La UOC impulsa un plan de becas internacionales para estudiantes con dificultades económicas
Actualmente ya han recibido las ayudas 50 profesionales colombianos que cursan másteres y 25 refugiados de Siria que aprenden idiomasLa UOC ha puesto en marcha un plan de becas internacionales para facilitar el acceso a los estudios universitarios. Por primera vez, la UOC ofrece programas de ayudas económicas propios con el objetivo de abrir oportunidades de formación superior a los colectivos con menos posibilidades socioeconómicas para que puedan mejorar su nivel educativo. La creación de programas de becas internacionales para el estudio es una de las acciones previstas en el Plan global y social para incrementar las posibilidades de acceso a la educación superior de calidad, inclusiva y equitativa. Actualmente, se impulsan dos modalidades de becas que cuentan con la colaboración de organismos públicos de otros países y también con el apoyo de diferentes entidades sociales.
Becas con organismos públicos
En junio la UOC abrió la segunda convocatoria de becas con el Instituto Colombiano de Crédito Educativo y Estudios Técnicos en el Exterior (ICETEX). En esta edición, se han ofrecido cincuenta becas que cubren el 40% del importe de la matrícula de los profesionales colombianos que quieran cursar másteres universitarios en la UOC. Mediante estas ayudas, los estudiantes becados, preseleccionados por el ICETEX y seleccionados finalmente por la UOC tendrán la posibilidad de obtener un título universitario europeo.
Para Pastora Martínez, vicerrectora de Globalización y Cooperación, la apuesta de la UOC por abrir nuevos programas de becas responde a una finalidad múltiple, como facilitar el acceso a la educación superior a las personas con menos posibilidades y dar a conocer el modelo educativo de la UOC internacionalmente, al tiempo que «colaboramos con organismos internacionales para favorecer el impacto social y el uso colectivo de la educación superior, teniendo en cuenta aspectos como la igualdad, la equidad y el acceso».
Becas para personas refugiadas
En septiembre arrancará la segunda prueba piloto del programa de becas que nace con el objetivo de dar acceso universitario a los colectivos de personas refugiadas o solicitantes de asilo, que han tenido que abandonar sus estudios en verse obligadas a huir de su país de origen por causas sociopolíticas, raciales, religiosas, culturales o de género, crisis humanitarias, conflictos armados, etc., y que viven una situación de vulnerabilidad económica y social.
La primera edición otorgó becas a 25 estudiantes refugiados de Siria que vivían en los asentamientos de Grecia. Esta vez, la UOC ha extendido la convocatoria a los refugiados que viven en España y en otros lugares del mundo. En la segunda llamada, la UOC ofrece 20 becas de formación en idiomas (catalán, castellano e inglés) en el Centro de Idiomas Modernos y 16 becas para estudiar algunos de los programas de especialización de posgrado.
Para la preselección de los candidatos, la UOC ha tenido el apoyo de entidades como CCAR y CEAR, ACCEM, SAIER, Cruz Roja, ACNUR y CEAS Sáhara y, una vez más, del equipo de voluntarios y voluntarias de RefugeESuoc, que harán de mentores virtuales para acoger y acompañar a los nuevos estudiantes durante el semestre.
Diversidad en las aulas
Los programas de becas permiten aumentar el número de estudiantes internacionales en las aulas de la UOC y enriquecer el aprendizaje de toda la comunidad universitaria. Los estudiantes tienen la oportunidad de compartir el aula, ampliar las fuentes de referencia e intercambiar conocimientos y visiones con compañeros que provienen de otros contextos y que tienen unas realidades personales muy diferentes de las propias.
Como explica Robert Clarisó, director del máster universitario de Ingeniería Informática, uno de los programas que ha recibido estudiantes internacionales en la primera convocatoria con el ICETEX, «queda claro que hay diferencias importantes en el campo de la informática o de la empresa de un país al otro. Por eso hay que contextualizarlos de manera que los estudiantes aprendan a tener una visión más global de su campo profesional».
Pero el reto no solo es para los estudiantes, sino también para el profesorado. En el aspecto organizativo, Clarisó explicó que los profesores deben aprender a gestionar «con sentido común» la diversidad en las aulas, facilitar el seguimiento de las asignaturas por parte de los estudiantes becados, y tener en cuenta aspectos culturales como, por ejemplo, que cada país tiene periodos festivos diferentes que pueden afectar a la entrega de los trabajos.
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