¿La Red al servicio de la cooperación o la cooperación al servicio de la Red?: síntesis del debate
Ismael Peña

Gerente del Campus for Peace (UOC)
ipena@campusforpeace.org


Resumen: Del 14 al 31 de octubre de 2002, en el marco de la lección inaugural del curso 2002-2003 de la UOC (impartida por Juan Manuel Suárez del Toro, presidente de la Fundación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, con el título "Las nuevas tecnologías, una oportunidad para la acción humanitaria"), tuvo lugar el debate virtual "¿La Red al servicio de la cooperación o la cooperación al servicio de la Red?".

Este debate, abierto a todo el mundo, se centró en cómo Internet ha cambiado o puede cambiar los hábitos de aquellas organizaciones –especialmente las no gubernamentales– que trabajan por la solidaridad, así como los destinatarios de dicha solidaridad, ahondando en temas como la divisoria digital, el trabajo en red o el propio papel de la Universidad en la cooperación por medio de las TIC.


Ciertamente es difícil escribir la síntesis de un debate –o dos, como es el caso, con la edición en catalán y en castellano– sin caer en el tópico o la sandez, por una parte, o sin lanzar nuevas ideas que nos llevarían a un nuevo debate, por otra, espíritu totalmente contrario a lo que se supone que debe contener una síntesis. Empezaré, pues, con una pequeña digresión.

Por norma general, se define el origen de las ONG como la articulación de acciones destinadas a cubrir una necesidad no satisfecha ni por los entes privados ni por el Estado. En este sentido, del mismo modo que las corrientes keynesianas criticaban las ineficiencias del mercado y la necesidad de que el Estado actuara en la economía, también las ONG criticaron las ineficiencias del mercado y del estado del bienestar que supuestamente cubría aquellas ineficiencias. Así pues, a principios de los cincuenta –en España tuvimos que esperar a tener democracia–, Europa ve que la sociedad civil se organiza para ir remendando un estado del bienestar que hoy en día está tan desconstruido que ha originado que tengamos organizaciones enfocadas a cualquier objetivo humanitario que pueda pasarnos por la cabeza.

Hay cada vez más consenso en la creencia que la globalización ha provocado una nueva quiebra de los Estados: el mercado se ha escapado de su jurisdicción y los Gobiernos tienen verdaderos problemas de control –de gobernabilidad– ante variables que han quedado fuera de su alcance.

La sensibilidad de las ONG, y aquí recuperamos el hilo del debate, parece que, de nuevo, ha sido capaz de captar estos constreñimientos, de modo que han evolucionado para organizarse en red y globalmente para llegar allí donde sus gobernantes todavía no llegan –pueden servir de ejemplo de ello algunas campañas pro derechos humanos bastante más eficaces que algunos organismos judiciales internacionales, nacidos ya en desventaja. Creo que es bien cierto, pues, que Internet ha sido un arma de doble filo, puesto que ayuda, por un lado, a los grandes poderes a engrandecerse más –o al terrorismo a actuar más coordinadamente–, pero, por otro, también a los pequeños a poder reunirse y a crear una masa crítica.

Esta misma agrupación, resultado de la ingente cantidad de información que ha sido puesta al alcance de todos gracias a las TIC, también ha permitido tener mucho más claras las necesidades tanto de los destinatarios de la solidaridad como de quienes ofrecen solidaridad. Ahora bien, lo mejor de todo, en muchos casos, no ha sido el quién o el qué –ayuda humanitaria–, sino el cómo –cooperación en el desarrollo.

Cada vez más, la apropiación de las TIC por parte de los agentes de cooperación permite que se logren un mayor número de objetivos (eficacia) con optimación en el uso de los recursos (eficiencia). En una sociedad que se autodefine como "del conocimiento", ésta tenía que ser una consecuencia lógica cuando, aparte de la financiación de acciones puntuales –ayuda humanitaria–, de lo que se trataba era de transmitir el "saber hacer" para emprender acciones de larga duración y sostenibles en el tiempo –cooperación en el desarrollo. Y añadiré un símil más a los muchos otros y acertados que ha recogido el debate: si queremos enseñar a leer, primero debemos saber escribir. Las ONG deben hacer suyas las TIC para que puedan ser capaces de transferirlas a otros organismos.

Otra consecuencia lógica de posicionarse correctamente en la sociedad del conocimiento es que el papel de la Universidad, tanto si se sitúa en el mundo de la cooperación al desarrollo como si no, debe ser el que le da identidad, a saber: crear, transmitir y difundir conocimiento. Si se me permite un pequeño ejercicio corporativista, es agradable constatar que el discurso de la UOC en esta materia se ajusta al grueso de las intervenciones que ha habido en el debate sobre este punto (especialmente en la edición en castellano), y me consta que en el seno del Estado español, y dentro de las comisiones interuniversitarias donde se debate esta cuestión, mayoritariamente se converge hacia el mismo punto de vista.

Me gustaría acabar tal y como he empezado, esperando que haya sido posible ofrecer un discurso cohesionado sobre todos aquellos aspectos que han surgido en el debate y con la sincera voluntad de que todas las personas que han participado en él se vean reconocidas en esta síntesis, ya sea explícitamente o intencionadamente entre líneas.


Enlaces relacionados:

SUÁREZ DEL TORO, J.M. Las nuevas tecnologías, una oportunidad para la acción humanitaria. Lección inaugural del curso 2002-2003 de la UOC:
http://www.uoc.edu/inaugural02/default_esp.htm
Debate en catalán:
http://turquia.uoc.es/externes/cgi-bin/webforum/cat/config_inaugural0203.pl
Debate en castellano:
http://turquia.uoc.es/externes/cgi-bin/webforum/esp/config_inaugural0203.pl
[Fecha de publicación: noviembre de 2002]