Desde el punto de vista de la literatura catalana –aunque la situación es seguramente extrapolable al conjunto de las humanidades–, se han producido profundas transformaciones que afectan radicalmente al modo de acceder a los textos y de difundirlos. Disponemos de más información –bases de datos especializadas–, más recursos –páginas web que ofrecen material con finalidades pedagógicas específicas– y más accesibilidad –facilidad para consultar textos que antiguamente eran de difícil acceso. La Red también ha mejorado sustancialmente la difusión de la información a través de los medios electrónicos y ha introducido un elemento nuevo –la perdurabilidad– que permite, por ejemplo, que las exposiciones, una vez clausuradas, puedan continuar visitándose en formato virtual. Todavía existen limitaciones, sin embargo, como la mala organización de la información disponible en Internet y –en el ámbito de la literatura catalana– la poca acogida que ha tenido el nuevo medio por parte de los editores.
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1.
| Introducción: el pasado |
Mi intervención se decanta inevitablemente hacia el lado de la literatura, de los contenidos literarios. Entiendo que siguiendo la idea de aportar diferentes puntos de vista, eso es lo que se espera de mí. Afortunadamente hoy en día ya no es necesario empezar justificando o explicando que Internet ha cambiado las reglas del juego –uno puede darlo por supuesto–, aunque creo que muchos de los que estamos en esta sala nos hemos pasado muchos años iniciando nuestras intervenciones con un apartado apologético, diciendo que las cosas ya no son como eran, que ha habido una revolución, etc. Demos por supuesto que la revolución ya se ha producido.
Internet ha cambiado las reglas de juego en lo que concierne a la producción de contenidos culturales. Intentaré ejemplificarlo, no tanto porque quiera convenceros, sino porque pienso que el ejemplo es significativo en lo que a mi experiencia se refiere. Os pido disculpas por explicaros mi vida. Cuando yo estudié la carrera de filología catalana, no hace demasiados años –no estoy hablando de hace cincuenta años–, el nivel de información que tenía un estudiante medio era aproximadamente lo que podía encontrar en la revista Serra d'Or, por ejemplo, o en los suplementos de los periódicos. El estudiante podía consultar Serra d'Or siempre que su familia estuviera suscrita a la revista desde hacía muchos años o que tuviera acceso a la biblioteca de la Universidad Autónoma de Barcelona, donde yo estudiaba y donde había los índices de Serra d'Or y las revistas. El nivel medio de las clases consistía en una persona que subía a la tarima, hablaba durante una hora o bien hora y media, daba –como mucho– algunas copias ciclostiladas o nos enviaba a comprar fotocopias al correspondiente garito, para obtener una bibliografía que se tenía que ir a buscar por las librerías de Barcelona. Y uno de los rituales iniciáticos del buen estudiante era conseguir encontrar aquellos artículos, libros ilocalizables y revistas agotadas, como Criterion, que te hacían dar muchas vueltas por Barcelona. Quien lograba encontrarlo, hacía fotocopias, y eso tenía un gran valor. El mérito consistía en encontrar aquella pieza bibliográfica.

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"El nivel medio de las clases consistía en una persona que subía a la tarima, hablaba durante una hora o bien hora y media, daba –como mucho– algunas copias ciclostiladas o nos enviaba a comprar fotocopias. Uno de los rituales iniciáticos del buen estudiante era conseguir encontrar aquellos artículos, libros y revistas ilocalizables que te hacían dar muchas vueltas por Barcelona."
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En cuanto al nivel medio de la difusión, querría comentar que, cuando yo estudiaba, con un par de amigos coincidimos en que la poesía nos gustaba mucho y que teníamos que difundir la poesía catalana y, evidentemente, nuestra poesía, y decidimos hacer una revista con más gente. Esa revista estaba escrita a máquina en casa, fotocopiada, plegada y difundida a mano entre nuestros conocidos. Lo que querría mostrar es que, muy pocos años más tarde –con quince años de diferencia–, la forma de difundir la literatura –y creo que esto es aplicable al conjunto de las humanidades– ha cambiado radicalmente, aunque, desafortunadamente, todavía parece que muchos profesores y gestores académicos o culturales no se han enterado de ello.
