El Ministerio del Tiempo, la serie creada por Pablo y Javier Olivares que mezcla historia de España, fantasía y aventuras temporales, es uno de los fenómenos más interesantes de la historia reciente de la ficción televisiva en España. Más allá de sus resultados de audiencia, se ha extendido entre aficionados y estudiosos la idea de que por fin la industria televisiva española cuenta con un producto equiparable a las grandes series de culto de la televisión internacional. El fenómeno proporciona muchos elementos para la discusión y uno de los más interesantes es la comunidad fan que ha generado.
En el libro Fanáticos. La cultura fan (Editorial UOC, 2013) pude profundizar, junto a mis compañeros Daniel Aranda y Antoni Roig, en el fascinante e inabarcable mundo de las comunidades de fans, grupos altamente organizados que producen todo tipo de materiales conectados con los productos que aman. Para entender algo más sobre el fandom de El Ministerio del Tiempo, decidí acercarme a uno de los referentes de la comunidad fan de la serie en nuestro país: Marcos Muñoz, periodista y escritor muy conocido en la red como uno de los más destacados autores de fanfiction de la serie creada por Pablo y Javier Olivares. Con él mantuve una conversación llena de ideas interesantes sobre el fandom y la producción fan, de la que ofrecemos a continuación la primera parte. La obra de Marcos Muñoz puede seguirse en su blog Look! Up in the sky!
Jordi Sánchez-Navarro: Cuéntanos un poco quién eres.
Marcos Muñoz: Soy periodista y escritor... y culturalmente disperso. Cuando la radio y televisión local en la que trabajaba en Barcelona no obtuvo una frecuencia de TDT y tuvo que cerrar, nos reconvertimos para enseñar la historia y práctica del medio en talleres escolares. Por aquellos tiempos colaboré en un par de manuales del juego de rol Fanpiro, de Cels Piñol, y escribí dos de estos libros de formato grande que pocas veces veréis que indiquen quien es el autor. Escribí un tercer libro de ese tipo que no llegó a publicarse, lo que me llevó a plantear la autoedición. Al final lo hice con un texto muy distinto, mi primera novela 1387 – Libro 1, de la que preparo continuación. Junto a mi compañero Jokin González y mi mujer, Mari Nieves Gálvez, nació el proyecto autoeditorial Mil Monos.
JSN: Tu actividad en la red como fan es célebre. Con el tiempo has acumulado un indiscutible prestigio como fan (y analista) de Doctor Who.
MM: A la novela 1387 siguieron La bendición de la muerte fatal y Algo nuevo, algo viejo, algo prestado y algo azul, los dos primeros libros de ensayo sobre la serie Doctor Who que se publicaban en español. La bendición de la muerte fatal analiza la mitología de la serie, la que la había inspirado y la que había ido creando con el tiempo, que era una mitología de la muerte. Por otra parte, Algo nuevo, algo viejo, algo prestado y algo azul es una antología de ensayos sobre aspectos muy distintos relacionados con Doctor Who, desde las obras de teatro que ha inspirado hasta el tratamiento de la figura del héroe en los primeros ‘Doctores’, las novelas y audiodramas, el papel del “doble” dentro de su narrativa o la historia de las verdaderas cabinas azules británicas, todo para celebrar el 50º aniversario de la serie. Eso nos llevó a extender el juego a otros fans: lanzamos un concurso de ensayos y los ganadores acabaron componiendo el que es nuestro último volumen whovian hasta la fecha, Timey Wimeys.
JSN: Pero Doctor Who no es tu único interés. También se te reconoce una gran influencia y un vasto conocimiento sobre muchos otros productos de cultura pop. Creo que eso ocurre porque no dudas en ofrecer tu saber al resto de fans y a cualquier persona interesada. ¿Por qué es importante para ti producir textos sobre los productos de los que eres fan?
MM: Lo hemos bebido toda la vida, ¿verdad? Los que tenemos entre 30 y 40 años, y hemos ido al Mercado de San Antonio, vamos al Salón del Cómic porque es el Salón del Cómic, sin importar quien venga, o nos emocionamos porque exista una sala de cine como Phenomena, venimos de ese momento en que la historia que nos contaban las viñetas, la tele, las canciones o las películas no lo era todo. Además, tenías los correos del lector, con sus preguntas sobre posibilidades y relaciones con el rico pasado de cada medio. Y por supuesto, comentabas lo que veías con los amigos. Con el tiempo, eso crea tanto una perspectiva general, un diálogo entre el espectador, lo que ve y lo que ha visto, como un gusto por compartir puntos de vista e información con los demás. Cuando estudié el primer ciclo de Humanidades, antes de entrar en Periodismo, una de las asignaturas que más me intrigó fue la de Literatura comparada: una asignatura dedicada a establecer vínculos entre historias que no tienen nada que ver... aparentemente.
