licenciado en Filología Inglesa, llegó a nuestro país persiguiendo el sueño europeo que empuja a tantos jóvenes africanos a dejar su casa buscando un futuro que se les niega. Se lo juegan todo a la carta de la migración y, muchas veces, pierden la partida. Él lo tuvo claro: de sus siete hermanos, es el único que ha migrado, y quizás sea el único doctor que ha crecido en las calles de su barrio. A base de estudio, ilusión y mucho esfuerzo, Abdoulaye ha roto todos los techos de cristal que ha ido encontrándose: económicos, sociales o raciales. Hoy es director de programas de la Asociación de Comunidades Autofinanciadas (ACAF), miembro del Grupo de Expertos en Migración de la Comisión Europea y fundador de Main Gate, una asociación sin ánimo de lucro que facilita acompañamiento integral a migrantes en su proceso de seguimiento de estudios superiores y de inserción laboral en puestos cualificados, y que ha firmado un convenio con la UOC. Fall quiere que otros beban de su experiencia para lograr, entre todos, una sociedad más plural y rica.

¿Cuál es la historia de Abdoulaye? ¿Por qué decides venir a Cataluña?

Desde muy pequeño era miembro de la asociación de boy scouts laicos de Senegal. Cuando tienes más de dieciocho años, participas en actividades de cooperación en zonas rurales con asociaciones de otros países europeos. En los años 1997 y 1998 coordiné un campo de trabajo con jóvenes scouts catalanes, que ayudaban a construir letrinas en Niakhar, una zona rural en la que existía una epidemia de peligro fecal. Cuando decidí emigrar, como conocía ya a estos jóvenes, decidí venir hacia aquí. Estuve cuatro meses en Barcelona y, cuando las cosas se complicaron (no tenía papeles y estaba medio perdido), unos amigos de Molins de Rei que conocí en Senegal me propusieron ir a vivir a su casa. 

Desde 2001 trabajaba como camarero, y me enteré de que había un programa de la Fundación de la UAB llamado Universidad e Inmigración, en el que becaban a estudiantes extracomunitarios para hacer posgrados. Me aceptaron, pero tuve que superar dos hándicaps: convalidar mi titulación senegalesa (me costó mucho, sobre todo por temas burocráticos) y el nivel de lengua. Yo quería hacer un máster de traducción e interpretación para el que exigían un cierto nivel de catalán o castellano, las lenguas de partida. Tener el nivel C de catalán me permitió cursarlo. A partir de 2006 compaginé los dos años de máster y el trabajo.

Con tu título de máster bajo el brazo, ¿cambió tu vida laboral?

No, seguí en el restaurante porque tenía una familia y me veía obligado a enviar dinero a Senegal… En 2009 se puso en marcha un nuevo máster, de Gestión de la Inmigración, en la UPF. Cuando quise hacer el doctorado, pedí una beca y me dijeron que solo hay dos modalidades para acceder a ella: o eres español, o eres extranjero y pides una beca a través de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) para gente en su país de origen. No cejé en mi empeño: la URV me aceptó en 2011, y el primer año iba tres veces a la semana a Tarragona. Aquí descubrí una "anomalía": no había becas para alguien como yo. Hacía unos años que estaba aquí, tenía tarjeta de residencia comunitaria y cotizaba desde hacía unos diez años…, así que tuve que pagármelo yo. Eso sí, a precio público. Al curso siguiente pedí un cambio a la UAB y el Centro de Estudios Demográficos me aceptó. En el año 2017 obtuve el doctorado.

Hace poco nace Main Gate...

Sí, este proyecto es el resultado de mi trayectoria personal. A partir de 2010 he constatado que llegan más jóvenes inmigrantes africanos con formación superior. Ha cambiado el perfil: antes venían jóvenes de zonas rurales con un perfil educativo más bajo. Yo lo he tenido muy difícil para acceder a la universidad y, sobre todo, para convalidar los títulos. Pensé que quizás estaría bien encontrar alguna solución a este problema, que irá en aumento. Pero, además, he observado un déficit de diversidad cultural en los puestos de trabajo cualificados tanto de Cataluña como de España. No ves a inmigrantes atendiéndote si entras en una oficina bancaria, por ejemplo, aunque llevamos ya al menos tres décadas de inmigración. Hay que conseguir que los migrantes puedan tener las herramientas necesarias para competir por estos puestos de trabajo.

¿Qué ofrece Main Gate?

