La propietat intel·lectual a l'era digital
José Neri

Director general de la Societat Digital d'Autors i Editors (SDAE)
adominguez@sgae.es


Resum: Amb un gran convenciment que la llei sempre va per darrere dels avenços tecnològics, el projecte de la Societat Digital d'Autors i Editors està orientat bàsicament vers l'autor i té una visió del futur en què només tindrà validesa allò que és digital. Des d'un punt de vista empresarial, la Societat Digital d'Autors i Editors ha desenvolupat un seguit de tècniques de protecció de drets digitals, que consisteixen bàsicament en les marques d'aigua i en el reconeixement de patrons -aquesta darrera tècnica encara està en desenvolupament. A més, s'ha creat una empresa, Argus Internacional, formada per diferents societats d'autors del món que, mitjançant un protocol, identifica els usos dels drets allà on es produeixen. Al seu torn, el portal d'Internet Portal Latino permet que l'autor distribueixi la seva obra sense que li calguin els canals de distribució tradicionals. Iniciatives d'aquesta mena són necessàries per a despertar la consciència de la gent pel que fa a l'autor i la seva obra en la societat tecnològica.

1. Marco jurídico

Buenas tardes. En cuanto al marco jurídico, que es de lo han hablado mis colegas, yo sólo voy a decir una cosa al principio, y no volveré a decir nada más. La inseguridad jurídica es inevitable en el marco tecnológico porque se corre a dos ritmos completamente distintos. Mientras alguien piensa que se debe hacer una ley para regular algo, aquello ya se ha transformado, y cuando hay que aplicarla, aún se ha transformado más. Tengo experiencia en dar cursos sobre protección de derechos en la Red a jueces, y de cincuenta jueces, sólo uno sabía qué era una dirección IP. No tenían ninguna necesidad de saberlo, pero difícilmente van a poder comprender lo que se les avecina.


"La inseguridad jurídica es inevitable en el marco tecnológico porque se corre a dos ritmos completamente distintos."



2. Creación de la Sociedad Digital de Autores y Editores

Hace un poco más de siete años empezamos nuestra actividad en la tecnología aplicada al derecho de autor. Nuestro principio es que el autor debe correr la suerte de su obra. Si su obra va bien, con más razón debe de correrla. Por eso, aparte de interesarnos por la obra, nos hemos interesado mucho por el autor, cosa que no hace nadie más. Todo el mundo se interesa por la obra, pero en el momento en que esa obra está en circulación, todo el mundo se olvida del autor, y creo que eso no debe de ser así. Otra idea o fuerza que nos movió en su momento fue que, por la física de las cosas, entendíamos que el mundo analógico se iba a transformar considerablemente. Todo el mundo quiere tener una televisión, una radio y transmitir cosas por el éter, pero no hay ancho de banda para que todo el mundo lo haga. Entonces, nos dimos cuenta de que está a punto de ocurrir lo que nosotros llamamos "apagón analógico". Hacia el año 2008 ó 2010, habremos llegado a la entropía y, entonces, no habrá manera de meter más señales si no matamos lo analógico y aparece lo digital. En un ancho de onda por donde pasa una señal de radio, pueden pasar 2.000 señales de radio. Así que, como se trata de transmitir muchos derechos a mucha velocidad y que todo el mundo los compre, no dudo que todo cambiará, queramos o no.

Decidimos ponernos a trabajar en ello. Nos dimos cuenta de que lo que habíamos hecho hasta ese momento no iba a tener nada que ver con lo que se avecinaba. Eso no quiere decir que no sigan existiendo los sistemas actuales de control y protección de derechos, sino que el grueso del mercado se producirá en otro sitio. Nos pusimos a desarrollar una estructura, que al final se ha convertido en una empresa. Entendimos que no podíamos seguir protegiendo los derechos en el mundo que se avecinaba teniendo una organización que se parecía más a una ONG que a otra cosa. Había que salir al mercado y pelear en el mercado, como hacen las grandes compañías. Por eso montamos una empresa. Nos hemos dedicado principalmente a desarrollar técnicas de protección de derechos digitales y analógicos —pero en digital—, técnicas de promoción —donde tiene que ver más el autor que la obra— y técnicas de distribución. Todo ello digital.


3. Técnicas de protección en el ámbito digital

Voy a intentar hacer una reseña rápida de qué técnicas hemos desarrollado. Por ejemplo, en el tema de protección de derechos, hemos desarrollado básicamente dos técnicas: una de ellas se llama "de marcas de agua", que consiste en poner un código en un fichero, donde existe una obra. Ese código se pone con una técnica que se llama esteganografía, que permite esconder señales entre los números. Esos números después no los oye nadie, pero nosotros sí tenemos el sistema para poderlos oír. Cuando una obra empieza a circular por la red, o alguien la transmite por el aire, sabremos que se está usando. Además, tenemos una base de datos donde sabemos si quien está usando esa obra tiene derecho a usarla o no, o sea, si ha pagado el correspondiente canon para utilizar, usar, escuchar o ver esa obra.

