El cambio de rutinas de las vacaciones favorece dejar de fumar
Aumentar la actividad física, sustituir el café por los zumos de fruta o utilizar apps específicas de ayuda son algunos de los consejos para abandonar el tabaco durante el verano
Las vacaciones se revelan como una oportunidad para dejar de fumar. Así lo confirma el psicólogo Antoni Baena, profesor de los Estudios de Ciencias de Salud de la UOC e investigador de la Unidad de Control del Tabaco del Instituto Catalán de Oncología (ICO): «Siempre es un buen momento, pero el verano es especial porque las situaciones favorables para conseguirlo se multiplican». Cambiar de rutina es fundamental para no recordar el tabaco, explica el experto, y en este sentido, el verano es idóneo al propiciar de manera natural cambios de hábitos.
Los fumadores, durante el año, asocian fumar un cigarrillo a levantarse, a los momentos de pausa y café en el trabajo, a cuando van y vuelven del trabajo en coche, entre otras ocasiones; pero en época de vacaciones, las rutinas son diferentes y, por lo tanto, dejar de fumar puede resultar más fácil. «La gente tiene más tiempo para relajar tanto el cuerpo como la mente, para disfrutar del aire libre y de momentos de diversión, y para probar cosas nuevas», apunta el investigador.
En el tabaquismo hay una dependencia a la nicotina, física, psicológica y social. Para superarla durante el periodo vacacional, Baena recomienda tener presentes algunos consejos. Buscar apoyo en la familia y los amigos y, si hace falta, recurrir a profesionales que ofrezcan tratamientos para dejar de fumar, tanto famarcológicos como psicológicos. «Solo el 7 % de los fumadores que dejan de fumar piden ayuda profesional», advierte el experto.
Aumentar la actividad física, como pasear, correr, bailar, nadar o salir en bici ‒siempre que sea, claro está, en horas de baja exposición al sol o a temperaturas elevadas‒ también es importante. «Hacer ejercicio físico regula la ansiedad y genera endorfinas que aumentan el bienestar para combatir el síndrome de abstinencia que puede causar el tabaco», dice el psicólogo.
El alcohol puede ser uno de los desencadenantes de una recaída de quien desea dejar de fumar, y por eso es aconsejable evitarlo o beber moderadamente. «Otro recurso que se puede poner en práctica es sustituir las bebidas excitantes como el café o el té por zumos de frutas, porque ello contribuye a hacer los días diferentes y a alejarse de la rutina asociada al tabaco», señala.
Buscar espacios libres de humo es clave y, por eso, si las personas quieren relajarse y no pensar en el tabaco, es aconsejable elegir piscinas o playas donde esté prohibido fumar. Las aplicaciones también pueden ser unas buenas aliadas: «Los juegos o las apps específicos para dejar de fumar contribuyen a mantener la mente ocupada», explica Baena.
El cansancio y las infecciones respiratorias se reducen
Los efectos positivos de dejar de fumar se notan a las pocas horas, pero se consolidan a las semanas o al mes de dejarlo. «Se empieza a recuperar el olfato, la entrada de aire a los pulmones mejora, la sensación de cansancio se reduce y hay menos tos e infecciones respiratorias», explica el profesor de la UOC. «Además, en un mes los receptores del cerebro que se han sensibilizado a la nicotina empiezan a volver a la normalidad, completando la adaptación a los tres meses. Esto ayuda a romper con el ciclo de la adicción a la nicotina».
«Para evitar la recaída al volver de las vacaciones, hay que planificar la llegada anotando en un lugar visible de la casa todas las ventajas que se han recuperado o encontrado, principalmente las nuevas, y actuar como una persona diferente, con rutinas y gustos diferentes. Pero, sobre todo hay que estar muy alerta de no caer en el exceso de confianza, es decir, olvidar el tabaco conlleva un poco más de tiempo», concluye Baena.
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