Brenda Gourley es rectora de la Open University, la primera universidad a distancia, que nació hace casi cuarenta años en la Gran Bretaña. La universidad tiene hoy la comunidad de estudiantes mayor del mundo, que, además, interactúa creando grupos de trabajo, seminarios o facilitando el aprendizaje en común. La Open University celebra más de treinta y seis actos de graduación, la mayoría en el propio país, pero también en ciudades como Moscú o Singapur. A finales de abril, la rectora de la Open University ha visitado la UOC para firmar un convenio de colaboración y hablar de nuevos proyectos conjuntos.
¿Cómo ha evolucionado el modelo de universidad abierta, y qué futuro ve para ella?
La Open University nació en 1969 en el Reino Unido, y en aquel momento el concepto de abierto no tenía exactamente el mismo significado que hoy. Entonces quería decir abierto a todo el mundo, es decir, a los que habían ido a la escuela y a los que no habían ido, a los que habían sacado muy buenas notas y a los que no tanto... eso no era importante. Dijimos: "Venid, os ayudaremos". Las otras universidades pensaban que eso era "imposible", que la universidad tenía que ser diferente, y, de hecho, hasta el día de hoy mantienen varios requisitos de acceso, aceptan a los mejores estudiantes del sistema escolar, etc. Lo que hizo la Open University fue romper el modelo, hacer una cosa diferente, y demostrar que se podía hacer con un alto nivel cualitativo. Para nosotros, el hecho de que los estudiantes no hayan conseguido grandes notas no significa que no puedan venir a la universidad y recibir una educación de calidad; es más, me atrevería a decir que nuestra educación es mejor porque estamos ayudando a personas que lo necesitan de forma especial.
¿Cuál ha sido la experiencia con estos estudiantes?
Muy satisfactoria si tenemos en cuenta que la idea fue invertir los estándares: lo importante no eran los requisitos de entrada; lo que contaba eran las calificaciones de salida. No nos importaba el nivel de nuestros estudiantes en su incorporación a nuestra universidad; lo que evaluábamos era una buena calificación final. Con el fin de hacer eso nos tuvimos que asegurar de que teníamos material interesante, interactivo, que utilizaba tanto la televisión como las grabaciones en audio y otras herramientas. Abrimos oficinas por todo el país, concretamente trece, y contratamos a tiempo parcial profesores de otras universidades a fin de que hicieran de tutores a nuestros estudiantes. Dimos un intenso apoyo a estos profesores. Por lo tanto, el modelo que desarrollamos estaba basado en material de estudio de alta calidad y en un intenso apoyo al estudiante. Hoy tenemos estudiantes que nos dicen que han pasado por las universidades tradicionales, pero que han recibido mucho más apoyo personal en la nuestra. Porque pueden coger el teléfono y llamar o mandar un mensaje electrónico para pedir la respuesta a alguna duda, siempre que quieran.
¿Qué otro tipo de estudiante tenéis?
La Open University fue diseñada para personas que por distintos motivos no habían tenido acceso a la universidad, motivos personales o sociales. Pero uno de los cambios más importantes, y que hoy es decisivo, es que en el mundo ha habido una explosión del conocimiento, y a través de las nuevas tecnologías parece imparable. Hoy la gente va a la universidad y siempre, a lo largo de su vida, tendrá más y más para aprender, porque el mundo cambia mucho y rápido, hay novedades constantemente. Estamos en un mundo en el que las personas tienen que volver a la universidad y mejorar sus competencias, su currículum, si quieren seguir en el mercado de trabajo, en el que cada vez están más tiempo porque también vivimos más años. Ahora la mayoría de nuestros estudiantes ya no son personas que nunca habían ido a la universidad, sino licenciados universitarios, que ya tienen una pareja e hijos y un trabajo, pero que ven la necesidad de aumentar sus aptitudes. Lo que tenemos es un panorama completamente diferente de cuando empezamos: ahora hay una necesidad de estudio a lo largo de toda la vida porque la sociedad está altamente cualificada, especialmente las sociedades occidentales, ya que la China o la India representan un mercado de trabajo manufacturero en estos momentos. Y también tenemos un mayor número de estudiantes que pertenecen a clases más populares, porque ellos también necesitan adecuarse a las demandas de nuestro mercado laboral, en el que ha ido disminuyendo la oferta de trabajo no cualificado.
¿Qué papel ha tenido Internet?
Destacaría uno: hacer que la competencia ya no nos llegue por proximidad geográfica sino que sea de todo el mundo, más de 6.000 millones de personas. Una demostración de la importancia de las nuevas tecnologías son los acuerdos a los que hemos llegado con la Universitat Oberta de Catalunya. Hasta ahora ya habíamos colaborado con la UOC, pero ahora hemos llegado a nuevos acuerdos porque sabemos que juntos podemos hacer más cosas. Universidades como las nuestras son fundamentales: si observamos algunas partes del mundo en vías de desarrollo, donde viven millones y millones de personas, las peticiones de formación universitaria son numerosísimas y, además, cada vez habrá más necesidad de formación de alto nivel. Varios países del centro de Asia, como la China, pero también Turquía, tienen en la formación abierta a distancia la solución a la necesidad de formar a sus sociedades. Lo que necesitamos hoy en nuestras sociedades es crear un sistema en el que todas las partes sociales, de forma compatible, tengan al alcance el tipo de educación que necesitan, y es fundamental también animar a las personas a que estudien, a que vean el estudio a lo largo de la vida como una cosa completamente normal.
¿Qué piensan vuestros estudiantes sobre la Open University, qué valoran más?
Realizamos encuestas continuamente y, de hecho, en el Reino Unido se ha creado un instituto nacional de encuestas que ha puesto en marcha uno de los departamentos de enseñanza del gobierno británico; se llama National Students Survey y abarca todas las universidades. La nuestra ha sido la primera en el índice de satisfacción de los estudiantes. Valoran los materiales educativos y la ayuda personalizada, que es precisamente lo que más nos importa.
Desde hace un tiempo, publicáis vuestros contenidos y recursos educativos en abierto. ¿Esta iniciativa os ha traído más estudiantes?
¡Y tanto! Empezamos esta experiencia el octubre pasado y ya tenemos mucho material publicado en abierto. Contamos con la asistencia de una fundación norteamericana que aconseja a universidades como la MIT, con el objetivo de potenciar y dar un buen funcionamiento a los contenidos abiertos. De momento, tenemos cerca de 20.000 visitantes todas las semanas que consultan estos recursos, y cada vez tenemos más.
¿Cómo os afecta al llamado "Proceso de Bolonia"?
La verdad es que no tenemos que realizar muchos cambios, porque algunas de las cosas que el espacio europeo de educación superior (EEES) intenta implantar en Europa ya están incorporadas en el Reino Unido, como por ejemplo los quality assurance systems, que, por cierto, Cataluña ya tiene, pero que faltan en muchos países del antiguo continente. Otra cosa que intenta Bolonia es que las universidades tengan más autonomía, y eso en el Reino Unido ya lo tenemos contemplado.
¿Se llevará alguna idea de su visita a la UOC?
Tenemos contactos con muchas universidades del mundo y puedo decir que la UOC es bastante impresionante, es muy creativa y tiene un alto desarrollo tecnológico porque hay muchas ganas de innovar en este campo. La Open University puede aprender cosas de la UOC y de hecho por eso estoy aquí... Por otra parte, espero que sigamos colaborando en nuevos proyectos, como hacer cursos de inglés en el mundo de forma conjunta.