En los últimos meses he estado entrevistando, junto con mis colegas
Eva Ortoll y
Agustí Canals, a decenas de personas sobre su uso cotidiano de la
información digital y sus motivaciones al respecto. Así mismo he participado en encuentros y congresos académicos sobre estos temas (
Future of Information Environments, iConference) donde ha habido interesantes conversaciones sobre los entornos de información digital. Aquí y allá se constata como nuestro entorno informativo se ha enriquecido hasta un punto difícil de imaginar pongamos tan solo diez años atrás. Las posibilidades que se nos ofrecen son inmensas, y también la complejidad del entorno se ha hecho muy considerable, de forma que llega un punto donde hay que establecer cierta perspectiva. En este sentido, podemos preguntarnos cuáles son los ejes clave para un
ecosistema informacional equilibrado. Esto, justo es decirlo, tanto desde el punto de vista de nuestra
gestión de información personal, como del posicionamiento estratégico de un servicio o
sistema de información. Podemos apuntar de entrada cinco ejes, como propuesta tentativa y abierta al debate. Los dos conceptos que proponemos para cada eje los podemos considerar como dos extremos dentro de un continuo, y por sí mismos no son intrínsecamente buenos o malos. Remarcamos que el equilibrio no necesariamente tiene que estar en la zona media de estos ejes, sino que dependerá de la situación y contexto de cada usuario y/o de cada servicio de información.
- Automatización versus humanización. El tratamiento automático de datos en tiempo real es una parte imprescindible del funcionamiento de la actual internet, ahora bien tenemos que ser conscientes que está habitualmente enfocado a maximizar beneficios económicos, ya sea por pago directo (como por ejemplo mediante suscripción o comercio electrónico) o indirecto (por nuestro tiempo de navegación y traza digital consiguiente). La automatización tiene sus límites, pues el comportamiento y las necesidades de las personas son a menudo más ambiguos e imprevisibles que lo que puede apuntar un algoritmo informático. Por otro lado, no pocas personas con quienes hemos hablado nos dicen que necesitan tener un vínculo emocional con la información para hacerla realmente suya, para asimilarla, y que para ellas nada puede sustituir la comunicación cara a cara en directo. Es decir, reivindican el valor del factor humano de la información por sí mismo, y no solamente en función de los límites tecnológicos o sesgos mercantilistas que pueda tener el tratamiento automático de información.
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Online versus offline. Pensemos por ejemplo en un aplicativo como
TripAdvisor, su propuesta de valor se basa en combinar y presentar
online las opiniones de las personas que han estado
in situ. Podríamos pues considerarla en gran medida equilibrada respecto a la faceta
online y
offline. En otros casos, el equilibrio puede ser más discutible. Y podemos tener la sensación que un aplicativo
online “se come” indebidamente parte de nuestro tiempo. Si el usuario percibe esto puede ponerse a la defensiva para minimizar la utilización.
- Actualidad versus reflexión. Uno de los motivos por los cuales puede resultar valiosa la información es porque nos avisa de un acontecimiento muy reciente o incluso nos describe lo que está pasando ahora mismo, en definitiva porque nos da cuenta de una última novedad. O bien porque nos ayuda a dar sentido a lo que está pasando, porque nos plantea una opinión o punto de vista. Son dos aspectos que pueden, y tendrían que, complementarse y combinarse entre ellos. Ahora bien, hay que tener claro como usuarios qué queremos en un determinado momento y contexto, y hace falta que quién ofrece la información se posicione con claridad respecto a cada una de las tres facetas.
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Focalización versus exploración. Cuando buscamos información, podemos plantearnos una búsqueda focalizada y precisa, buscamos algo muy concreto y sabemos qué buscamos. O bien, nos estamos adentrando en un terreno nuevo, y queremos explorar. En el día a día, quien más quien menos se las compone bastante bien, por ejemplo nos llegan mucho comentarios alabando
Wikipedia como herramienta para hacer una primera aproximación a un tema o a un término. Pero a buen seguro el futuro nos deparará desarrollos notables para hacer búsquedas específicas mucho más afinadas o exploraciones mucho más creativas, según la ocasión lo requiera.
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Visitante versus residente. Consideramos cualquiera de los aplicativos de social media que utilizamos en nuestro día a día:
Facebook,
Twitter,
LinkedIn, etc. ¿Son para nosotros instrumentos o lugares? Es decir, ¿los utilizamos habitualmente?, ¿aportamos contenido?, ¿los sentimos como parte de nuestra identidad digital? Si la respuesta es afirmativa, quiere decir que somos
residentes, para nosotros es un “lugar”. Si por el contrario es negativa, somos
visitantes, para nosotros es un “instrumento”. Y si ofrecemos un servicio o contenidos de información, ¿queremos posicionarnos de tal manera que los usuarios sean
visitantes o
residentes?
De los cinco ejes, quizás el que les da un sentido más global es el de
visitantes versus
residentes, por eso lo hemos expuesto al final. En definitiva, podemos preguntarnos nosotros mismos de qué aplicativos/servicios somos visitantes y de cuáles somos residentes. Entonces esto nos permitiría hacer una autoevaluación personal de nuestro uso de información, que incluso podríamos plasmar en un dibujo, como por ejemplo
este o
este. Y tú, ¿visitas o resides?
Para saber más:
Cita recomendada
COBARSÍ-MORALES, Josep. Cinco ejes para un ecosistema informacional equilibrado. COMeIN [en línea], junio 2017, núm. 67. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/c.n67.1742