Movilidad urbana por género: las mujeres se mueven en transporte público, y los hombres, con vehículo privado
La diferencia en el tipo de movilidad está vinculada a la realización de las tareas familiaresLos desplazamientos femeninos son más cortos, y casi en el 52% de los casos tienen lugar en el distrito de residencia
Las mujeres usan menos el coche privado en sus desplazamientos, consumen más transporte público, caminan más que los hombres y sus itinerarios por la ciudad no están tan relacionados con el trabajo como los de los hombres, sino con diferentes tareas asociadas a la unidad familiar: visitar a parientes dependientes, recoger a los niños en el colegio o ir a comprar.
Todos estos datos se desprenden del estudio de Women4Climate A gender perspective in urban mobility. Barcelona's plan for Justice 2016-2020. Según este informe, un 13% de los hombres usan el coche privado para sus desplazamientos, mientras que esa cifra baja al 5% en el caso de las mujeres. También hay más motoristas masculinos (10%) que femeninos (5%) y, en cuanto al uso de un transporte sostenible, como la bicicleta, los hombres (4%) superan a las mujeres (1%). Una de las razones de estos porcentajes puede ser el hecho de que las mujeres caminen más que los hombres para desplazarse a su trabajo: un 57% lo hacen, frente a un 47% de los hombres. En el uso del transporte público, las mujeres también superan porcentualmente a los hombres: lo usan un 31%, frente a un 25% de los hombres.
«Los datos son interesantes, porque hablar del modelo de movilidad es, en definitiva, hablar del modelo de ciudad»,afirma Miguel Mayorga, profesor colaborador del máster universitario de Ciudad y Urbanismo de la UOC.
«Los cambios van más allá; prefiero hablar de la movilidad de la familia, que es un factor que ahora se tiene muy en cuenta y que se conoce como ciudad de los cuidados: aquella en la que ya no es solo lo productivo lo que se tiene en cuenta, como los desplazamientos por estudios o trabajo de las personas adultas en edad laboral, sino también lo reproductivo, cómo los ciudadanos se mueven por la ciudad por muchos otros factores relacionados con la vida cotidiana y familiar, para atender a las necesidades de los niños, las mujeres, las personas con diversidad funcional y la gente mayor».
Maria Pia Fontana, colaboradora del máster universitario de Ciudad y Urbanismo de la UOC, señala que la perspectiva de género es importante como enfoque necesario y previo a los proyectos de diseño de la ciudad, pero no resuelve aspectos estructurales: «La ciudad, los espacios públicos y los equipamientos son para todos, y no creo que desde el punto de vista físico puedan reconocerse proyectos con una visión de género o pensados para un colectivo específico. Sería una ciudad tan sesgada que acabaría pareciendo excluyente».
Según el estudio, el 19,5% de los hombres se desplazan por motivos laborales, mientras que ese porcentaje baja al 15,1% en las mujeres. El motivo es que los desplazamientos de las mujeres están más vinculados a las tareas de gestión del hogar familiar o a prestar cuidados a otras personas. En ese sentido, hay otro dato interesante que corrobora esta estadística: los desplazamientos femeninos son más cortos, y en más de la mitad de los casos (51,8 %) se circunscriben al distrito de residencia. Un 39,9% se recorren entre distritos vecinos y solo un 7,9%, entre distritos alejados entre sí.
Los horarios también arrojan pistas sobre los tipos y las características de los desplazamientos: las mujeres llevan a cabo más desplazamientos en la franja horaria de las 11h de la mañana a las 14h de la tarde, mientras que los pocos que hacen los hombres tienen lugar entre las 17h y las 20h de la tarde, fuera ya del horario laboral.
Según Mayorga, ese patrón de conducta de la mujer en el uso del transporte público o del desplazamiento a pie no está motivado por una cuestión ideológica o medioambiental, sino por pura obligación: «Si las mujeres son las que han asumido históricamente en esta sociedad las labores del hogar y están obligadas a desplazamientos cortos por la ciudad, es normal que la estadística muestre esos números; habrá que equilibrar, compatibilizar y conciliar la vida familiar y el trabajo».
La visión de la mujer en el diseño de la ciudad es otro factor que hay que tener en cuenta. Tanto Barcelona como Madrid han sido lideradas durante los últimos años por alcaldesas con una mirada femenina. «Esa visión de la mujer alcaldesa proyectada sobre Barcelona o Madrid ha sido clara y manifiesta y ha sido positiva para las dos ciudades, porque se han tenido en cuenta muchas cosas que no se habían considerado anteriormente», afirma Mayorga.
Para Pia Fontana, la mirada de género a la ciudad es muy necesaria: «Es más abierta, más compleja y más completa, y por esto defiendo la idea de ciudad de género como enfoque y como aproximación a una ciudad para todos, más que como proyecto o como soluciones concretas. Si se incorpora esta mirada, acabaremos teniendo una ciudad mejor, que favorecerá a las mujeres, a los niños, a los ancianos y a todo el mundo».
Aunque, para la profesora, la auténtica revolución en el diseño de la ciudad llegará cuando dejemos de pensar que los espacios relacionados con los cuidados y con la vida cotidiana (escuelas, parques, equipamientos, calles peatonales, caminos escolares, comercios de proximidad, etc.) son un asunto de las mujeres y no de toda la sociedad.
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