Seis de cada diez compradores de un asistente del hogar son hombres
Personas interesadas en la tecnología y la cultura, de entre 25 y 55 años y que viven en grandes ciudades son el perfil mayoritario de los compradores de estos productos en EspañaFue uno de los productos más vendidos durante el Black Friday y los expertos le auguran unas buenas ventas también durante la campaña de Navidad. Los asistentes del hogar digitales están en prácticamente todos los portales de venta electrónicos y en las tiendas físicas. No solo la generación milénica, Y o Z adquirirá alguno de estos widgets en Navidades, sino que el público objetivo al que se dirigen es mucho más amplio: desde jóvenes de unos veinte años hasta personas de mediana edad. De entrada, dos factores contribuirán a ello: el precio asequible y el hecho de que sea la novedad del momento.
Cuatro años después de que los asistentes del hogar llegaran a Estados Unidos con éxito de ventas, este año han empezado a comercializarse en España. Son unos aparatos pequeños (algunos pesan poco más de 80 gramos) con múltiples posibilidades para hacerte la vida más fácil. Algunas de las opciones que permiten estos aparatos basados en la inteligencia artificial y el procesamiento del habla son reproducir música, saber cuál es la previsión del tiempo o del tráfico, configurar alarmas, añadir actos en tu agenda, controlar la iluminación o la calefacción de casa, poner en marcha el televisor para que puedas ver tu serie preferida o contarte una receta mientras trasteas en la cocina.
¿Y quién se interesará por estos aparatos? La profesora de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC Neus Soler explica que el hecho de que este producto se anuncie por un medio tan masivo como la televisión ya ayuda a hacerse una idea de que el público objetivo al que los fabricantes quieren llegar es muy amplio. Según Soler, el perfil mayoritario del comprador es el de una persona interesada por la cultura y la tecnología, que vive en grandes ciudades y que se encuentra en una franja de edad amplia, de entre 25 y 55 años. Dos razones explican, según Soler, que este producto sea tan transversal: por un lado, el precio asequible (hay a partir de 30 euros), lo que no provoca discriminaciones por razón económica, y por el otro, que sea la novedad del momento. Uno de los artículos más vendidos durante este Black Friday en amazon.es fue el Echo Dot, uno de los modelos de altavoz inteligente de Amazon, un artículo que estas Navidades competirá con el patinete eléctrico, que, según Soler, también será otro de los productos más vendidos.
Los compradores son personas interesadas por la tecnología, pero no necesariamente neófilos tecnológicos, a pesar de que también hay. Los neófilos son personas obsesionadas por comprar lo más nuevo; quieren ser los primeros en conseguir un producto hasta el punto de que esta obsesión puede rayar en la enfermedad. «Hay personas a las que no les importa hacer miles de kilómetros para adquirir un producto si ha salido antes en un país que no es el suyo», explica Soler. A veces, acaban convirtiéndose en prescriptores a través de las redes sociales y contactan con las marcas para que incorporen novedades. «Los neófilos buscan el reconocimiento social que les reporta aconsejar», explica.
Entre los posibles compradores de este widget estas Navidades están desde familias con niños pequeños, que pueden acabar usando el aparato como un juguete; solteros; profesionales que lo necesitan para su trabajo, y personas de mediana edad, que pueden terminar comprando el artículo para sus hijos adolescentes pero también para consumo propio.
En Estados Unidos, donde cuatro años atrás empezaron a venderse los primeros asistentes del hogar, en septiembre de 2018 el 23 % de la población adulta ya tenía uno, hecho que se traducía en más de 57 millones de aparatos, según el análisis del Voicebot Voice Assistant Consumer Adoption Report 2018. Un estudio anterior, con datos de marzo de 2018, concretaba que cerca del 58 % de los compradores eran hombres. La mayoría lo tienen ubicado en el salón (45,9 %), seguido de la cocina (41,4 %) y el dormitorio (36,8 %).
