17/4/18 · Economía

¿Por qué los políticos hinchan sus currículos?

Destacar por encima de la ciudadanía y legitimar sus decisiones son los motivos por los que los políticos mienten en las titulaciones
Foto: Flickr

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El caso Cifuentes ha destapado un goteo de políticos y cargos públicos que han inflado sus currículos o presuntamente han mentido en ellos. Aparte de la propia presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, que ha anunciado este martes que renuncia al máster, también lo habrían hecho el vicesecretario del PP, Pablo Casado, y el gerente del Instituto Municipal del Deporte del Ayuntamiento de Palma, José María González, que aseguró que tenía el grado de Relaciones Laborales cuando en realidad aún no lo ha terminado, lo que ha provocado que se revise su nombramiento. Además, también han desaparecido de la página web del Congreso de Diputados y de los perfiles de LinkedIn titulaciones académicas de varios diputados. Pero ¿por qué los políticos hinchan sus currículos o directamente mienten en ellos?

Según Ismael Peña, politólogo de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), existen dos motivos por los que los cargos públicos se sienten «empujados» a hacerlo. El primero, para «destacarse» del ciudadano medio. En España, el promedio educativo de la población ha subido de forma «muy significativa» en las últimas décadas. «Entre la primera generación nacida en la posguerra y la primera nacida en democracia, el número de personas con la enseñanza secundaria terminada prácticamente se ha triplicado y los titulados universitarios se han incrementado más del doble. Esto ha presionado a los políticos para legitimar, en cierto modo, que han sido elegidos porque están más preparados que la mayoría de ciudadanos», puntualiza.

El segundo motivo –añade– es la exigencia formativa que requiere el hecho de trabajar en política. «La política se hace cada vez más compleja y, por lo tanto, es absolutamente cierto que es necesaria una gran preparación. En ese sentido, la presión para formarse no es tan extrínseca –de la sociedad–, como intrínseca».

Según Peña, además de legitimar el cargo, este afán de titulitis sirve sobre todo para que los políticos «justifiquen sus acciones». «Si sus decisiones provienen de un saber superior es difícil contestarlas. Así, en cierto modo, el título se utiliza de argumento sin tener que entrar a justificar más detalladamente la decisión que se ha tomado.» «Obviamente», añade, «esta posición es ilegítima (llamada técnicamente argumento de autoridad), puesto que sería, más o menos, lo de "cállate porque yo sé más que tú"».


Mentir en un currículo es causa de despido

Gina Aran, profesora colaboradora de recursos humanos de la UOC, recuerda que desde el punto de vista laboral mentir en un currículo puede ser causa de despido disciplinario. «Los datos del currículo cuando alguien se postula a una oferta de trabajo deben ser ciertos», insiste. Aun así, según un estudio internacional de Umedy, el 24% de los españoles reconoce haber mentido alguna vez.

«En el caso de los políticos o de los cargos públicos», puntualiza, «debería haber congruencia entre el currículo y el cargo que ejercen. Si, por ejemplo, un político ha accedido a una plaza por concurso, se podría dejar sin efecto el nombramiento en caso de que mienta. Incluso hay casos en los que se va más allá de las medidas disciplinarias y pueden salir a la luz delitos como la falsedad documental, como presuntamente es el caso de Cifuentes», concluye.

Una de las principales redes sociales que los políticos utilizan para dar eco de sus titulaciones académicas es LinkedIn. Es el caso, por ejemplo, del número dos de Ciudadanos en Valencia, Emilio Argüeso, que asegura que tiene o está cursando seis licenciaturas o grados y cinco másteres. «En el caso de LinkedIn, el usuario hace pública una información y, si se miente, en principio solo podemos hablar de falta de honestidad o de ética personal», deja claro Aran.

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