Los entrenadores son clave para evitar conflictos en el deporte
Los expertos recomiendan la comunicación con los padres antes y después del partido y poner la atención en cómo ha ido el juego, no el resultadoSi nos fijamos en la forma de gestionar bien los conflictos, el mundo del deporte está lleno de actuaciones desafortunadas que nos ayudan a entender cómo no deberían hacerse las cosas. Es el caso de un comportamiento reciente del entrenador del Atlético de Madrid, el Cholo Simeone, que hace una semana no pudo dirigir a su equipo en la final de la Europa League contra el Olympique de Marsella debido a la sanción que la UEFA le ha impuesto por insultar al árbitro en un partido con el Arsenal. También es el caso de la reacción de Pep Guardiola contra el colegiado que, a principios de abril, arbitró el partido de vuelta de cuartos de final de la Champions League entre el Liverpool y el Manchester City, al que le hizo el gesto de que se callara y que ya hablarían fuera del campo. Así lo explica Xavier Pastor, profesor del máster de Gestión y Solución de Conflictos de la UOC y coordinador del libro que esta primavera ha publicado la Editorial UOC con el título La resolución de conflictos y la mediación en el deporte. Según el experto, el entrenador es una figura determinante, tanto para el comportamiento de los jugadores como de la afición.
«Creo que Simeone podría haberse ahorrado la expulsión y haber ayudado más a su equipo. El árbitro no modificará ni su conducta ni su decisión: es inútil quejarse a él. En cuanto a Guardiola, ha hecho cosas muy, muy interesantes, pero en el partido contra el Liverpool fue víctima de la gestión de la derrota», explica Pastor. «Entiendo que el deporte es pasión, pero es demasiado importante en nuestra sociedad para que nos permitamos estas cosas», añade. El experto de la UOC subraya, en este sentido, que el deporte es omnipresente: desde los sumarios de la gran mayoría de los informativos hasta el calzado que llevamos, incluso para ir a trabajar a la oficina. Por eso, «el deporte educa y tiene que educar», dice.
Un estudio realizado con clubes catalanes
Pastor, politólogo especializado en la gestión de conflictos, se ha interesado en los últimos tiempos en la mediación en el ámbito deportivo y, junto con estudiantes y docentes de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y de la Universidad de Girona (UdG), ha estudiado cómo son y quién protagoniza los conflictos en varios tipos de deportes de base. También ha estudiado cómo hay que gestionar los conflictos para que fructifiquen en soluciones beneficiosas para todos. «El problema es la cultura de la competitividad y la forma de entenderla», avanza el profesor. «La competitividad tiene que basarse en el respeto», continúa.
En el estudio, que ahora se publica en forma de libro, han participado la Unió Esportiva Sant Andreu, el Girona Futbol Club, el Club Handbol Banyoles, el Club Natació Sant Andreu, el Club Bàsquet Igualada y un equipo olímpico de remo. Está previsto que se amplíe a la Unió Esportiva Figueres, la Unió Esportiva Llagostera, el Club Gimnàstic de Tarragona y varios clubes de hockey sobre patines y de hockey sobre hierba de Cataluña.
Las experiencias concretas se detallan en el libro, pero el profesor de la UOC, resumiendo, dice que todo ha servido para obtener dos conclusiones principales. La primera es «la necesidad de que todos los profesionales tengan conocimientos en resolución positiva de conflictos», algo de lo que en la actualidad, como indica, hay una gran carencia; para Pastor, los entrenadores están muy bien formados técnicamente, pero muy poco en aspectos como la gestión de conflictos y la gestión emocional. Y la segunda conclusión es que «mientras no se garantice que los entrenadores, los clubes, los jugadores y sus padres y madres cuenten con estas herramientas, sería interesante disponer de expertos que ayuden a gestionar los conflictos y, si los clubes no pueden pagarlos, los ayuntamientos también podrían implicarse en ello», afirma.
Consejos para los entrenadores, los jugadores y los clubes
El experto de la UOC recomienda a los entrenadores que tengan presentes las siguientes ideas a la hora de gestionar o prevenir los conflictos. En primer lugar, les pide «que se comuniquen con los padres, que los conozcan y que los saluden cuando llegan y se marchan de los entrenamientos y los partidos». Y en segundo lugar, si es posible, «que al terminar el partido dediquen algunos minutos a comentar con los padres cómo ha ido el juego, no el resultado; son dos minutos en los que deben decirse cosas buenas. Eso también hay que hacerlo después de los entrenamientos», detalla Pastor.
Además, recomienda a los clubes y a los entrenadores que establezcan un plan de trabajo que incorpore a los padres en el proyecto deportivo: «Aparte de ser los chóferes que llevan a los hijos de un sitio a otro los fines de semana, los padres tienen el trabajo de animar. Se pueden hacer talleres para que sepan cómo hay que animar, porque cuando se anima no hay tiempo para quejarse ni para gestionar los conflictos de forma poco adecuada». Por lo tanto, dice, a principios de temporada el club y el entrenador deben explicar sus objetivos, detallar qué piden a los jugadores y a los padres y, después, hacer valoraciones a mediados y finales de temporada.
En cuanto a los jugadores, las recomendaciones de Pastor son «que jueguen, que tengan presente que jugar significa también recibir golpes y que, cuando los reciban, aprendan a no reaccionar mal, es decir, separar al jugador del golpe, a no creer que el otro le quería hacer daño, sino que el golpe ha sido fruto del juego, y que lo comuniquen educadamente al árbitro. Y que, sobre todo, no pierdan los nervios, porque en una situación de conflicto, el efecto de contagio es muy rápido», advierte el profesor de la UOC.
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