La mayoría de los productos audiovisuales de la televisión se ruedan en un plató. Desde los telediarios hasta la gran mayoría de los programas, sean informativos, divulgativos o de entretenimiento. Y muy pronto, también, los odiados o esperados debates electorales. ¿Pero qué ocurre cuando queremos usar un espacio externo, no habilitado para ello, como plató de televisión? ¿Cuáles serán los grandes retos a los que nos enfrentaremos para hacerlo posible?
No es extraño ver programas, normalmente especiales, grabados fuera de platós de televisión. La Marató de TV3 es un ejemplo. La cadena pública ha optado, en las últimas ediciones, por la multisede. Además del plató grande de Sant Joan Despí, ha decidido rodar en lugares en los que las cámaras no forman parte del mobiliario habitual. En este sentido, hemos visto los grandes hospitales del país acogiendo sets de televisión; también espacios singulares y emblemáticos como La Seu Vella, el anfiteatro romano de Tarragona o Món San Benet. Al apostar por estos espacios, se pone en valor el territorio y se aproxima este producto televisivo a la ciudadanía.
Ahora bien, cuando se rueda en un espacio externo, los desafíos cambian y mucho. El motivo es que un plató de televisión es una instalación cerrada, concebida para poder acoger un decorado –sea virtual o físico– y a una serie de sujetos que están ahí para transmitir un contenido. A esta definición vaga y un tanto imprecisa podemos añadir que es un espacio insonorizado (o tendría que serlo), con una acústica determinada, unas luces artificiales controladas (focos y paneles), y otros elementos y materiales técnicos (como raíles, grúas, trípodes o cámaras). En cambio, el espacio externo no dispone, en origen, de ninguno de estos elementos per se. Por eso, a pesar de que el reto puede ser mayor o menor, dependiendo de las características del espacio escogido, todo lo que es externo es un reto en sí mismo.
Pero empecemos por el principio. No es lo mismo rodar en un espacio exterior que en uno interior. Al aire libre, de entrada, tenemos a un invitado incontrolable: el tiempo. Y no llueve o hace sol al gusto del productor. Por esta razón, cuando el equipo de producción lleva a cabo una localización de espacio para situar un set de rodaje tiene que prever un plan B en caso de abundantes lluvias o vientos extremos. Aunque podríamos aventurarnos a afirmar que los espacios interiores son más controlables, la realidad es que depende mucho del conjunto de características del espacio y de todos los elementos que lo rodeen. A modo de ejemplo, una anécdota propia. Hace cosa de un año hice de productora en el rodaje de un debate en la Casa Gomis, declarada bien cultural de interés nacional y situada dentro del paraje natural de la Ricarda. Lo que tenía que ser una grabación sencilla y controlada en un espacio interior se convirtió en un rodaje complejo de los que hacen sudar. Entre las dificultades sobrevenidas: los taxistas que llevaban a los invitados no conseguían encontrar la entrada que permitía el acceso a la casa y acababan dando vueltas y vueltas; además, la cobertura allí era inestable y los móviles casi no funcionaban, por lo que conseguir que los invitados llegaran al lugar fue casi cosa de Misión Imposible. El punto a favor es que llegaron tan emocionados como si hubieran hecho una excursión por la montaña.
Planificación y logística según el tipo de plató
Por lo tanto, cada lugar requiere de una planificación y de una logística diferente y, si formas parte del equipo de rodaje, necesitarás imaginación para resolver los imprevistos que, sin duda, surgirán. La industria de la televisión no es como la del cine, que, por lo menos para las grandes producciones, dispone de enormes presupuestos, como ocurrió con The Crown y la transformación de la plaza Francesc Macià de Barcelona en un bulevar de París. Imagino que, en ese caso, llevar a los invitados desorientados en helicóptero no es de película.
Si hacemos un resumen rápido de algunos de los aspectos y elementos que hay que tener en cuenta a la hora de rodar en un espacio externo, encontramos el tamaño: que sea un espacio bastante amplio, pero no excesivamente grande. Y también el sonido. Hay que tener en cuenta las fuentes de ruido. Si tienes una carretera con coches y camiones pasando por al lado, será difícil poder grabar con calidad, como también puede dar problemas un simple aire acondicionado puesto en marcha. Otro elemento fundamental es la luz. Aunque no se ruede por la noche, es muy probable que haga falta igualmente iluminar. Y si la luz es necesaria, probablemente también lo es la corriente. Por lo tanto, si no hay un cuadro de luces suficientemente potente y con las entradas necesarias, habrá que disponer de un generador que, probablemente, se tendrá que alquilar. En el presupuesto, también se deberá contemplar la tarifa del espacio, si la tiene, o bien hacer algún tipo de intercambio o acuerdo. En cualquier caso, hay que conocer los horarios de cesión del espacio y respetarlos. Si hay retrasos durante el rodaje, los líos no se harán esperar. Como puede deducirse, no son pocos los retos que supone rodar en un espacio externo. Ahora bien, si se consigue que los elementos en juego se coordinen de manera perfecta, el resultado puede ser algo mágico.
Citación recomendada
BALAGUÉ ANGLADA, Laura. «Plató de televisión por unas horas». COMeIN [en línea], marzo 2023, no. 130. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/c.n130.2317
Productora, periodista y profesora colaboradora en la UOC
@LauraBaAnglada