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2.
| La revolución de la información |
Intentaré ejemplificar cuál es la situación de los contenidos en este sentido. La cantidad de información a la que puede acceder un estudiante o un programador cultural habitual es mucho mayor si sencillamente dispone de un ordenador. Cualquier periodista que debe hacer un artículo sobre literatura catalana o cualquier programador que presenta una mesa redonda posee, por ejemplo, una base de datos, como el Quién es quién de la Institución de las Letras Catalanas (cultura.gencat.es/ilc/qeq/indexcs.asp). Se elaboró una primera edición en el año 1990 en papel, en un formato imposible de colocar en las estanterías, pero esta institución tuvo el juicio de plantearse la segunda edición como un proyecto abierto y actualizable. Cuando uno introduce en esta base de datos el nombre de cualquier escritor que haya publicado libros en alguna editorial comercial, halla una ficha bastante completa con sus libros publicados, las asociaciones a las que pertenece, los premios obtenidos, etc.
Esta base de datos puede ser más o menos general, pero también tenemos ejemplos de bases de datos más especializadas, como Traces (www.cbuc.es/llc), organizada desde la Universidad Autónoma de Barcelona y desde la Facultad de Filología, que es un vaciado sistemático de todas aquellas revistas de las que a nosotros nos hablaban y que no habíamos visto nunca (Serra d'Or, los suplementos del Avui y de El País, Els Marges, etc.). Se trata de un vaciado exhaustivo de todos los artículos publicados sobre un autor o por un autor en los últimos años.
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3.
| La revolución de los recursos |
Así, pues, el cambio que ha representado Internet significa un beneficio cualitativo en lo que concierne a la cantidad de información y a los recursos pedagógicos disponibles. El Departamento de Enseñanza tiene una serie de recursos pensados para la enseñanza de la literatura, como por ejemplo la literatura infantil y juvenil (www.xtec.es/recursos/lit_inf) o un recurso que gira en torno a la XTEC, la red telemática educativa de Cataluña (www.xtec.es). Dicha red ofrece muchos recursos, aunque en este caso no tanto a los estudiantes de filología como a los profesores de literatura de nivel de primaria o de secundaria, y permite que muchas de las fichas que uno podía acumular sean sustituidas por material como éste, que, además, se va incrementando. Por ejemplo, esta semana hemos recibido en la UOC, en Lletra (campus.uoc.es/lletra) –el portal de literatura catalana que dirijo–, un mensaje de un profesor que ha recibido una ayuda del Departamento para preparar una página web de recursos. Este profesor nos ofrecía la posibilidad de enlazarla desde Lletra. La verdad es que se trata de una página web muy buena y, por lo tanto, inmediatamente le hemos dicho que sí.

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"Así, pues, el cambio que ha representado Internet significa un beneficio cualitativo en lo que concierne a la cantidad de información y a los recursos pedagógicos disponibles."
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4.
| La revolución de la accesibilidad |
Por lo tanto, hay más cantidad de información, más recursos pedagógicos y más accesibilidad. Uno de los problemas endémicos en cuanto a la literatura catalana era la dificultad para encontrar muchos de los textos de referencia, principalmente los textos de literatura medieval que se mueven en circuitos no comerciales. Un proyecto que recomiendo profundamente es Rialc (www.rialc.unina.it/index.html), que es una página auspiciada por la Universidad de Nápoles, junto con una serie de profesores de literatura medieval de la Universidad de Barcelona y de la Universidad de Gerona, que han transcrito literalmente y exhaustivamente, de momento, el fondo de la poesía medieval catalana. Tanto los poemas de Ausiàs Marc, que se encuentran fácilmente, como los de Pere Marc y tantos otros escritores que estaban publicados en revistas de dificilísimo acceso están todos en estos momentos en la Red. En consecuencia, cuando uno se pone a estudiar, puede dedicar menos tiempo a encontrar eso e ir directamente al material. Se ha ganado mucho en accesibilidad.

