«El problema para la población no es la falta de información médica, sino el exceso»
David García, profesor de la Universidad Tecnológica de Graz e investigador principal del Computational Social Science Lab
David García, profesor de la Universidad Tecnológica de Graz e investigador principal del Computational Social Science Lab
Recientemente se celebró de forma virtual el PCNet21, un taller organizado por el grupo de investigación CNSC - Tecnopolítica del IN3 de la UOC. El asunto elegido por David García como orador principal (keynote speaker) no pudo ser más actual: la politización de los temas médicos en las redes sociales. Para hablar de ello, se basó en dos de sus investigaciones. La primera, publicada en The Lancet, analizaba la respuesta que recibió en Twitter una campaña de esta misma publicación contra el consumo de carne y cómo acabó desencadenando una guerra de etiquetas. La segunda es un estudio sobre cómo, en las primeras fases de la pandemia, se politizó en Twitter la publicación de preprints médicos.
Recientemente se celebró de forma virtual el PCNet21, un taller organizado por el grupo de investigación CNSC - Tecnopolítica del IN3 de la UOC. El asunto elegido por David García como orador principal (keynote speaker) no pudo ser más actual: la politización de los temas médicos en las redes sociales. Para hablar de ello, se basó en dos de sus investigaciones. La primera, publicada en The Lancet, analizaba la respuesta que recibió en Twitter una campaña de esta misma publicación contra el consumo de carne y cómo acabó desencadenando una guerra de etiquetas. La segunda es un estudio sobre cómo, en las primeras fases de la pandemia, se politizó en Twitter la publicación de preprints médicos.
¿Qué balance hace del PCNet21 y de su participación en el acto?
Me gustó la combinación de perspectivas y, sobre todo, la heterogeneidad de la audiencia. Las preguntas fueron muy buenas y la discusión, tras las charlas, fue de lo más interesante. Yo salí con un par de ideas nuevas sobre mi propia investigación. Hacer talleres interdisciplinares es siempre difícil y me alegro de que el PCNet se anime a ello porque permite llegar a otras audiencias.
¿Cuáles son las principales ventajas de las redes sociales cuando se trata de dar a conocer temas médicos?
La ventaja es llegar a una gran audiencia con poco presupuesto, sobre todo si lo comparamos con los medios tradicionales. Las redes sociales también son muy buenas cuando el mensaje va dirigido a una audiencia muy reducida y concreta, que de otra forma resultaría muy difícil de encontrar, como ocurre con las personas que padecen enfermedades raras.
¿Y los riesgos?
El mayor riesgo es que el contenido de los artículos médicos puede resultar fácil de manipular y comentar de forma interesada. La divulgación es muy necesaria para evitar esos dos peligros y para que dichos artículos no resulten tan difíciles de entender para la población general.
Suele culparse a las redes sociales de la polarización que vive la sociedad contemporánea, ¿esa polarización ha llegado también a los temas médicos o relacionados con la salud?
En los últimos años se ha dado mucha importancia al papel de las redes sociales en la polarización, pero los resultados empíricos muestran que el tema no es tan sencillo. Hay otros factores igual de importantes, o más, a la hora de dividir a la sociedad, como los medios tradicionales y algunas cadenas de televisión por cable. En el caso de los temas médicos, la pandemia nos ha mostrado ejemplos muy claros de polarización, como el uso de mascarillas en Estados Unidos, aunque ya antes se habían producido otros casos, como el enfrentamiento entre los partidarios de las dietas basadas en la carne y los partidarios de las dietas veganas.
Parte de su intervención se centró en ese tema y en el estudio que realizó sobre la guerra de etiquetas #EATLancet contra #yes2meat, ¿diría que se trató de un fenómeno espontáneo o de una campaña orquestada por parte de los defensores del #yes2meat?
No tenemos indicios de que hubiera ningún grupo de presión u organización detrás de la etiqueta #yes2meat. Al revés, comprobamos que surgió de un usuario normal que defendía las dietas basadas en la carne y a partir de ahí se convirtió en una referencia. Estudiamos otras posibles huellas de manipulación, como los índices de automatización de cuentas. Es decir, sí que habían intervenido bots, pero los índices eran iguales para las dos etiquetas, así que parece que este caso fue claramente espontáneo.
Las personas en Twitter, según su estudio y en esta guerra de etiquetas, ¿eran capaces de cambiar de opinión o se limitaban a defender y reafirmar la posición con la que habían entrado en la conversación?
Ver cambios de opinión individuales en escalas temporales tan cortas resulta difícil, pero sí que pudimos comprobar que una de las comunidades que estaba entre las dos etiquetas, sin definirse muy claramente al principio, tomó partido y empezó a retuitear más mensajes a favor del consumo de carne.
¿La discusión se quedó en Twitter o luego esas personas llevaron su postura a la vida real e incrementaron o disminuyeron el consumo de carne?
No tenemos datos sobre el comportamiento fuera de Twitter de esas personas en particular, lo que sí que vemos en las encuestas es que en Estados Unidos, desde finales de 2016, ha ido creciendo constantemente la correlación entre la ideología y el hecho de comer carne o no.
Su intervención se centró también en el incremento de la polarización y politización a raíz de la COVID-19, ¿cuáles son las principales conclusiones del estudio que realizó?
Encontramos que los preprints médicos se compartían en Twitter con un claro interés político y con un lenguaje que confundía sobre si los resultados eran definitivos o no. Resulta complicado generalizar solo con este caso, pero yo creo que ocurriría algo parecido, en caso de que surgiera otra emergencia sanitaria
La pandemia, en temas de polarización y politización del debate médico, científico y social, ¿nos deja un mundo más unido o más dividido?
Creo que después de la pandemia tenemos un mundo más polarizado, pero no creo que la pandemia sea la única responsable de ello. Ya estábamos en ese camino desde hace bastante. Lo que sí que podemos decir es que la COVID-19 y los efectos que ha provocado no han contribuido a frenar el fenómeno.
Desde la irrupción de las redes sociales, ¿no le resulta cada vez más difícil al ciudadano medio encontrar certezas y respuestas científicas?
Resulta complicado comparar una situación de gran incertidumbre, como la pandemia, con otros casos en los que sí existen muchas más evidencias científicas, por ejemplo, las vacunas para otras enfermedades. En este segundo caso, y aun existiendo mucha desinformación en las redes, sigue habiendo fuentes de información fiable procedentes de médicos y autoridades sanitarias. El problema para la población no es la falta de información médica, sino el exceso.
UOC R&I
La investigación e innovación (RI) de la UOC contribuye a solucionar los retos a los que se enfrentan las sociedades globales del siglo xxi, mediante el estudio de la interacción de la tecnología y las ciencias humanas y sociales, con un foco específico en la sociedad red, el aprendizaje en línea y la salud digital. Los más de 500 investigadores y 51 grupos de investigación se articulan en torno a los siete estudios de la UOC y dos centros de investigación: el Internet Interdisciplinary Institute (IN3) y el eHealth Center (EHC).
Los objetivos de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y el conocimiento abierto son ejes estratégicos de la docencia, la investigación y la innovación de la UOC. Más información: research.uoc.edu. #25añosUOC
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