También hay otra técnica de reconocimiento de patrones. Hay un proyecto que se llama AIDA, que estamos desarrollando juntamente con la Universidad Pompeu Fabra y que está resultando un éxito total, porque somos capaces mediante una máquina, sin que haya esas técnicas de marcaje, de escuchar una obra y saber qué está sonando. Estamos montando un sistema para poder reconocer todos los canales de radio y televisión que se transmiten en España, y reconocer una obra cuando esté sujeta a gestión de propiedad intelectual, lo que nos permitirá poder repartir ese derecho en su momento. Y además también podremos saber si se está autorizado a utilizar ese repertorio. Si quienes lo utilizan lo están, les dejaremos, y si no, les pediremos que nos paguen. Si no pagan, no sé por donde irán pero, volviendo al tema jurídico, me imagino que a los juzgados.

4. Ámbito internacional

4.1. Protocolo de protección
Pero que nosotros lo hagamos no es suficiente; hay que internacionalizar el sistema. Para ello, hemos montado una empresa, llamada Argos Internacional, que está compuesta por la Sociedad Digital de Autores y Editores (www.sdae.net), la Sociedad General de Autores (www.sdae.es), GEMA (www.gema.de), que es la sociedad alemana, BMI (www.bmi.com/home.asp), que es una de las sociedades americanas, SIAE (www.siae.it), que es la sociedad italiana, SACEM (www.sacem.fr), que es la sociedad francesa, AKM (www.akm.co.at/), que es la austriaca, etc. Son ocho sociedades que, entre todas, gestionan entre un 45% y un 52% de los derechos en el mundo, mediante las técnicas desarrolladas. Además, tenemos un protocolo de comunicación que permite identificar los usos de los derechos allá donde se produzcan. Esta empresa se va a dedicar a ver qué ocurre en los distintos sitios web, en los proveedores de servicio, en las radios y en televisiones del mundo. Cada una de las organizaciones tendrá que certificarlo en su territorio y lo concentraremos todo en un solo sitio, de tal manera que los autores van a poder saber qué está ocurriendo con su obra en todo el mundo en un punto del espacio-tiempo. Entendemos que ésta es la única manera de poder competir y combatir el mal uso del derecho de autor, no sólo con medidas jurídicas, sino saliendo a la calle a pelear a la misma velocidad que el desarrollo de las técnicas que se saltan esa protección.
4.2. Promoción del autor
En lo que se refiere a promoción, hemos desarrollado un sitio que se llama Portal Latino (www.portalatino.com). Está completamente desarrollado y lo distribuiremos entre las distintas sociedades del mundo. Cada una lo llamará como quiera, pero va a tener las mismas técnicas que nosotros. Queremos que nuestro trabajo se distribuya por todo el mundo y que los autores de Canadá tengan las mismas posibilidades que los autores en España.

Portal Latino tiene muchas posibilidades: el autor puede poner su obra en un gran archivo y utilizar técnicas de distribución y promoción de ese repertorio; se le puede crear una página especial, donde va a saber claramente qué ocurre con su obra en todo momento. Necesitará una compañía de discos o no —dependerá del autor—, pero podrá utilizar esa tecnología para poner su obra a disposición del público y hacer un seguimiento. Además, si se cobra algo de dinero por esa obra, tendrá una recompensa, cuanto menos igual de justa que la que tiene ahora, pero estará en sus manos la posibilidad de hacerlo o no, cosa que ahora no ocurre.

Las cifras son muy clarificadoras. El año pasado, creo que se registraron 300.000 obras, de las cuales se grabaron 30.000, así que hay mucho autor cuya obra no tiene repercusión. Con estas técnicas, quien quiera seguir teniendo un éxito como "Operación Triunfo" lo podrá tener, pero si no hay ninguna compañía que le apoye, la misma persona va a poder situarse en el mercado y distribuir su obra.

5. Conclusión

Creo que lo que estamos haciendo se debe hacer, y me hubiese gustado no haber sido los únicos, ya que por desgracia, lo hemos sido en el mundo del autor. El esfuerzo ha sido muy grande y si otros hubiesen hecho lo mismo, ahora estaríamos mucho más avanzados y en mejores condiciones. Hay que darse cuenta de que, por ejemplo, en España, la recaudación de derechos de autor del año pasado fue de 45.000 millones, y esto ha movido un mercado de 3,5 billones en el mismo período de tiempo. Es decir, que el autor se lleva muy poquito de todo esto. Es un mercado muy importante, que permite vivir a muchas familias en este país. Creo que este mensaje debería calar profundamente en la sociedad para que de alguna manera sepa que todo esto empieza porque hay siete u ocho mil personas que tienen cierto éxito en las obras que han puesto a disposición del público. Debemos protegerlas lo más posible, no ya sólo técnicamente, sino que tiene que haber un despertar de la conciencia de la gente de cara al autor y su obra, porque es un bien esperado, necesario y que todos tenemos que apoyar.


"Tiene que haber un despertar de la conciencia de la gente de cara al autor y su obra, porque es un bien esperado, necesario y que todos tenemos que apoyar."



[Data de publicació: octubre de 2002]