13/5/20 · Investigación

«El bebé está protegido durante todo el embarazo por la falta de transmisión vertical de la COVID-19»

Rafael Caparrós, profesor e investigador de la Universidad de Granada y profesor colaborador del máster de Neuropsicología de la UOC

Foto: Alba Castillo Photography

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Rafael Caparrós, profesor e investigador de la Universidad de Granada y profesor colaborador del máster de Neuropsicología de la UOC

 

El coronavirus SARS-CoV-2 es nuevo, pero, gracias al trabajo de científicos de todo el mundo, cada vez lo conocemos mejor. Rafael Caparrós, psicólogo y profesor colaborador del máster de Neuropsicología de la UOC, ha investigado uno de sus aspectos: la afectación en la madre y el bebé de la infección por COVID-19 durante el embarazo. Su artículo científico, basado en una revisión de alcance (scoping review), se ha publicado en la Revista Española de Salud Pública, editada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Caparrós, que actualmente es profesor en el Departamento de Enfermería y miembro del grupo de investigación Neuropsicología Aplicada a la Infancia, Adultos y Mayores de la Universidad de Granada,  fue matrón durante quince años y nos da, desde la prudencia, una buena noticia: «Hasta la fecha no se ha encontrado el coronavirus SARS-CoV-2 en ninguno de los fluidos que pueden transmitirlo de la madre al bebé: ni en leche materna, ni en líquido amniótico, ni en sangre del cordón umbilical».

 

 

El coronavirus SARS-CoV-2 es nuevo, pero, gracias al trabajo de científicos de todo el mundo, cada vez lo conocemos mejor. Rafael Caparrós, psicólogo y profesor colaborador del máster de Neuropsicología de la UOC, ha investigado uno de sus aspectos: la afectación en la madre y el bebé de la infección por COVID-19 durante el embarazo. Su artículo científico, basado en una revisión de alcance (scoping review), se ha publicado en la Revista Española de Salud Pública, editada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Caparrós, que actualmente es profesor en el Departamento de Enfermería y miembro del grupo de investigación Neuropsicología Aplicada a la Infancia, Adultos y Mayores de la Universidad de Granada,  fue matrón durante quince años y nos da, desde la prudencia, una buena noticia: «Hasta la fecha no se ha encontrado el coronavirus SARS-CoV-2 en ninguno de los fluidos que pueden transmitirlo de la madre al bebé: ni en leche materna, ni en líquido amniótico, ni en sangre del cordón umbilical».

 

Tu revisión de alcance es el primer estudio realizado en España que aborda la salud de la embarazada y del recién nacido en relación con la COVID-19. ¿Qué te hizo centrar tu estudio en las embarazadas con COVID-19? ¿Partías de alguna hipótesis?

Mi línea de investigación es sobre embarazo y sobre recién nacidos, y no podía perder la oportunidad de hacer algo al respecto viendo la situación que teníamos. Debido a que el tema es muy novedoso, no sabía realmente con lo que me iba a encontrar. Se sabía por otros coronavirus que había habido anteriormente que sí había bastante afectación materna y de recién nacidos.

La conclusión de tu informe es que hay una buena noticia: que la COVID-19 no se transmite al feto...

Sí. Los estudios que hay hechos hasta ahora no son todavía muchos y están basados en efectos a corto plazo: todavía se desconocen sus efectos a largo plazo. Pero sí que parece que no se ha encontrado el virus en ninguno de los fluidos que pueden transmitir el virus de la madre al bebé: ni en leche materna, ni en líquido amniótico, ni siquiera en sangre del cordón umbilical… Algunos bebés se han contagiado, pero quizás se deba a una mala manipulación o una mala técnica durante el parto o la cesárea.

Por lo que respecta a las embarazadas, están incluidas entre los grupos de riesgo de la COVID-19 pero solo por un principio de precaución. ¿Su afectación sería como la de cualquier otra persona?

Sí, siempre que no tengan ninguna enfermedad de base, suelen presentar sintomatología muy leve. Ello no quiere decir que no deban tomar todas las precauciones, como cualquier persona. Hay que tener precaución por la falta todavía de muchos estudios y de estudios poblacionales: los que se publican ahora casi todos son estudios de casos, de alguien que trabaja en un hospital donde tiene un caso de una embarazada con COVID-19 y lo publica. No pueden sacarse realmente grandes conclusiones de estudios tan pequeños.

La investigación se está haciendo contra reloj y parece que la sociedad se da cuenta de su valor. Sin embargo, una revisión de alcance no requiere grandes recursos… ¿De cuáles disponías tú?

De los recursos para hacer una revisión: el primero es tener muchas ganas de hacerla y luego lo único que necesitas es conocer el procedimiento para no cometer errores en el proceso, un ordenador con una conexión a internet y acceso a los artículos que se están publicando. No necesitas un laboratorio ni una gran infraestructura. Es un estudio del cual estoy orgulloso pero que es sencillo, que he podido hacer desde mi casa mientras estaba confinado.

¿Qué consecuencias y aplicaciones crees que puede tener tu artículo?

En mi perfil en Research Gate me ha sorprendido la cantidad de visitas que está teniendo. Lo están leyendo investigadores de la India, de Sudamérica, de Australia… Es un granito de arena; no es el estudio definitivo que vaya a arreglar este problema, pero sí creo que va a tener cierto impacto y va a ayudar en la toma de decisiones.

Por ejemplo, ¿a qué tipo de decisiones podría contribuir?

Actualmente, hay mucha reticencia a que las madres que están infectadas puedan dar lactancia materna al bebé. Estoy haciendo otra revisión relacionada con la transmisión vertical y, de los 29 estudios que incluye, a ningún bebé se le dio lactancia materna, todos se alimentaron con fórmula artificial. Eso es un retroceso. Por otro lado, en muchos centros se están inclinando a realizar cesáreas porque parece que se controle mucho más la posible transmisión en el nacimiento, en lugar de un parto vaginal, que es lo natural. Son decisiones basadas en la medicina defensiva, en el miedo.

¿Qué consejo les darías a las embarazadas?

Les diría que sigan los consejos de las matronas y los obstetras que lleven su embarazo, que continúen acudiendo a las consultas de atención prenatal tanto en atención primaria como en especializada y que no tengan miedo de ir a esas consultas cuando se lo recomienden los profesionales. Los estudios parece que dicen que no hay transmisión vertical; entonces el bebé estaría protegido durante todo el embarazo por esa falta de transmisión de la madre al bebé.

De cara a proteger la salud mental de la población, ¿tendrías alguna recomendación general en tiempos de pandemia?

Algo muy importante que tenemos todos es la tecnología, que en la pandemia nos ha ayudado mucho a que estemos cerca de nuestros seres queridos. El apoyo social es fundamental en la salud mental, y en la pandemia se ha hablado mucho de distanciamiento social, pero no creo que realmente haya habido ese distanciamiento, sino distancia física entre las personas. Incluso en muchos casos ha habido un mayor acercamiento gracias a la tecnología. 

Durante el confinamiento muchas personas han comentado que les costaba más leer, o pensar, que se sentían un poco más torpes mentalmente. ¿Puede haber una explicación desde la neuropsicología?

Sí, yo diría que parte de la culpa es el estrés, que afecta al cerebro de manera directa, y también a una sensación de no saber qué va a pasar, de no saber cuánto tiempo íbamos a estar de esta manera, y creo que nos ha hecho vivir las cosas al día. La persona que ha aprendido a vivir el día a día ha sido la que mejor lo ha llevado.

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