Facebook se hace mayor
El 4 de febrero de 2004 nació lo que en poco más de una década se ha convertido en uno de los inventos más revolucionarios y con más éxito del siglo: Facebook. A pesar de las modificaciones, que han sido muy numerosas -desde el punto de vista tanto gráfico como relacional y de contenido-, Facebook después de doce años sigue siendo una de las redes sociales más populares del mundo. Tiene 1.590 millones de usuarios activos y, de estos, 934 millones entran en la red social cada día. Facebook se ha hecho mayor y Mark Zuckerberg, su fundador, tiene aspiraciones inmensas para la red con el nuevo proyecto de alcance mundial: Internet.org. Expertos de la UOC analizan su pasado, su presente y las dudas éticas que plantea el futuro de esta red.
En el último Mobile World Congress (MWC), Zuckerberg presentó Internet.org, un proyecto que tiene el objetivo de hacer llegar internet en todo el mundo y llevar la conexión hasta el rincón más lejano y recóndito de la Tierra. Se calcula que permitiría el acceso a la red a cerca de cinco mil millones de personas. El proyecto, bautizado como Internet.org, limitará el acceso a unas páginas determinadas y lo permitirá a otras, como Facebook.
¿Nos encontramos ante la «internet de los ricos y de los pobres»?
«No se puede considerar ni siquiera internet, ya que estamos ante un producto», considera William F. Araújo, investigador visitante del IN3. «Se toma el nombre de una red libre, como la internet que conocemos, para ofrecer un servicio de una red privada, con acceso limitado a unas páginas determinadas». Contundente, el experto añade que «es una cuestión de negocio y de dominación de mercado».
Ismael Peña, profesor de los Estudios de Derecho y Ciencia Política, defiende que «a pesar de ser una internet sesgada, permitirá acceder a telecomunicaciones y cantidades ingentes de contenidos que ahora apenas son un sueño para dos tercios de la población mundial». El experto en sociedad de la información alerta de que «no se debe caer en un paternalismo excesivo deberíamos dar voz a aquellos que no tienen acceso a la red».
Las dudas éticas de conectar el mundo
«Evidentemente, abre un espacio a dos velocidades», explica Peña. «No hay que comparar si lo que tendremos será mucho o poco discriminatorio, sino si lo que tenemos ahora es más o menos discriminatorio que lo que podemos tener en el futuro». Para Araújo, en cambio, «plantea cuestiones muy complejas sobre el futuro de la internet libre que conocemos». De hecho, la organización Save the Internet y algunas empresas de la India acusan el proyecto de Zuckerberg de no defender la «neutralidad en la red».
Sobre esta neutralidad, Araújo afirma que «lo que propone Internet.org es una red manipulada por Facebook, en la que el acceso está siempre condicionado a los intereses de la empresa». Añade que «es un modo de utilizar a los que no tienen internet para ofrecerles un servicio que plantea una competencia desleal, un monopolio que reduce la capacidad de búsqueda a una menos amplia y libre». El experto en sociedad de la información acepta que «Internet.org rompe el principio de neutralidad», pero añade que «estas reflexiones pertenecen a un estadio de desarrollo humano en el que el acceso a las necesidades está cubierto».
Para Peña, Internet.org es una oportunidad que hay que aceptar: «Debemos trabajar para converger en un acceso de calidad y en igualdad de condiciones, pero es necesario que no nos detengamos esperando la mejor oportunidad». «Internet.org brinda a gran parte de la población la oportunidad de tener sus necesidades más elementales cubiertas gracias a una conexión sesgada y censurada»; por ejemplo, «permitiría la prevención, el diagnóstico o el tratamiento de enfermedades a distancia, el acceso a contenidos educativos, el establecimiento de canales de información profesional y de comercio electrónico, el refuerzo de los lazos afectivos, etc.», explica Peña.
¿Finalidad noble o negocio?
«Cuando las empresas hacen "el bien" es porque les resulta beneficioso», considera el profesor de la UOC, Ismael Peña. Araújo afirma que «es una cuestión únicamente de negocio». Sin embargo, Peña argumenta que «lo que tenemos que hacer los ciudadanos es que lo que beneficie a las empresas también beneficie a los ciudadanos y viceversa». Respecto a Internet.org, por ejemplo, «los ciudadanos podemos ayudar a conseguir que los cinco mil millones de usuarios que intentan sobrevivir con una «internet de segunda» algún día puedan disfrutar de un acceso a una conexión de primera, a base de denunciar sus sesgos, pero sin obligarles a prescindir de ella».
Más de una década: ¿demasiado tiempo para una red social?
«Doce años no es demasiado tiempo para una red social, o al menos no lo es para Facebook, ya que ha sabido adaptarse, actualizarse y tener suficiente flexibilidad para ajustarse a las nuevas tendencias, a las nuevas necesidades y los nuevos hábitos comunicativos». De hecho, «nos encontramos en un estadio de madurez en cuanto a consumo de redes», afirma Sílvia Martínez, profesora de comunicación de la UOC. La experta en redes sociales explica que «no solo se da un uso en la interrelación entre los usuarios, sino que se han convertido en un espacio de relación con las marcas y las entidades y en un espacio de seguimiento de la actualidad informativa». Añade que «en ellas se llevan a cabo fuertes acciones de marketing y se realizan inversiones muy importantes en campañas publicitarias por el alto retorno de información de las acciones llevadas a cabo y las posibilidades de segmentación».
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