Lecciones de la pandemia para educar a los futuros profesionales de la salud
Expertos de los cinco continentes reflexionan sobre los retos del sistema educativo superiorLa UOC lidera el clúster global de universidades enfocado al desarrollo sostenible en el ámbito de la salud y el bienestar
La pandemia de la COVID-19 ha golpeado a las sociedades de todo el mundo y ha tenido importantes implicaciones para los sistemas de salud y para el colectivo sanitario. La situación provocada por la propagación de la enfermedad ha obligado a reorganizar la asistencia sanitaria y también la enseñanza. En este contexto, el clúster global de universidades del objetivo de desarrollo sostenible (ODS) 3 (salud y bienestar), liderado por el eHealth Center y el Área de Globalización y Cooperación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) e impulsado por la Asociación Internacional de Universidades (IAU, por la sigla en inglés), ha analizado el impacto de la pandemia en el modelo sanitario y ha estudiado qué transformaciones deberían llevarse a cabo en la educación superior para adaptarse a los cambios sociales y tecnológicos y mejorar así la formación de los profesionales sanitarios del futuro.
«La COVID-19 ha puesto sobre la mesa la importancia de la salud como derecho universal, de manera que las lecciones aprendidas de la pandemia pueden ayudar a repensar cómo enseñamos, cómo preparamos a los profesionales de la salud. En este contexto, nuestra visión es que las instituciones de educación superior se conviertan en agentes de cambio para conseguir una salud y un bienestar integrales que lleguen a todo el mundo», destaca Albert Barberà, director del eHealth Center de la UOC.
Las conclusiones de este grupo de expertos internacionales señalan que el objetivo de las políticas públicas debería ser avanzar hacia una educación en salud socialmente responsable que trabaje de forma colaborativa con la comunidad. Reclaman, además, potenciar una aproximación interdisciplinaria e interprofesional de los planes de estudios, así como una mayor presencia de la salud digital y de las competencias sociales (soft skills). Para ello, apuestan por continuar con la implementación de la educación virtual y reclaman la mejora de las infraestructuras tecnológicas, especialmente en los países en desarrollo.
Estas son las cuatro lecciones principales de la COVID-19:
1. Salud y enfermedad en un mundo interconectado
El alcance global de la COVID-19 ha llevado a los expertos a cuestionar los enfoques limitados a un solo país para afrontar las nuevas enfermedades y los retos de la salud pública. Universidades, instituciones y gobiernos no pueden trabajar de forma aislada ante fenómenos de alcance global. «Esta pandemia ha mostrado la interrelación entre la salud humana, la planetaria y la económica, así como el impacto que tienen las desigualdades socioeconómicas y la inequidad en la salud. Ante esta situación, la colaboración internacional es clave para poder enfrentarse a los desafíos globales y hacer realidad la Agenda 2030», explica Pam Friedman, presidenta de la IAU e impulsora del clúster del ODS 3, formado por universidades de todo el mundo que cooperan con el fin de construir alianzas y dar voz a la academia para fomentar la salud y el bienestar.
Esta interdependencia es uno de los aprendizajes de los países que en los últimos años han estado más expuestos a diferentes epidemias, como el ébola, el cólera o el VIH. En palabras de David Serwadda, profesor de la Universidad de Makerere (Uganda) y miembro del clúster, «hay que conseguir que los estudiantes sean conscientes de que las epidemias no solo son problemas locales o regionales, sino que tienen alcance internacional. Cuando nos llegan noticias sobre una epidemia en África u Oriente Medio, los futuros profesionales de la salud deben ser conscientes de que puede llegar a su comunidad. Lo que parece ser un problema lejano, en realidad nos está mirando directamente desde miles de kilómetros de distancia».
