Número 114 (octubre de 2021)

Mazo de creatividad: recursos para la búsqueda de nuevos enfoques e ideas

Pablo Vizcaíno-Alcantud

¿Qué ocurre cuando inoculas un componente de arbitrariedad en un determinado proceso? ¿Qué sucede si estimulamos cualquier cadencia considerada como rutinaria a través de un catalizador inesperado? Quizás estas cuestiones incomoden cualquier modus operandi, pero la introducción de recursos como las barajas de cartas de estimulación creativa nos llevan a explorar territorios nuevos e insospechados, a priori, no planteados al inicio del proyecto.

En 1996, Bobby Fischer, gran maestro y campeón mundial de ajedrez, presentó al mundo el Ajedrez 960, ajedrez aleatorio de Fischer o FRC (Fischer Random Chess). Esta deriva del juego sumaba nuevas capas de complejidad a la hora de interpretar una partida clásica de blancas contra negras: introducía un componente aleatorio a la hora de colocar las piezas en el tablero, de forma que se rompían las aperturas, los enroques y los modelos que cualquier profesional de ajedrez acababa por memorizar en el desarrollo de su carrera. 

 
Esta aleatoriedad fomentaba la creatividad, el riesgo y la sorpresa en las partidas, lo que demostraría, según el propio Fischer, quien era –de verdad– un verdadero maestro en este deporte.
 
El ajedrez aleatorio es solo un ejemplo sobre cómo la introducción de elementos insospechados en cualquier proceso, método o receta no solo suma nuevos enfoques, sino que es capaz de multiplicar el resultado final del producto, sea cual sea el foco. Y ahí, en el marco de las metodologías creativas, siempre ávidas por descubrir nuevos recodos de la realidad, encontramos un caldo de cultivo propicio para introducir este recurso en forma de baraja o mazo de cartas.
 
Se trata de un formato sencillo en su conceptualización y producción, donde prima el contenido y la mecánica propuesta, tanto en cada mazo como en cada carta. La lógica en su uso es, si cabe, todavía más sencilla: extrae una de ellas al azar y sigue sus indicaciones, sugerencias o referencias de inspiración para pivotar sobre ese mensaje aleatorio en la dinámica, ya sea a través de una frase, una pregunta, una imagen, un pictograma o de todo ello a la vez.
 
Si bien la oferta es amplia en el mercado, hemos seleccionado cuatro productos que encajan en las etapas del proceso creativo que explicaba Wallas (1926) en su The art of thought: preparación, incubación, iluminación y verificación. La relación que planteamos entre etapas y mazos viene derivada de nuestra propia experiencia en su uso durante los últimos cursos; en cualquier caso, si por algo es fantástica la creatividad es porque usar algo de una forma diferente supondrá resultados –todavía– más dispares y sorprendentes.
 
Preparación: ‘Forks in the timeline’
 
Una vez sabemos qué reto creativo tenemos que solventar, toca comenzar la fase divergente del proceso creativo, donde nos abrimos a nuevas alternativas. Una técnica muy recurrente para realizar un calentamiento creativo es la provocación (donde ponemos en tela de juicio una premisa aceptada como válida de forma compartida y le "damos la vuelta" a su significado para descubrir nuevas lógicas). Para ello, Forks in the timeline es una fantástica alternativa que permitirá crear escenarios ficticios y aleatorios para que nuestras neuronas se pongan en movimiento.
 
La mecánica es muy sencilla: las cartas se dividen en dos mazos (Forks o escenarios y Questions o preguntas). Sacamos en primer lugar una carta de escenario y después una tarjeta de pregunta, conformando una premisa nueva y sorprendente para tratar de aportar un razonamiento al maridaje aleatorio que se produce con esos dos elementos inconexos.
 
