La crisis sanitaria causada por el COVID-19 está poniendo a prueba el delicado engranaje de nuestra organización social. Cierre de fronteras, escuelas y calles vacías, escasez de suministros, estupor y desorientación. Para vencer la fase de contagio del coronavirus se recomienda no salir de nuestras casas y evitar el contacto con los demás. Una pandemia que nos obliga a aislarnos, pero también a reivindicar el cuidado mutuo y la fraternidad como único antídoto posible a una dolencia que nos afecta a todos y que solo juntos podremos superar.
Las marcas son vulnerables, igual que las personas. Sufren las consecuencias de las crisis económicas y, como estamos viendo en plena pandemia del COVID-19, tampoco escapan a crisis sanitarias. Tienen que ocuparse de campañas canceladas, eventos postergados, importantes oscilaciones de ventas… y algunas, además, estarán pendientes de la gestión de su reputación en redes, simplemente por llamarse, sí, Corona.
La crisis sanitaria, social y comunicativa global que conocemos como la crisis del coronavirus tiene escasos precedentes. Y evoluciona de tal manera que lo que escriba a día de hoy puede haber dado un giro significativo en cualquier momento. Como en las buenas historias. Y esta es la aproximación que quiero darle en este artículo de COMeIN: centrarme en algunas manifestaciones de la crisis en las redes sociales, en forma de historias, ficcionadas o no.
Aún pendientes de que Infoadex (fuente de referencia en el control cuantitativo y cualitativo de la actividad publicitaria en España) publique las cifras de inversión en publicidad del pasado mes de diciembre, todo apunta a que, si no ha sido 2019, será 2020 el primer año en que la inversión registrada en medios digitales en nuestro país supere la del medio televisión.
Las redes sociales y las plataformas digitales se han convertido en escenario de campañas electorales y pueden ser determinantes para ganar o perder unas elecciones. Estados Unidos son un referente, sobre todo, después de la «Revolución Obama». Los países más democratizados están tentados a imitar su modelo, que, además, convierte el panorama preelectoral en un auténtico espectáculo. Pero ¿cómo se traduce esta influencia en la realidad? ¿Las campañas electorales se están americanizando?
El término medialidad y aquellas formas derivadas que se obtienen anteponiéndole diferentes prefijos comienzan a consolidarse como neologismos en nuestro idioma para definir nuevos conceptos relativamente útiles en el ámbito de la comunicación digital. Este artículo se plantea clarificar los diferentes significados que integra esta familia terminológica de creciente uso.
Tertulias radiofónicas que silencian la voz femenina, los espacios y la opinión de los diarios son exclusivamente masculinos, y en los platós de televisión vemos escenas muy parecidas. La visibilidad de las expertas es casi inexistente, o minoritaria, pero se perciben pequeños cambios –desde el primer informe 2016-2017 y sobre todo en medios públicos–, aunque todavía estamos muy lejos de la igualdad de género en los medios de comunicación. #Onsónlesdones [#Dóndeestánlasmujeres] es un proyecto que cuantifica la presencia de las mujeres en los medios de comunicación con el objetivo de conseguir –como mínimo– la paridad.
Rosa Vallverdú, responsable del Servicio de Accesibilidad de TV3, es entrevistada por la profesora Judith Clares-Gavilán en el marco del proyecto de investigación «EU-OS Patrimonio cultural inmaterial. Para un programa europeo de subtitulado en lenguas no hegemónicas» (CSO2016-76014-R), del grupo Estudos Audiovisuais de la Universidad de Santiago de Compostela.