2. Apuesta por la educación interdisciplinaria e interprofesional
Entender la salud como un fenómeno planetario obliga, según los expertos del clúster liderado por la UOC, a que el currículo de los futuros profesionales de la salud se abra a otras disciplinas. «Los vínculos entre epidemiología, salud pública y salud planetaria son evidentes en el caso de la COVID-19 y otras epidemias anteriores. La prevención de la transmisión de virus no es solo un problema médico: también implica hacer frente al cambio climático y preservar la biodiversidad y los ecosistemas naturales. De esta manera, una formación interdisciplinaria en salud pública y ciencias ambientales es necesaria para evitar futuras crisis sanitarias y, por tanto, es clave para la formación de los estudiantes», explica Marta Aymerich, profesora de los Estudios de Ciencias de la Salud y vicerrectora de Planificación Estratégica e Investigación de la UOC.
Además, el grupo de expertos también destaca el impacto de la evolución del sistema de salud desde una asistencia eminentemente hospitalaria a una atención basada en las personas y en la población. «Esta transformación obliga a un cambio en los planes de estudios que refuerce una formación centrada en la atención comunitaria y también un aumento de la colaboración con profesionales de otros ámbitos de la salud, como la enfermería», resalta Marta Aymerich.
3. Aprender a lidiar con la incertidumbre
En este entorno en el que el trabajo con la comunidad y con otros profesionales será cada vez más importante, los expertos recomiendan reforzar la enseñanza de competencias sociales, como el trabajo en equipo, las habilidades de liderazgo y de comunicación y la gestión de las emociones. «Los trabajadores sanitarios se han enfrentado a altos niveles de estrés y a decisiones complicadas durante la pandemia. Por eso más que nunca es necesario enseñar la capacidad de gestionar el estrés y enfrentarse a la incerteza. Los trabajadores de la salud deben poder adaptarse a circunstancias que cambian rápidamente», señala Maria Niemi, profesora asociada del Instituto Karolinska (Suecia) y también miembro del clúster.
4. Más salud digital y aprendizaje en línea
El uso de la tecnología para el aprendizaje y la atención médica es otro de los aspectos que se han acelerado durante la crisis sanitaria y en el que los expertos hacen hincapié. «Los profesionales de la salud tienen que formarse mucho más que antes en salud digital para saber, por ejemplo, cuáles son las aplicaciones médicas más efectivas, cómo usar las redes sociales para la promoción de la salud o cómo aplicar la ciencia de datos para tomar decisiones médicas. Se trata de un conocimiento que se aprende practicando, por lo que el aprendizaje en línea debe integrarse en la educación sanitaria», destaca Marta Aymerich.
En este sentido, los expertos confían en que los beneficios del aprendizaje virtual y del enfoque colaborativo que se han impulsado a raíz de la pandemia se mantengan en el futuro. «Esperamos aprovechar la COVID-19 como una oportunidad de transformación y que los cambios en la manera de educar y en la manera de relacionarnos con la comunidad no se reviertan y podamos seguir creciendo hacia una comunidad global de aprendizaje», concluye Albert Barberà.
El ODS 3 de la Agenda 2030: salud y bienestar
El clúster global de universidades ODS 3 está formado por un equipo de universidades de todo el mundo que trabajan conjuntamente con el fin de fomentar la comprensión y el uso del ODS 3, de salud y bienestar, en la educación superior. Las actividades que llevan a cabo tienen un enfoque internacional y multidisciplinario. Está integrado por la Universidad de Caldas (Colombia), la University College Dublin (Irlanda), la Universidad Gadjah Mada (Indonesia), el Instituto Karolinska (Suecia), la Universidad de Makerere (Uganda), la Universidad de Sídney Occidental (Australia) y la Universitat Oberta de Catalunya (España), líder del clúster.
UOC R&I
La investigación e innovación (RI) de la UOC contribuye a solucionar los retos a los que se enfrentan las sociedades globales del siglo xxi, mediante el estudio de la interacción de las TIC con la actividad humana, con un foco específico en el aprendizaje en línea y la salud digital. Los más de 400 investigadores y 50 grupos de investigación se articulan en torno a los siete estudios de la UOC y dos centros de investigación: el Internet Interdisciplinary Institute (IN3) y el eHealth Center (EHC).
Los objetivos de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y el conocimiento abierto son ejes estratégicos de la docencia, la investigación y la innovación de la UOC. Más información: research.uoc.edu #25añosUOC
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