Una investigación de la UOC identifica quince propuestas para mejorar la formación de los docentes
El grupo de investigación de la UOC Edul@b ha elaborado quince propuestas para mejorar la formación de los docentes, que se trasladarán al Departamento de Ensenyament de la Generalitat. Las propuestas son fruto de los resultados del proyecto de investigación I+D ECO4LEARN financiado por el ministerio de Economía y Competitividad. La investigación ha sido dirigida por Albert Sangrà, recientemente nombrado director académico del Plan de doctorados industriales por la Generalitat. Edul@b es un grupo de investigación sobre educación y tecnología, reconocido y consolidado, que está coordinado por la profesora Montse Guitert, que este septiembre ha recibido la distinción Jaume Vicens Vives de la Generalitat por el liderazgo ejercido en la formación en línea sobre competencias digitales en el entorno universitario y su impacto en la ciudadanía.Según los dos investigadores cada vez hay más docentes que utilizan el potencial que ofrece internet y las redes sociales para formarse y encontrar herramientas para después aplicar en clase. «Aprendemos a partir del conjunto de contextos de actividades, recursos y relaciones que tenemos a nuestra disposición y podemos activar. Es lo que se conoce como ecología del aprendizaje», explican Sangrà y Guitert. El proyecto identifica, en quince aspectos, cuáles son las mejores prácticas para optimizar estas ecologías del aprendizaje, que abarcan tanto entornos presenciales, como mixtos o virtuales, y que consideran todas las opciones de educación formal, no formal e informal.
Aunque las 15 recomendaciones se dirigen a todos los actores del proceso educativo, se distribuyen en bloques: para docentes, centros y administración.
Para los docentes:
1. Concienciarse del potencial de la formación no formal e informal para el desarrollo profesional
En los congresos y proyectos de innovación e investigación docente se aprende mucho, pero también se aprende mediante las oportunidades que se crean en los entornos mediados por la tecnología de carácter no formal o, incluso, informal. Las interacciones personales entre profesores dentro o fuera del propio centro y en la red favorecen procesos de desarrollo profesional docente. Se demuestra que gracias a las tecnologías se pueden mantener estas interacciones profesionales más allá de las propias escuelas.
2. Ser digitalmente competente
A medida que el conocimiento sobre el uso y la aplicación de las herramientas tecnológicas aumenta en cada docente, las oportunidades de aprendizaje se multiplican. Aunque la actualización profesional se lleve a cabo de manera presencial y formal, disponer de una mayor competencia digital permite aprovechar más y mejor el amplio abanico de posibilidades que la mediación de la tecnología nos ofrece.
3. Incrementar la participación en redes sociales profesionales: estar y ser activo
Existe un porcentaje de docentes que ya se mueve en las redes sociales profesionales, pero el margen de incremento es todavía muy amplio. Por otro lado, aquellos que están desarrollando a pleno rendimiento estrategias de aprovechamiento de sus ecologías de aprendizaje destacan la importancia de estar y ser activo en las redes sociales profesionales. A menudo se cumple con lo primero y no tanto con lo segundo. Si bien es verdad que cada profesional tiene un perfil propio distinto y que en ningún caso debe pretenderse la homogeneización, sí que es cierto que una mayor actividad va a generar mayor interacción y, por extensión, mayores oportunidades de intercambio y de generación de aprendizajes.
4. Usar dispositivos móviles para el acceso a la información y su intercambio
Aunque parezca que es una tendencia generalizada, lo cierto es que el uso que se hace de los dispositivos móviles para la actualización profesional docente se encuentra todavía lejos de su potencial. La posibilidad de superar barreras temporales, que permita interactuar con iguales desde cualquier lugar y difundir y ampliar el intercambio de información y experiencias en cualquier momento, es un aspecto nada desdeñable.
5. Conciliar la vida personal actualizándose con el uso de las TIC
Cualquier exceso corre el riesgo de convertirse en algo negativo. Sin embargo vale la pena valorar cuándo el ahorro de tiempo para la comunicación y el intercambio profesional nos puede permitir conciliar mejor nuestra vida personal. El hecho de que las ecologías de aprendizaje, y en particular aquellas mediadas por la tecnología, permitan planificar mejoras de actualización nos ofrece la posibilidad de disponer de más espacio y tiempo libre para la vida privada.
6. Organizar el exceso de información
El exceso de información que existe es una amenaza para la adecuada selección de los elementos (actividades, recursos y relaciones) que conformen la ecología de aprendizaje de cada uno. En este sentido, tienes que conocer bien tu propia ecología de aprendizaje: cuáles son los recursos que más valoras, cuáles son las relaciones en las que más confías profesionalmente y cuáles son las actividades más provechosas para tu desarrollo profesional docente; en definitiva organizar bien nuestra propia ecología para ser más efectivos.
7. Gestionar bien lo que aprendemos informalmente
Por su propia definición, aquello que hacemos de manera informal no es el resultado de un objetivo consciente: sucede mientras hacemos otras cosas. No podemos formalizar lo informal porque entonces perdería todo su sentido, pero sí podemos hacernos un poco más conscientes de aquello que nos sucede, aunque con posterioridad a haberlo hecho. La naturaleza misma del aprendizaje informal impone a los docentes encontrar una manera para estructurar la información y los recursos útiles para su desarrollo profesional. La utilización de marcadores sociales o los blogs pueden ayudarnos en ese objetivo.