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" Tanto los poemas de Ausiàs Marc como los de Pere Marc o de tantos otros escritores que estaban publicados en revistas de dificilísimo acceso están todos en estos momentos en la Red."
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Asimismo, la Biblioteca Virtual Joan Lluís Vives (lluisvives.cervantesvirtual.com), el hijo de la "mala conciencia" de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes de la Universidad de Alicante, aspira a digitalizar el máximo posible de textos de libros enteros. En este caso hay un límite constituido por aquellos libros que tienen derechos y que, en consecuencia, no pueden ser digitalizados, pero, aun así, poco a poco y empezando muy modestamente, no está nada mal el número de libros digitalizados enteros que hay en este momento. Eso significa que cuando uno lee a Casellas, y no sabe dónde están sus libros, haciendo clic allí puede leer, por ejemplo, cuatro libros enteros de Casellas; o que si a uno le interesa la literatura medieval, hace muy pocas semanas incorporaron digitalizada y entera la edición bilingüe valenciana de 1539 de la poesía de Marc, una edición espléndida con el original catalán y la traducción al castellano. No sólo se tiene acceso al material, sino que, para aquella gente que se dedica a la paleografía o para saber cómo son literalmente los textos, uno tiene delante las páginas una por una.
Más información, más recursos y más accesibilidad. La accesibilidad también incluye la accesibilidad a los libros. Para mucha gente que no vive en Barcelona o que tiene dificultades para desplazarse a las librerías, actualmente existen algunas, y esperemos que haya más en el futuro, que permiten comprar libros desde la Red.
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5.
| La revolución de la difusión |
Además de la accesibilidad, la información y los recursos, a mi entender se ha ganado sustancialmente en lo que podríamos denominar difusión, o más facilidad de difusión de la información. La Asociación de Escritores en Lengua Catalana tiene un sitio web (www.escriptors.com) con unas cifras de visita muy altas que, desde el primer día, ha apostado, tanto para los asociados como para los que no lo están, por hacer una extracción sistemática de las noticias culturales y literarias y destacar algunas de esas noticias. Esta página cumple, con bastante eficacia, la finalidad de difundir la actualidad. Del mismo modo, desde Vilaweb (www.vilaweb.com), se abrió hace aproximadamente un par de años un canal temático que tiene la misma filosofía que el periódico electrónico e independiente, es decir, destacar una noticia con la gracia que permite Internet de hacer que las noticias, además de ordenadas, puedan estar enlazadas. Así, pues, cuando uno da una noticia, puede remitir al navegante a aquellos recursos que hay en la Red vinculados a esa noticia.
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6.
| La perdurabilidad |
Internet también aporta el elemento fundamental de la perdurabilidad. Cuando pusimos en marcha el portal de Lletra, el espacio virtual que la UOC dedica a la literatura catalana, una de nuestras propuestas fue sugerir a diferentes entidades que llegaran a acuerdos puntuales. Por ejemplo, podemos consultar la exposición organizada por el centro KRTU del Departamento de Cultura de la Generalitat de Cataluña dedicada a Josep Palau i Fabre (www.uoc.edu/lletra/expo/palauifabre), la cual tuvo lugar en el Centro de Arte Santa Mónica durante dos o tres meses. Las exposiciones se inauguran, normalmente cuestan mucho dinero público y, al cabo de unos meses, tienen que cerrarse. Desde Lletra, lo que propusimos al KRTU y al comisario de la exposición fue hacer una exposición digital que, respetando la organización temática, conceptual y buena parte del material de la exposición, permitiera, una vez cerrada la exposición, visitarla como si todavía estuviera abierta. Lo mismo podríamos decir de la exposición dedicada a Brossa (www.uoc.edu/lletra/expo/joanbrossa/portada.html), organizada en la Fundación Miró. En este caso, contábamos con el hecho añadido, muy importante para nosotros, de que la exposición ya estaba en catalán, castellano e inglés (por lo tanto, la página puede visitarse en estas lenguas). En estos momentos, la versión digital de esa exposición es una de las páginas más visitadas de Lletra, porque Brossa es una figura internacional y por el hecho de que la página se publica en diferentes lenguas.