Siri, Alexa o Google Assistant, los mayordomos del hogar
La tecnología que incorporan estos altavoces inteligentes no resulta del todo novedosa, porque ya existe en los móviles o las tabletas. En los iPhones o iPads podemos hablar con Siri y en los móviles Android, con Google. Ahora, los programadores han dado un paso más: en vez de tener la tecnología en el bolsillo, podemos tenerla en la mesa del comedor o en un estante de casa. El profesor de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la UOC César Córcoles explica que los asistentes del hogar más avanzados del mercado son tres: el asistente de Amazon, que se conecta a Alexa, un servicio de voz ubicado en la nube; el de Apple, que se conecta a Siri, y el de Google, que se conecta a Google Assistant. Un paso por detrás de estos estaría el de Microsoft, que todavía no está integrado a ningún altavoz disponible aquí. Sí existen altavoces con Cortana, el asistente virtual de Microsoft (en Estados Unidos, por ejemplo).
Córcoles afirma que la opción que elige el comprador depende de la tecnología mayoritaria que tiene en su casa. «Si tienes un Mac, un iPhone o un iPad, probablemente acabarás comprándote un asistente de Apple porque estará más integrado en tu entorno; si tienes Android, querrás el asistente de Google», explica. Los precios oscilan, y van desde los 30 o 40 euros de los más baratos hasta los más de 400 euros de los más caros.
El requisito indispensable para tener una tecnología de este tipo es disponer de internet en casa. Para configurar el asistente, tienes que conectarlo al móvil o al ordenador y vincularlo a la cuenta de Google, Apple o Amazon que tengas. A partir de aquí, ya puedes empezar a experimentar con él. Por ejemplo, puedes hacerle preguntas como la hora a la que juega tu equipo preferido, las cafeterías que tienes cerca de casa, el tiempo que hará mañana o, mientras te duchas, saber si habrá tráfico yendo al trabajo. Los aparatos disponen de uno o varios micrófonos que permiten que te oigan aunque estés a metros de distancia.
También puedes pedirle, por ejemplo, que te recuerde que tienes que comprar leche en el supermercado (recordatorio que te aparecerá en la agenda del móvil), que te ponga la alarma del despertador el día siguiente a las 8, que te reproduzca una canción determinada que tienes en la lista de Spotify o que te controle dispositivos del hogar. El aparato, al que el usuario se dirige por su nombre, es capaz de detectar más de una voz en una familia. Es tan sensible que si, por ejemplo, en el televisor alguien dice Ok Google (palabras clave para dirigirse al asistente de Google), el aparato puede llegar a encenderse.
Según el último informe de Voicebot, basado en datos de ventas de altavoces inteligentes en el tercer trimestre de 2018, escuchar música es la función mejor valorada por los usuarios de estos dispositivos, seguida por responder a preguntas genéricas, el tiempo o poner alarmas. El informe también analiza que el país con más penetración de estos aparatos es Estados Unidos, seguido a mucha distancia por China, Reino Unido, Alemania y Corea del Sur. Por otro lado, los usos más frecuentes son hacer preguntas, escuchar música en continuo, comprobar el tiempo que hace, poner un temporizador, escuchar la radio, poner una alarma y escuchar las noticias, por este orden.
Los aparatos también permiten comprar haciendo pedidos directos al asistente. El informe explica que uno de cada cinco consumidores ha comprado usando la voz, una opción más mayoritaria entre los hombres que entre las mujeres. Según el estudio, el 63 % de los hombres ha comprado usando la voz, mientras que en las mujeres la cifra es solo del 37 %. Por edades, los jóvenes de 18 a 29 años son los principales compradores, puesto que representan el 31 % del total, seguidos del colectivo de entre 30 y 44 años.
Un riesgo para la privacidad
Córcoles quiere dejar claro que cuando ubicas un dispositivo de este tipo en tu casa debes tener claro que estás instalando un micrófono en casa y que esto es un riesgo para la privacidad. El aparato tiene un botón de puesta en marcha y apagón, de modo que no tiene por qué dejarse siempre conectado. Por ejemplo, si viene alguien a cenar, quizás fuera bueno tenerlo apagado para garantizar la privacidad de los comensales. En caso contrario, el aparato podría acabar grabando y subiendo a la nube partes de la conversación. «En general, todas las compañías dicen que respetan la privacidad, pero tienes un micrófono funcionando las 24 horas del día en casa, lo que puede resultar intrusivo», explica Córcoles. El estudio de Voicebot constata que solo el 16 % de quienes no tienen un aparato de este tipo sitúan la privacidad como la principal preocupación por la que no han adquirido el producto.
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