"En un escenario en el que Albert Einstein hubiera sido miembro de The Beatles... ¿el porno se consumiría más, menos o por igual?" o "En un escenario en el que los humanos tuvieran cuellos tan largos como las jirafas... ¿podría haberse abortado el Brexit?" son algunos ejemplos, pero puedes ver muchos más en su cuenta de Instagram y conocer esta herramienta en profundidad aquí.
 
Incubación: ‘Trigger Cards’
 
Alejandro Masferrer es la cabeza visible del proyecto Trigger Cards, una baraja de estímulos verbales en forma de pregunta que a modo de disparador creativo nos anima a preguntarnos ¿Y si...?, generando alternativas dentro del proyecto.
 
La herramienta se articula alrededor de distintas colecciones (prospectiva, branding, publicidad, hackaton...) y su contenido dispone, en líneas generales, de sesenta cartas de inspiración, amén de ayudas y tips para la convergencia y para mantener el proceso.
 
"¿Y si usaras el mecanismo de Tinder?" o "¿Y si la solución tuviera un modo freemium?" son un par de muestras de la amplitud de miras que ofrece la herramienta. Si quieres ampliar información, visita https://www.trytriggers.com/.
 
Iluminación: ‘Intuiti’
 
Este mazo de cartas recrea a la perfección la unión entre la percepción (basada en la escuela o corriente psicológica Gestalt), la puesta en escena del tarot, el diseño y el juego libre (y amplio) en su entendimiento y desarrollo. Según reflejan en su web, Intuiti "es al mismo tiempo un juego serio y una herramienta poderosa que resalta y extrae lo más positivo del acto creativo, sin usar esquemas rígidos". Más que inspirar sobre el foco del proyecto, potencia una mirada interior para generar un relato.
 
Consta de setenta y ocho cartas (veintidós cartas de arquetipos y cincuenta y seis de inspiración, basadas en los cuatro elementos básicos –tierra, mar, agua y fuego–) y aboga por un planteamiento que pretende potenciar una mirada interior sobre nuestra propia personalidad creativa, con el objetivo de destapar y descubrir nuevas realidades de un proyecto. La mecánica consiste en crear asociaciones visuales y de percepción, por lo que "solo basta con mezclar el mazo, tomar una carta y dejarla hablar", como dicen.
 
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Cartas de arquetipos de ‘Intuiti’

 Fuente: https://intuiti.it/es 

 
En su web no solo puedes comprar la baraja, sino que puedes descargar un manual para conocer en profundidad cómo manejar esta herramienta.
 
Verificación: ‘Thinkpak’
 
Michalko, uno de los autores eje en creatividad, desarrolla en su Thinkpak un conjunto de tarjetas que estimulan el proceso creativo y que ayudan, como declinación más inmediata, a evolucionar de un brainstorming hacia la técnica o método SCAMPER. De la lluvia de ideas que planteó Osborn al método que acuñó Bob Eberle; su nombre es un acrónimo que plantea la manipulación del foco de trabajo a través de claras directrices (Sustituir, Combinar, Adaptar, Modificar, Plantear nuevo uso, Eliminar y Reformular dando la vuelta).
 
El mazo consta de cincuenta y seis tarjetas, donde nueve de ellas nos ayudan a evaluar las ideas resultantes de las propuestas. “¿Cómo sería tu producto si exageraras, al máximo, su tamaño?” o “¿Podrías cambiar los materiales con los que se realiza su packaging?”. Son ejemplos de cuestiones que podríamos encontrar, azar mediante, con esta herramienta. Ayuda, pues, no solo a ver nuevas alternativas, sino también a tomar distancia con los nuevos caminos desarrollados de cara a implementar posibles mejoras, en términos de innovación.
 
¿Echamos unas manos con estas cartas? Corta la baraja para multiplicar tu creatividad.
 

 

Cita recomendada

VIZCAÍNO-ALCANTUD, Pablo. «Mazo de creatividad: recursos para la búsqueda de nuevos enfoques e ideas». COMeIN [en línea], octubre 2021, no. 114. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/c.n114.2166

creatividad;  comunicación y educación;  gamificación;