Solo un 6 % de las personas con alguna discapacidad tiene un título universitario en el Estado
La UOC y la Fundación Randstad entregan los reconocimientos del primer banco de becas para este colectivoEn las universidades españolas hay 20.793 personas con discapacidad cursando un título. Esta cifra representa solo un 6 % de este colectivo. De estas personas, la UOC acoge a unas mil y se convierte así en la tercera universidad en número de estudiantes discapacitados, por detrás de la UNED y de la Universidad de Valencia, a la que sigue de cerca, según constata la Guía de atención a la discapacidad en la universidad 2017 de la Fundación Universia.
Justo hace un año, la UOC recibía 20.000 euros de la Fundación Randstad para hacer realidad un programa de ayudas al estudio para personas con discapacidad. Y este noviembre, en un acto celebrado el día 14 en la sede de la UOC, un grupo de estos estudiantes becados ha visto reconocida públicamente su labor. El primer banco de becas para estudiantes discapacitados ha concedido catorce reconocimientos en forma de seis becas y ocho premios.
Las becas se han otorgado a personas con discapacidad que han querido formarse en programas de posgrado de comunicación y marketing durante este curso. Además, se han concedido ocho premios a los estudiantes con mejores expedientes con una discapacidad reconocida de como mínimo el 33 % y que han cursado el 50 % de los créditos de uno de los programas objeto del premio. Estos galardones están dotados con 1.000 euros cada uno de ellos.
«El objetivo de la Fundación Randstad es ayudar a la empleabilidad en esta sociedad diversa y plural. Nos preocupa que haya una brecha digital para las personas con discapacidad y, por ello, con la UOC como aliado para combatirla, queremos apostar por la formación especializada», dice María Viver, directora general de esta institución.
Por su parte, Josep A. Planell, explica que uno de los objetivos de la UOC, como universidad integradora, es ofrecer acceso al conocimiento a todas las personas: «Queremos ser la universidad de la igualdad de oportunidades y de la inclusión. Pero la realidad es que solo un 5 % de las personas con alguna discapacidad tiene acceso a formación universitaria. Aún tenemos un gran camino por recorrer y mejorar esta situación».
Las historias de los protagonistas
José Alberto Chamorro es estudiante del grado de Ingeniería Informática. Licenciado en Filología Hispánica por la UB y técnico superior de Desarrollo de Aplicaciones Multiplataforma por el Institut Obert de Catalunya (IOC), hace dos años, mientras rellenaba un cuestionario de la asignatura de Estadística en su casa, sufrió una crisis comicial y, ya en el hospital, le detectaron un tumor cerebral que pudieron intervenir a tiempo.
«Se puede decir que el modelo educativo de la UOC me ha salvado la vida. Me permite estudiar a mi ritmo, desde casa y tanto como la evolución de mi enfermedad me permite (ahora está estable). Después de un año y medio de craneotomías para eliminar la máxima superficie del tumor, sesiones de radioterapia y otro año de quimioterapia, recibir este premio ha supuesto un impulso de energía y una carga de ilusión», reconoce.
Durante meses, Chamorro pensó que quizás sus capacidades cognitivas habrían quedado afectadas por la enfermedad y que no podría leer o estudiar, que son sus pasiones. Ahora, este reconocimiento llega acompañado de su primera matrícula de honor en la UOC. «Para mí es una satisfacción como la que pueda sentir un atleta que consigue hacer podio olímpico después de haber estado a punto de perder la posibilidad de hacer deporte», añade.
Otra de las estudiantes que compartió su historia es Núria Castellanos, estudiante del grado de Comunicación. Antes trabajaba en el departamento de marketing de un laboratorio farmacéutico. El trabajo le gustaba mucho; pero cuando le dijeron que debía someterse a una operación muy agresiva por un problema de columna, se dio cuenta de que sería muy difícil volver.
«En ese momento difícil decidí cumplir mi sueño y ser universitaria. Estudié un mes para presentarme al acceso para mayores de 25 años y lo conseguí. Mientras aún estaba en la UCI, una amiga formalizó mi matrícula. Necesitaba tener proyectos que me asegurasen que todo saldría bien y, en septiembre del 2012, a pesar de las altas dosis de medicación, empecé. Estudiar significaba tener un objetivo para seguir adelante con mi lucha y tener la mente ocupada», recuerda.
Desde entonces, ha superado otras tres operaciones de columna y dos por un cáncer de útero. Reconoce que su ritmo de estudio depende de su estado y de las intervenciones, y ahora está pendiente de una nueva operación de columna. «La UOC ha sido la mejor terapia psiquiátrica y psicológica que podría haber tenido tras las muchísimas operaciones que he sufrido. Ser universitaria ha sido un reto para mí y este reconocimiento significa mucho. ¡No nos rendimos!», añade.
David Luque, del grado de Ingeniería Informática, explica también su caso. «Gracias a este modelo educativo, puedo dedicarme al trabajo que tanto me gusta sin desatender mi formación. Puedo seguir aprendiendo y avanzando en mi carrera de manera flexible, a mi ritmo, desde casa o desde cualquier otro lugar con conexión a internet.»
Otra de las estudiantes premiadas es Gemma Rojo, del grado de Información y Comunicación. «Recibir este premio ha significado mucho: es el reconocimiento al esfuerzo, a la superación y a la tenacidad. Actualmente trabajo en una biblioteca pública, y decidí estudiar el grado y, algún día, el posgrado para convertirme en bibliotecaria.»
En la misma línea está David Corral, estudiante del grado de Ingeniería Informática. «Este premio ha sido muy importante. Representa un gran impulso de energía y motivación para seguir aún con más ganas mis estudios.»
La Fundación Randstad y la UOC, también con la colaboración del Grupo MEDIAPRO, decidieron este año crear el primer banco de becas para estudiantes con discapacidad, proyecto que esperan que podrán repetir durante los próximos cursos, además de ampliarse con otras iniciativas.
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