La apuesta por el cine de género fantástico por parte del gobierno argentino no es baladí ni casual, sino que responde a un triple enfoque: ayudar a financiar proyectos de presupuestos asequibles, que tiene un gran potencial de impacto en la audiencia y que cuentan con una gran proyección internacional.
De la política argentina se han beneficiado el resto de países latinos, ya que
Blood Window ha dado apoyo a producciones uruguayas, brasileñas, mejicanas e incluso panameñas (en el pasado mercado Ventana Sur, se presentó
Diablo rojo, calificada como la primera producción de
género fantástico de Panamá). La financiación y promoción de esta
umbrella del
género fantástico latino tiene su principal escenario en
Cannes y se completa con un impulso constante a la presencia en foros internacionales, como el NAFF en Corea del Sur o en la competición
Sitges Pitchbox del
Sitges – Festival Internacional de Cine Fantástico de Catalunya.
La red mundial se ha tejido además con una serie de premios destinados a distinguir lo mejor de la producción de
género latino del año. En este sentido, la
European Fantastic Film Festivals Federation ha creado el premio Méliès LATAM, que se otorga a un título escogido entre las preselecciones de todos los certámenes adscritos, al margen de los galardones específicos que otorga cada festival a su propia selección. Cabe destacar que el
impulso económico a este tipo de producciones está, por suerte, acompañado de una innovadora lectura de subgéneros tradicionales como el terror, el giallo e incluso la ciencia ficción.
La cantera
Blood Window ha alumbrado talentos notables como el de los hermanos
Onetti, responsables de títulos como
Abrakadabra (2018) o
Los Olvidados (2017); o el gran éxito
Aterrados (2017), dirigido por
Demián Rugna, que ha conseguido su
remake norteamericano, auspiciado por Guillermo del Toro. Precisamente, el cineasta mejicano se ha convertido en el gran embajador del género latino desde su consagración con el premio Oscar® para
La forma del agua (2017). Una nueva prueba de ello fue su participación en la pasada edición de la popular Comic-Con de San Diego, que ha abierto un espacio dedicado a la contribución de la cultura
latinx.
Tres paneles exclusivamente dedicados al
cine de género latino mostraron la buena acogida de estas producciones por parte de la audiencia global. «
The New Wave of Latin American Horror Cinema»; «
Making a Bridge with Genre Movies» y «
The Importance of Genre Cinema in Latin America» convocaron talentos actuales como
Isaac Ezban (
El Incidente, 2014),
Emilio Portes (
Belzebuth, 2017),
Gigi Saúl Guerrero (
Culture Shock, 2019),
Mauricio Chernovetzky (
Styria, 2014), o
Freddy Chávez Olmos (
Shhh…, 2019), entre otros.
Asistimos pues a una nueva tendencia en el mercado del género escrita con acento latino.