8. Sacar partido a las herramientas de plataformas de microblogs (microblogging)
El uso de herramientas de generación o difusión de contenidos y experiencias entre la mayoría de los docentes de primaria es muy limitado. Esto provoca que se sepa poco de lo que hacen, de las iniciativas que llevan a cabo y de las reflexiones que les suscitan sus propias experiencias. La promoción y el incremento de herramientas de plataformas de microblogs (como Twitter, Pownce, Tumblr u otras) podrían ayudar al profesorado a intercambiar sus experiencias y sus percepciones con más facilidad y disponer de un abanico más amplio de opciones para el acceso a recursos que generan oportunidades de actualización y nuevo aprendizaje.
Para los centros:
9. Generar cuentas de centro
Los centros podrían abrir sus propias cuentas en sus herramientas de plataformas de microblogs, de tal manera que esto actuaría como desencadenante para que sus propios maestros hicieran lo necesario para seguirse mutuamente y proyectar hacia fuera sus actividades e innovaciones. Los docentes más activos en estos contextos han puesto de manifiesto que lo consideran una herramienta que les permite estar al día y actualizar su formación de manera permanente.
10. Promover la cultura de la generación de contenido digital entre los docentes
La mayor parte de los docentes aceptan que utilizan contenidos digitales para su actualización. Eso significa que su uso es básicamente pasivo. La alimentación y mantenimiento de la ecología de aprendizaje va a necesitar de una constante actualización de contenidos. Por lo tanto, cabría esperar que, entre la multitud de experiencias que muchos docentes innovadores —con o sin tecnología— llevan a cabo, estas pudiesen estar al alcance de otros con más facilidad para, mediante esa diseminación, incrementar la cantidad y calidad de oportunidades de aprendizaje del colectivo.
11. Compartir la reflexión y generar opinión en la red
Dado que en algunas ocasiones es posible que los propios docentes no se sientan capaces de iniciar y mantener su propio blog, donde vayan incorporando sus reflexiones educativas y las valoraciones de sus experiencias, cabe pensar en la creación de blogs del centro, donde cada docente pueda contribuir con sus aportaciones o desde donde se puedan indicar los blogs ya existentes de otros maestros o incluso de otros centros. La figura del coach, compañero que ya dispone de un blog, puede apoyar los primeros pasos de otro colega en esta iniciativa.
12. Ampliar el abanico de los formadores fuera del centro
La mayoría de los docentes llevan a cabo su actualización de manera presencial en los propios centros donde ejercen. Esto es, sin duda, positivo, puesto que pueden disponer de una formación mucho más contextualizada, que probablemente da respuesta a las necesidades existentes en dichos centros. Sin embargo, sería recomendable que el propio centro ofreciese a sus docentes oportunidades de formación que vayan más allá de lo que en él acontece. Y no nos referimos a la oferta formativa que exista proporcionada por la Administración competente, sino a incrementar el conocimiento y valoración de opciones formativas y actualizadoras generadas por otros docentes, por otros colectivos, y valorar aquellas propuestas de carácter no presencial desde la perspectiva de valor para el propio centro.
Para la administración:
13. Animar y apoyar la creación de contenidos digitales abiertos
En general, los docentes son pasivos ante el uso de los contenidos digitales. Muchos de ellos advierten que utilizan contenidos elaborados por la Administración, por editoriales, por expertos o, en menor grado, por otros colegas. Sin embargo, admiten que aquellos que han sido elaborados por compañeros de profesión gozan de mayor credibilidad, pues suelen estar mejor contextualizados. Un paso adelante sería promocionar la elaboración de contenidos digitales abiertos por parte de los docentes, de tal manera que alimentasen la ecología de aprendizaje de todos los miembros del colectivo.
14. Establecer garantías de calidad de los recursos y actividades de aprendizaje
El incremento de recursos disponibles, sean presenciales o digitales, formales o informales, genera habitualmente la duda sobre la calidad de los contenidos o de las oportunidades de aprendizaje que tenemos a nuestro alcance. Los centros, las universidades y las administraciones tienen que convertirse en nodos de calidad que provean garantías a todos aquellos que quieren activar cualquiera de esas oportunidades. Sería recomendable empezar a establecer procedimientos de reconocimiento, validación o auspicio que permitiesen a cualquier usuario poder disponer de una garantía de referencia cuando utilicen un recurso, participen en una red o lleven a cabo una actividad.
15. Avanzar en las medidas de reconocimiento de los aprendizajes no formales
Lo que ya acostumbra a ser habitual en los procesos de aprendizaje formal debería trasladarse también a los aprendizajes adquiridos por medios no formales o informales. Es necesario desarrollar lo antes posible mecanismos de reconocimiento válidos para que estos aprendizajes puedan formar parte del dosier de aprendizaje personal de cada individuo. Aunque la dificultad es evidente, es una necesidad que tarde o temprano se convertirá en una obligación.
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