Trabajamos en distintos ámbitos. Antes de hablar de acceso a la universidad o de convalidaciones, hay un trabajo importante de información y motivación. Hemos detectado que muchas veces los inmigrantes que llegan aquí se enfrentan al dilema de tener que ganarse la vida para sobrevivir y ayudar a la familia o dedicar tiempo a la formación. Hay que informarles de que es importante que inviertan en formación, porque ello repercutirá en su vida. Cuando es el caso, los acompañamos en el proceso de convalidación del título, que es dificilísimo. El tercer ámbito en el que trabajamos es la financiación de la universidad para aquellos que quieren seguir estudiando una vez convalidados sus estudios. Pero el cuarto ámbito, imprescindible para tener éxito en los otros tres, es el trabajo con la Administración, las empresas…, porque si los jóvenes inmigrantes se han formado y no pueden acceder a puestos cualificados, es que no hay una apuesta real por la diversidad.

Así pues, el objetivo final es...

Contribuir a hacer que la sociedad sea más diversa aprovechando mejor el talento y las competencias de los migrantes. Cuando un inmigrante ingeniero o maestro friega platos, ¡perdemos todos! Debemos trabajar y aprender de lo que ha pasado en otros países: de aquí a diez o quince años quizás tengamos un problema social si no cambiamos eso, ya que no solo afectará a los inmigrantes, sino también a sus hijos nacidos aquí, que vivirán la discriminación por el color de su piel. Ellos no tendrán la misma tolerancia que sus padres. 

Trabajando la diversidad en la sociedad también trabajaremos los discursos que escuchamos.

Es cierto. Cuando queremos contrarrestar la narrativa negativa sobre la inmigración, nos damos cuenta de que una de las causas de esta mala percepción sobre los inmigrantes es que no existe una correspondencia entre lo que se quiere reivindicar y la posición social de esta comunidad. Cuando encuentras a médicos subsaharianos o pakistaníes, transmites un mensaje diferente. Hay una correlación entre el discurso que tenemos o el imaginario colectivo y lo que vemos en la realidad.

Así que los jóvenes inmigrantes, o los de origen inmigrante, al cursar estudios universitarios se enfrentan a la falta de motivación y de recursos financieros, pero también a ciertos prejuicios.

A veces, en conversaciones, cuando digo que tengo estudios universitarios y un doctorado, yo sé que algunos piensan: "A saber si no será un doctorado africano. Igual lo ha comprado…". Hay prejuicios.

¿Cómo nace la colaboración con la UOC?

Contacté con distintas universidades públicas catalanas y, desde el primer momento, la UOC apostó por este proyecto. Ya tenían una línea de trabajo similar. La colaboración contempla el acompañamiento en la fase de convalidación y de acceso a estudios universitarios a través de la universidad. 

Si eres inmigrante y necesitas alguno de nuestros servicios, te apuntas al formulario de nuestra web, contactamos contigo y, dependiendo del problema que tengas, te ayudamos. 

Por parte de la UOC, ha habido predisposición total para apoyar este proyecto con el objetivo de visibilizarlo, pero también de denunciar la problemática que vive nuestra comunidad.

Has participado en la Feria Virtual de Empleo de la UOC.

Buscamos visibilizar el problema de la infrarrepresentación de personas migradas en puestos de trabajo cualificados, así como abordar el debate en torno a la cuestión de la diversidad en nuestra sociedad y ser partícipes de la búsqueda de soluciones. La Feria no solo es un espacio de encuentro entre estudiantes y empresas con la empleabilidad como tema central, sino que también permite sensibilizar a un público clave sobre la diversidad cultural en nuestra sociedad. Mi participación consistió en una sesión sobre la cuestión del acceso a la universidad y la inserción laboral de personas migradas cualificadas.

Si el tema del mundo laboral y las personas migradas es complejo..., ¿cómo está el de las prácticas en las empresas? A veces son una puerta de acceso a este mundo laboral.

Totalmente. Las prácticas representan una etapa puente muy importante entre la formación y la actividad laboral. La situación de anormalidad que observamos en relación con la presencia de personas migradas cualificadas en las empresas españolas no deja de ser el epifenómeno de un problema más estructural. Las personas migradas necesitan la oportunidad que pueden representar unas prácticas para demostrar su valía, mientras que a las empresas les puede servir para hacer patente su apuesta por la diversidad cultural, aunque eso tendrá que ser solo un primer paso hacia una representatividad más efectiva.

¿Por qué crees que los jóvenes africanos deben estudiar en la universidad?

Porque pueden aspirar a una vida profesional mejor si estudian, y pueden contribuir a revertir la imagen negativa que tienen algunas personas de los inmigrantes aportando más a la sociedad que nos acoge, que ya es nuestra casa.

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