Supongo que es importante para mí escribir sobre estas cosas porque es una manera de completar mi experiencia. Primero, del emisor hacia mí, esa parte privada que puede producir un goce o un rechazo, y ya está, o puede empezar a disparar ideas, conexiones. Entonces, para cerrar el círculo, a veces sientes esa necesidad de mirar a la “gran panorámica” y, sobre todo, la necesidad de compartirlo.
JSN: Exacto, compartir es la clave. De hecho, el proceso de lectura que llevamos a cabo los fans es eminentemente social, de forma que las interpretaciones se consolidan y reformulan a través del contacto con otros fans. ¿Cómo es de importante para ti compartir lo que sientes, vives u opinas con otros fans? ¿Qué medios usas para hacerlo?
MM: El primer contacto suele ser compartirlo con mi mujer o incluso con mis hijos, aunque ellos aún están más en la fase de disfrutar el primer nivel de lectura de sus ficciones. A veces, lanzar un sencillo mensaje en Twitter con una valoración exprés, un titular, de lo que he leído o visto, o una redifusión de la noticia, si se trata de eso. Otras veces la cosa va a más: entonces suelo entrar en mi blog, abrir una nueva entrada y ¡manos a la obra! Twitter y Facebook se convierten luego en las herramientas de difusión. Eso es lo que me ha pasado con Doctor Who (primero con el análisis de varios DVD de la serie clásica, luego con el de la última temporada de 2013, capítulo a capítulo), y con El Ministerio del Tiempo.
Pero luego, a largo plazo, tienes otras maneras de compartir: algunas pasivas, como leer publicaciones sobre el tema, como la revista Doctor Who Magazine u otros libros sobre la serie y, por supuesto, quedando con amigos que también siguen la serie o saga en cuestión y hablando o viendo capítulos. En ese sentido, por ejemplo, hace varios años que organizamos quedadas en el Bharma del Poblenou para hacer maratones de Doctor Who, que acercan la más desconocida serie clásica a los nuevos whovians o establecen paralelismos temáticos entre esta y la moderna.
JSN: Yo no dudaría en calificarte como un auténtico líder del fandom. ¿Cómo crees que se construye el prestigio en la comunidad fan?
MM: Dices que tengo prestigio y te lo agradezco. Son muy distintos, ¿verdad?, el prestigio y la fama. Ser famoso es relativamente fácil, tanto como ser infame... Imagino que el prestigio es algo a lo que no se aspira tanto, pero se cultiva más. Hay que compartir, desde luego, como decían Nick Fury y Steve Rogers. Hay que reflexionar y ser sincero con uno mismo, tratar de apartarse de modas, hypes y sarcasmos. Pero sobre todo, hay que escuchar, escuchar y compartir eso que otros piensan, tanto como lo propio: porque siempre se aprende. Por muchos años que lleves metido en un fandom, por mucho que sepas la matrícula del coche que llevaba el catering de la última película de James Cameron, nunca lo sabes todo: nadie es más que nadie porque sepa más datos. En todo caso, esa persona puede ser una mayor fuente de riqueza para el conjunto de espectadores o lectores. Hay que tenerlo claro y creerlo, entre otras cosas, porque es verdad. Siempre se aprende y los datos no lo son todo, por lo que decía antes: interacción. La interacción entre elementos, el diálogo entre un capítulo de 2015 y otro de 1965 es algo que no se resume en secciones de Trivia y curiosidades. Ahí entra el elemento humano, y eso quiere decir que cada nueva persona que conecte esos dos puntos puede descubrir algo nuevo que nadie más había visto y que puede tener ramificaciones nuevas, maravillosas e inesperadas.
JSN: ¿Cómo te acercas al fenómeno de El Ministerio del Tiempo? ¿Es una continuación lógica de tu interés en Doctor Who?
MM: Mi primer acercamiento es una noticia que dice “TVE prepara el Doctor Who español” y mi primera reacción es que me pongo a temblar. Con el tiempo me recompongo, hago eso que te decía de ser sincero con uno mismo y, leyendo bien las noticias, llego a una conclusión: espérate a verlo. Cuando llegó el primer teaser, me pareció que era algo distinto, y con el primer tráiler, el de la escena de los nazis persiguiendo al maqui, ya vi que aquello no solo iba a ser distinto, sino que podía ser algo muy, muy bueno, sin antecedentes en la televisión española. Y así ha sido.
JSN: Y de ese interés inicial pasas a escribir fanfiction…
MM: Me ocurre una cosa muy curiosa: adoro Doctor Who, pero me pareció terriblemente complicado escribir ficción a partir de la serie. Lo intenté una vez, con el fanfiction “Viejo amigo” y no he vuelto a intentarlo en ese formato, excepto para un par de guiones de cortometrajes. Sin embargo, con El Ministerio del Tiempo me ha ocurrido al revés: me resulta mucho más cómodo, más natural, escribir ficción a partir de la serie que escribir sobre la propia serie.
Cita recomendada
SÁNCHEZ-NAVARRO, Jordi. El señor ministro de asuntos fan: entrevista a Marcos Muñoz (I). COMeIN [en línea], julio-agosto 2015, núm. 46. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/c.n46.1552