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"Las exposiciones se inauguran, normalmente cuestan mucho dinero público y, al cabo de unos meses, tienen que cerrarse. Desde Lletra, propusimos hacer una exposición digital que, respetando la organización temática, conceptual y buena parte del material de la exposición, permitiera, una vez cerrada la exposición, visitarla como si todavía estuviera abierta."
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Me gustaría añadir otro elemento que –además de aportar información, recursos, accesibilidad, difusión o perdurabilidad– permite complementar perfectamente la forma en que se presenta la literatura. Por ejemplo, tenemos la posibilidad de escuchar al poeta Josep Palau i Fabre recitar el poema "Jo em donaria a qui em volgués" o ver el manuscrito del mismo poema (www.uoc.edu/lletra/noms/jpalauifabre/index.html). A mi entender, esta nueva manera de mostrar la literatura es el mejor emblema de cómo hoy en día, gracias a Internet, podemos acceder a la literatura y a los contenidos culturales de un modo radicalmente diferente.
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7.
| Asignaturas pendientes |
El balance, por tanto, sería que hay más información, más recursos, más accesibilidad, aunque también hay mucho déficit. Tal como ha apuntado Ernest Abadal en la intervención anterior, no estoy seguro de que hayamos afrontado todavía la ordenación o la organización de la información nueva; no estoy seguro de que se esté realizando todo lo posible para solucionar el problema de la evaluación de los contenidos nuevos que se están incorporando, lo cual intentamos llevar a cabo desde Lletra, aunque con dificultades.
También hay un déficit muy puntual. En el caso de la literatura catalana, por alguna razón que no acabo de comprender, los editores catalanes hasta ahora han mirado hacia otro lado en lo que concierne a la difusión de contenidos por Internet, con rarísimas excepciones. Prácticamente no han surgido editores nuevos que estén vinculados a la Red o que crean en ella o, en cualquier caso, los editores que aparecen son editores muy poco convencionales que están completamente fuera del circuito habitual.

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"En el caso de la literatura catalana, por alguna razón que no acabo de comprender, los editores catalanes hasta ahora han mirado hacia otro lado en lo que concierne a la difusión de contenidos por Internet."
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Desde mi punto de vista, todavía hay otro déficit, que es el de la creación literaria estricta. Pienso que se ha entrado en Internet en lo referente a la literatura (información, accesibilidad, difusión), pero en lo que concierne a la nueva creación, es decir, a cómo Internet puede modificar el modo de crear literatura, nos encontramos en un campo prácticamente virgen, salvo casos muy excepcionales o personas como Xavier Berenguer, que creo que participó en el último de estos debates culturales y que tiene una de las actitudes más militantes en este sentido.
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8.
| Conclusión |
Así, pues, reanudando la idea expuesta al inicio del debate (información, palabra, editores), considero que tenemos más información, no tenemos mucha más palabra –no hay más literatura en el sentido de poemas, textos o novelas– y tenemos poquísimos editores o, en cualquier caso, unos nuevos editores que no tienen nada que ver con los editores anteriores y que sí que tienen una dificultad real para acceder al estatus del dictum, de poner condiciones, de imponer autores y de plantear textos. Muchas gracias.
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[Fecha de publicación: noviembre de 2002]
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